Aftersun: Compartiendo el mismo cielo

El primer largometraje de la directora Charlotte Wells, presenta un relato personal y desgarrador sobre la relación entre un padre y su hija. Contado desde el tejido de la memoria y el archivo personal. 

Seguimos a Sophie (Frankie Corio) durante unas vacaciones de verano a Turquía, llevada por su padre Calum (Pail Mescal) para celebrar su cumpleaños 31. Durante el filme nos adentramos a su relación familiar con la tranquilidad que traen las vacaciones en la infancia, pero ese mismo silencio nos advierte que hay una amenaza, una obscuridad difícil de distinguir.

Desde la nostalgia, la memoria, el archivo personal y el baile. 

Aftersun se siente como cuando pasas una tarde con tu abuela. Cuando saca los álbumes fotográficos de la familia y narra cada una de las historias en estos fragmentos. Hilamos la historia de los personajes, pero siempre hay un pedazo faltante. Sophie, en su cumpleaños 30, regresa a ese viaje, a los videos de VHS para tratar de descifrar que paso con su padre. Si la obscuridad oculta se puede asomar en los pequeños momentos.

Mientras Sophie de 11 años pasa por su proceso de crecimiento, interesada por fiestas, chicos, moda y llena de pena. Calum batalla por aceptar su cumpleaños, diciendo “No sé ni cómo llegue a los 30”. 

El viaje está dividido en estas dos perspectivas. A Sophie le da pena los “movimientos en cámara lenta de ninja” que hace su padre en público, pero para Calum la técnica del taichí es esencial para concentrarse en el presente y no caer en depresión. 

“Hay espacio para ti en esta película”

Escribe la directora Charlotte Wells, para la productora A24. La historía está fuertemente inspirada en la misma Charlotte y su padre. Cuenta que se inspiró a realizar el filme después de encontrarse con una foto de su padre a la edad que tenía ella. Y al final esa pregunta es el tema central de la película: 

¿Quiénes eran nuestros padres antes de ser nuestros padres? ¿En qué momento te das cuenta de que tus padres también son seres humanos?  

Para plasmar un sentimiento tan personal, Charlotte decidió que era esencial que los actores conectaran antes de empezar el rodaje. De esa manera Paul Mescal, recién salido de la serie “Normal People” y Frankie Corio, en su primer trabajo como actriz infantil, se juntaron por dos semanas en el resort de Turquía para crear un vínculo. 

Es cierto que cada artista deja algo de sí en sus proyectos, esta es una característica que se va desarrollando en la carrera de muchos cineastas. Por eso es impresionante que Aftersun sea el primer largometraje de la directora, desde el primer acto podemos distinguir sin problema su estilo, y a la propia Charlotte. Dejando claro, que esta es una de las películas más honestas del año.

Terminando con un baile, liberador y doloroso al mismo tiempo. Al compás de “Under Pressure” de Queen y David Bowie, Sophie empieza a pegar los pedazos, no de quién era su padre, pero de quién es ella ahora gracias a él. De lo que perdió a los 11 y lo que está creando a los 31.

“This is our last dance. This is ourselves”

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