Bots de Twitter: el arte programado

De la abreviación robot, los bots se componen de un software que se encarga de crear y distribuir contenido de manera automática. Que es programado para cumplir funciones sin la necesidad de atención externa. Para crear el contenido para el que se programó, primero es necesario que el bot se convierta en experto del tema. Se llena de toda la información que se puede encontrar en la Web, para luego crear su propio contenido derivado de lo aprendido. 

Increíble, la manera en la que estos softwares pueden replicar cada acción humana. Para las compañías grandes son útiles para que se realicen actividades que “quitan tiempo de producción” como enviar correos masivos para promocionar un producto, postear en las redes o llenar de seguidores sus cuentas de redes sociales. Pero los bots tienen un potencial inimaginable que ha sido explorado por los creativos, artistas y adolescentes aburridos en Twitter. 

Si un bot puede copiar las acciones humanas, ¿puede crear arte? 

Por siempre conectados

Podría parecer algo de jóvenes ñoños  aficionados a la tecnología, pero realmente estos sistemas han encontrado hogar en el internet desde la creación de ELIZA, el primer bot que conversaba con los usuarios. Creada en 1966 en el Instituto Tecnológico de Massachussets, en Estados Unidos, su función era simple. Se dedicaba a replicar las preguntas de psicólogos, e imitar la manera en la que practicaban la terapia. 

Aunque no fuera accesible a todo público, ELIZA es uno de los primeros esfuerzos de crear inteligencia artificial. Años después, estos modelos se replican con bots de entretenimiento en la red. Tales como Akinator, un genio de la red que adivinaba el personaje que tuvieras en la mente, o los bots de la compañía Existor, como Eviebot, que a la manera de ELIZA crea conversaciones con los usuarios sobre su propia vida. Ambos bots aprenden de la información que das, entre más información le das al robot, mejores resultados. 

Conforme pasa el tiempo aprendemos, resolvemos y creamos nuevas propuestas. Los bots han llegado a emular al humano contemporáneo, con su lenguaje, sentido del humor y actitudes específicas de esta generación. Esto es debido a que los programadores cada vez son más jóvenes y tienen más accesibilidad a la información y tecnología de programación. Ahora los bots se encargan de brindar entretenimiento 24/7, sin descanso y sin baches de escritor o artista. 

¿Me gusta?

Es cierto que el crédito al arte compartido desde los bots se le debe de dar completamente a los programadores de los softwares. Puede que ellos directamente no creen las obras pero estos artistas/programadores surgen con la idea, crean el código y alimentan el algoritmo con toda la información necesaria para su función. Los siguientes proyectos surgen de la creatividad, la aburrición, talento y paciencia de programar.

Richard Silken Bot

Creado desde el 2017, esta cuenta de Twitter se dedica a compartir fragmentos de poemas por el reconocido poeta Richard Siken cada hora del día, aun en la madrugada. Uno pensaría que con 4 años de existencia el sistema ya habría publicado todos los poemas del autor, pero este bot encuentra nuevas configuraciones de frases, palabras y letras para crear un fragmento totalmente nuevo. Tiene infinitas posibilidades. Aún no es conocido el perfil de la persona que se encarga de programar este perfil. 

Bot de Poesía

Dentro de la misma línea, este bot comparte fragmentos de poesía. Pero no se encasilla en una sola temática, autor o nacionalidad. En el perfil se pueden encontrar parte de poemas, conocidos o no reconocidos de millones de poetas. No se sabe la base de datos que usa el bot para conocer todas estas obras literarias, ni la persona que programó este bot. 

Gradient Bot

Cada día Twitter despierta con una nueva gradiante de color. Este robot creado en 2019 comparte una gradiente generada por un algoritmo cada día, en ocasiones comparte más de una. No tienen relación entre sí, pero estas creaciones llenan de color las timelines de todos los usuarios. Parece ser que nunca van a terminar la combinación de colores.

¿Hasta dónde va a llegar la innovación artística?

Los nuevos artistas crean sus propias reglas y aprovechan los medios de comunicación para distribuir sus propias piezas, sin la necesidad de meterlas a un museo o galería. El esfuerzo es suyo, el crédito también lo es.