Los activistas llevaron a cabo su acción frente a La Maja vestida y La Maja desnuda, dos cuadros del pintor español que se conservan en el gran museo madrileño.


Y ahora España. Dos activistas ecologistas del movimiento español Futuro Vegetal pegaron el sábado sus manos en el marco de dos cuadros de Goya (1746-1828) expuestos en el Museo del Prado de Madrid para denunciar la inacción de las autoridades ante el calentamiento global. La policía española dijo que había detenido y puesto bajo custodia a los dos activistas. 

Sam y Alba, los dos activistas de Futuro Vegetal, no dañaron los cuadros. Lo que hicieron fue pintar “+1,5°C” en la pared entre los dos cuadros, en referencia al objetivo de calentamiento fijado por la comunidad internacional, y a continuación fueron detenidos y encarcelados, según la policía. De acuerdo con la agencia de noticias española Europa Press, los activistas no fueron detenidos por los detectores de metales en la entrada del museo porque habían utilizado recipientes de plástico para ocultar la pintura negra.

La semana pasada, las Naciones Unidas reconocieron la imposibilidad de mantenerse por debajo del límite fijado por el Acuerdo de París, es decir, un aumento de 1,5º de la temperatura media respecto a los niveles preindustriales. Esto compromete nuestra capacidad de producción de cultivos, ya que los fenómenos meteorológicos extremos, como la sequía, serán cada vez más frecuentes, afirma Futuro Vegetal en un comunicado publicado en sus redes sociales, y retransmitido por la rama española de Extinction Rebellion, cercana al movimiento ecologista.

Aumento de las acciones en los museos

Los cuadros “afectados” son La Maja vestida y La Maja desnuda, dos óleos realizados por Goya entre 1795 y 1803. El movimiento Futuro Vegetal no explicó la elección de las obras ni su relación con su mensaje contra la inacción climática y las subvenciones del gobierno español a la industria agroalimentaria.

La acción de la organización activista en el Prado fue denunciada el sábado por la tarde por el ministro español de Cultura, Miquel Iceta. “No hay ninguna causa que justifique atacar nuestro patrimonio común”, denunció en Twitter, calificando la maniobra de los militantes como “un acto de vandalismo”. El 29 de octubre, en una encuesta en Twitter, el movimiento había preguntado cuál debía ser la siguiente acción. Sólo el 16% de los 25 votantes sugirió la idea de un museo.

Hasta ahora, España se ha librado de la proliferación de acciones medioambientales en los museos europeos. El movimiento se ha visto marcado en las últimas semanas por el lanzamiento de sopa sobre un cuadro de van Gogh en la National Gallery de Londres, o por los activistas que metieron las manos en la obra maestra de Vermeer, La joven de la perla en La Haya.

Hace apenas quince días, el Ministerio de Cultura español anunció que se reforzaría la seguridad de los museos. En Madrid, sólo las obras más vulnerables se exponen tras un cristal en el Museo Reina Sofía. Los responsables del Prado declararon al diario español 20Minutos que estaban “en alerta”. Por el momento, sólo el Museo de Orsay parece haber frustrado una acción medioambiental de este tipo.

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