Arranca MONDIACULT 2022 en CDMX, cuarenta años después de la primera edición


La Cumbre Mundial de la Cultura de Ciudad de México se compromete a proteger y promover los derechos de los artistas y la diversidad cultural frente a la apisonadora presión de los buscadores y las plataformas de streaming.


Promover la diversidad cultural en Netflix, Spotify o YouTube, y luchar contra el tráfico de patrimonio maya o yoruba: son dos de los temas que están sobre la mesa en una cumbre mundial de la cultura que se celebra desde el miércoles hasta el viernes en Ciudad de México, la primera vez que ocurre desde 1998. La epidemia de COVID-19 ha demostrado una vez más que la cultura es vital para la salud pública, afirma el coordinador de la cumbre, Pablo Raphael. “Nadie habría podido sobrevivir al encierro y al estrés sin los libros, la música y el cine”, dijo.

Los representantes de 160 países, entre ellos un centenar de ministros que han confirmado su asistencia, tienen previsto adoptar al final de la reunión una declaración negociada durante el último año. La declaración tiene como objetivo garantizar “los derechos de los artistas” en las plataformas, dijo la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, que inaugurará MONDIACULT con la secretaria de cultura de México, Alejandra Frausto. El reto es luchar contra el “empobrecimiento de la diversidad cultural y lingüística en línea”, según los expertos que han trabajado en la declaración.

Cifras de la cultura para el desarrollo sostenible

Acceso al mercado en línea para todos

¿El peligro? “Sistemas de inteligencia artificial” y “regulación insuficiente de los algoritmos”. También están en el orden del día “la remuneración injusta de los artistas” y “la concentración desigual de las plataformas culturales mundiales”. La mayoría son americanos o europeos. La Unesco quiere que “todos los artistas tengan acceso al mercado en línea, que se acepte la diversidad y que se respete la propiedad intelectual”, dice una fuente de la organización, sin dar detalles por el momento de las líneas de actuación.

En el mundo real y en el de los objetos, la Declaración de Ciudad de México pretende reforzar “el código ético de los marchantes de arte”. ¿Cómo se puede hacer esto? Con un “certificado de origen” que garantice que las obras que venden “han sido obtenidas legalmente”, dijo Audrey Azoulay a El Universal. Todo ello es bueno para el país anfitrión. México reclama constantemente el regreso al país de su inmensa herencia mesoamericana, que se ha dispersado por Europa y Estados Unidos. “Mi patrimonio no está en venta”, insiste Frausto, cada vez que se subasta en París o en otro lugar una máscara tehotihuacana o una estatua de una diosa maya.

Un vistazo rápido de los temas clave

La Unión Africana, por su parte, ha anunciado la organización de una mesa redonda sobre la espinosa cuestión de la “restitución del patrimonio cultural” a los países subsaharianos. Del mismo modo, la UNESCO está planeando un “museo virtual de bienes culturales robados” para 2025, en vísperas de esta primera reunión en 40 años.

“Bien público mundial”

En sus aspectos más políticos, la declaración de Ciudad de México pretende definir la cultura como un “bien público global” al incluirla “en los próximos Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, como ocurrió con la educación en 2015”.

Por último, la Conferencia Mundial de la UNESCO sobre Políticas Culturales y Desarrollo Sostenible – MONDIACULT 2022 quiere conducir a “una definición de un corpus global de derechos culturales”. Se trata del “derecho de los artistas”, pero también del “derecho de las comunidades indígenas a transmitir sus tradiciones”, explicó un portavoz de la UNESCO. “Las lenguas indígenas son esenciales para salvar la diversidad cultural”, afirmó el director general. “En el gran reto de la lucha contra el cambio climático, el conocimiento indígena es fundamental.

Por lo tanto, MONDIACULT 2022, organizado por la UNESCO con el apoyo de las autoridades mexicanas, tratará de responder a los grandes retos contemporáneos en torno a cuatro ejes de debate: 

– ¿Cómo renovar y reforzar las políticas culturales?

– ¿Qué lugar ocupa la cultura en el desarrollo sostenible?

– ¿Cómo responder a la crisis del patrimonio y la diversidad cultural?

– ¿Qué futuro tiene la economía creativa? 

Los principales objetivos [de desarrollo sostenible] que se apoyan mediante esta iniciativa

La declaración final pretende movilizar la cultura “en los debates internacionales sobre el cambio climático […] incluso a través de los sistemas de conocimientos tradicionales e indígenas”. Los países se reunirán en talleres. Ucrania participará por vídeo en una mesa redonda sobre “patrimonio y diversidad cultural en crisis”. Junto con Irán y China, Rusia acogerá otra reunión sobre el tema “Políticas culturales renovadas y reforzadas”. Los expertos que prepararon la reunión condenan “las acciones dirigidas a la cultura en el contexto de los conflictos armados”.

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