La BnF François-Mitterrand analiza la vida y la obra del escritor a través de sus manuscritos hasta el 22 de enero de 2023, mientras que Plon reedita su extensa correspondencia.


“No puede imaginarse el número de personas que vendrán a verle después de mi muerte, o que le escribirán”, aseguraba Marcel Proust con asombrosa lucidez a su ama de llaves y confidente Céleste Albaret, según relata ella en Monsieur Proust. Por lo tanto, al escritor no le habría sorprendido la magnitud del aniversario del centenario de su muerte, ocurrida el 18 de noviembre de 1922 como consecuencia de una bronquitis mal tratada. Las celebraciones comienzan el martes 11 de octubre con la inauguración de una gran exposición en la BnF François-Mitterrand.

Marcel Proust, la fabrique de l’œuvre, que tardó tres años en completarse, fue concebida como un viaje a través de En busca del tiempo perdido (1913). Cientos de objetos, entre ellos manuscritos excepcionales, se han reunido para hacer legible la investigación y las andanzas del escritor, su insatisfacción y su genio. “Nunca antes se habían mostrado tantos manuscritos”, señala el curador de la exposición, Antoine Compagnon, que editó especialmente Sodoma y Gomorra –publicado en el tercer tomo– de La Pléiade.

Marcel Proust, “En busca del tiempo perdido“, manuscrito autógrafo. Sesenta y dos cuadernos de borradores que contienen los proyectos de las distintas partes de la Recherche en diferentes fases de redacción – BnF

Este “libro circular, en el que el narrador se convierte en héroe”, explica el académico, “sirve de hilo conductor para una visita salpicada de fotos y cuadros, desde la primera frase de Por el camino de Swann (1913) hasta la última de El tiempo recobrado (1927)”. Para construir la exposición, Antoine Compagnon ha trabajado con Nathalie Mauriac-Dyer, directora de investigación del CNRS y sobrina nieta del autor, y con el curador Guillaume Fau.

Visita imaginaria a Orsay

El Museo de Orsay ofrece una visita a sus colecciones, dirigida por dos actores, Pauline Caupenne y Grégoire Leprince-Ringuet. Gracias a este recorrido teatral imaginario, descubrirá que la mayoría de los personajes de En busca del tiempo perdido están inspirados en personas que el autor conoció, y que los cuadros que describe, a veces ficticios, toman prestados rasgos que podemos reconocer de Whistler, Monet y Boldini. Esta visita imaginaria estará disponible todos los jueves del 20 de octubre al 15 de diciembre.

En cuanto a las publicaciones, la gruesa correspondencia de Marcel Proust ha sido reeditada por Plon. Se necesitaron más de veinte años para recopilar miles de cartas, entre 1970 y 1993. La colección de cinco volúmenes, prologada por el eminente especialista Jean-Yves Tadié, llegará a las librerías el 3 de noviembre. Lectures de Proust, de Gaëtan Picon, publicado en 1963, ha tenido ya una reciente reedición. A la lista de obras dedicadas al maestro, Thierry Laget, publica Proust et les arts (Proust y las artes), en la que relata la trayectoria del autor a través del prisma de su gusto por la pintura.

Reedición monumental

Proust fue objeto de numerosas publicaciones durante la temporada literaria de septiembre. Le Train de Proust (El tren de Proust), de Bertrand Leclair, se centra, por una vez, en su relación con el espacio. En Marcel Proust, l’adieu au monde juif (Marcel Proust, adiós al mundo judío), Pierre Birnbaum analizó la importancia que tuvo para él la confesión de su madre y la religión en general. En un género diferente, el lingüista Jean Pruvost tuvo la idea de leer la entrada “Proust (Marcel)” en todos los diccionarios que poseía, lo que dio lugar a un encantador ensayo titulado Marcel Proust, “psychologue original” dans les dictionnaires (Marcel Proust, “psicólogo original” en los diccionarios).

Stéphane Carlier, por su parte, ha imaginado una novela, Clara lit Proust (Clara lee a Proust), sobre una peluquera borgoñona que descubre los salones proustianos y los mil pensamientos del escritor. También hay una adaptación en forma de novela gráfica de Monsieur Proust -obra del ama de llaves Céleste Albaret- y una investigación especialmente interesante, Proust, prix Goncourt (Proust, premio Goncourt), de Thierry Laget. Afirma que la concesión del prestigioso premio al autor de A la sombra de las muchachas en flor, cuyo centenario se celebró hace tres años, fue en realidad una cuestión de trucos sucios, intrigas y manipulaciones.

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