Chessboxing, un deporte para la clase creativa


“El chessboxing combina dos de los deportes más opuestos en una batalla donde la fuerza física y la habilidad mental se yuxtaponen para crear atletas que sean capaces de pelear con sus puños y con su mente”.


Un ring, dos personas en esquinas opuestas, listas para hacer todo lo posible por derrotar a la otra en un combate donde sus puños son su única arma. Pasan al centro del ring, tocan puños y suena la campana, intercambian golpes brutales durante dos minutos en un enfrentamiento que parece de vida o muerte. Un asalto de box típico, como los del Canelo, Ali o Pacquiao. 

Pero, terminando el primer round, un grupo de personas sube rápidamente al ring a colocar un par de sillas y una mesa en el centro con un tablero de ajedrez y su reloj. Los peleadores entonces se sientan a la mesa después de que les frotaran Enswells en la cara y se rehidrataran, colocándose audífonos de cancelación de ruido se dan la mano amistosamente, ahora son ajedrecistas.

Los comentaristas de box ahora están narrando una rápida partida de ajedrez en su modalidad blitz, entre dos individuos que hace apenas unos minutos estaban haciendo todo lo posible por dejar al otro inconsciente. Llenos de dolor, sudor y sangre tienen que intentar ganar en el tablero, de no lograrlo en el límite de tiempo, tendrán que boxear otro asalto y así consecutivamente hasta que alguien gane por knockout o jaque mate. Esto es el chessboxing.

¿Cómo nace un deporte?

Aunque pareciese algo hecho a manera de broma, esta disciplina fue fundada completamente en serio por el artista del performance Iepe Rubingh en el 2003, inspirado en un cómic del artista francés Enki Bilal. Y si lo pensamos bien, tiene mucho sentido que dos artistas sean los responsables de crear una disciplina que sin problema podría presentarse como performance en un museo de arte contemporáneo.

 Enki Bilal (izquierda) y Iepe Rubingh (derecha)

El chessboxing combina dos de los deportes más opuestos (porque el ajedrez si es un deporte reconocido por el Comité Olímpico Internacional desde 1999) en una batalla donde la fuerza física y la habilidad mental se yuxtaponen para crear atletas que sean capaces de pelear con sus puños y con su mente. Para Iepe, no era sólo una combinación peculiar de habilidades que parece sacada de un sketch de SNL, es un deporte que existe en sí mismo y esperaba que algún día creciera lo suficiente para llegar a un nivel olímpico. 

El ajedrez ha sido presentado como deporte de exhibición en las Olimpiadas de Sídney 2000, y usualmente pasan alrededor de siete años antes de que un deporte reconocido por el COI pase a formar parte de los JJOO, pero el ajedrez no ha tenido tanta suerte. Tal vez sea a través del chessboxing que el ajedrez pueda eventualmente llegar a unos Olímpicos, y probablemente no falte mucho para eso, pues esta disciplina está cada vez recibiendo más atención por una generación joven que está abierta a ver algo más que deportes tradicionales.

Los creadores de contenido se adueñan del chessboxing

Fue gracias a la pandemia que en Twitch el ajedrez tomó popularidad en una audiencia principalmente enfocada a videojuegos. Impulsado por la popular plataforma chess.com, numerosos torneos y eventos tuvieron miles de vistas en la plataforma donde streamers, usualmente de videojuegos, ahora estaban jugando ajedrez con grandes maestros y hasta celebridades como Rainn Wilson.

A la par de esto, las peleas de box entre influencers llevan varios años ganando terreno en el entretenimiento para la generación Z. Como las de los hermanos Jake y Logan Paul que han llegado a ser transmitidas en canales de pago por evento, o los combates que organiza el streamer español Ibai Llanos, en su magno evento anual la Velada del Año, donde tiene audiencias que llegan a los millones de espectadores y ha contado con la participación de actos musicales de la talla de Bizarrap y Nicki Nicole.

Es entonces que llega Ludwig, un creador de contenido de Estados Unidos conocido por hacer un stream maratónico de 30 días seguidos en el 2021, logrando así romper el record de suscriptores de la plataforma. Habiendo ya participado en varios torneos de ajedrez en el pasado, organizó su evento Mogul Chessboxing Championship, el cual convocó a varios de los influencers y streamers con más seguidores del mundo y hasta jugadores de ajedrez profesionales que nunca habían boxeado en su vida para competir de manera amateur en un evento que fue todo un éxito.

Más de 10 mil personas se reunieron en el Galen Center de Los Ángeles para ver como sus creadores de contenido favoritos jugar ajedrez y golpearse en la cara. La transmisión tuvo más de 300 mil espectadores en su punto más alto, convirtiéndolo en el evento de chessboxing más visto hasta el momento, logando exponer el deporte a una nueva audiencia de jóvenes en todo el mundo.

El entretenimiento del futuro, para la generación del internet

Estamos presenciando una época donde cada vez surgen más deportes y competencias inusuales que logran encontrar su audiencia en nichos de internet, como la modalidad competitiva de las atrapadas, el slapboxing, o las peleas en cabinas telefónicas. Era de esperarse que el chessboxing comenzara a tener éxito en una audiencia joven, crónicamente en línea, que está buscando nuevas formas de entretenimiento todos los días.

El chessboxing es más que una combinación peculiar, hay algo especial en ver jugadores de ajedrez agarrándose a golpes, o boxeadores concentrados en un tablero de ajedrez.  La dualidad del humano se ve reflejada en un deporte que trata de romper con los estigmas de que los boxeadores son tontos y solo sirven para pelear, o que los ajedrecistas no podrían defenderse en un combate cuerpo a cuerpo. Combinando los dos deportes más demandantes de sus propias ramas, nace un nuevo universo de posibilidades y estrategias únicas para la disciplina, un deporte y manera de entretenimiento para la clase creativa.

Post a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *