Columna por: Celeste Espinosa
¿Alguna vez has notado cómo en esta temporada las personas parecemos más dispuestas a conectar con otrxs?
Parece que abril es esa época del año que evoca amores de juventud en los que las caminatas parecían eternas porque la plática estimulaba nuestras mentes hambrientas de nuevas emociones, esos momentos en que la tarde invitaba a contemplar el mundo con ojos nuevos, incluso con esperanza, donde había una sensación de que nada podía salir mal si se tenía amor, una época en la que el amor romántico nos embriagaba los sentidos y nos susurraba que para consagrarnos como amantes reales debíamos sentir hasta que doliera…
En este tono y con estas sensaciones es que aparece Abandonarse a la pasión de Hiromi Kawakami.
Esta antología de cuentos fue publicada en español en 2011 por la editorial Acantilado, está conformada por 8 relatos que para sorpresa de quién se acerca a la lectura de Hiromi Kawakami, no son narraciones de tórridos romances como parece indicar el título, ni son descripciones detalladas de amor ideales que terminan en finales perfectos, más bien, son un conjunto de textos en los que la mezcla entre lo cotidiano y el terror se unen para contar historias de amor (y a veces de desamor).
Para contextualizar y entender cómo es que una combinación de este tipo toma forma en los cuentos de Hiromi Kawakami, debo rescatar su procedencia, nació en Tokio, Japón, el 1 de abril de 1958, su formación no tuvo mucho que ver con la literatura, sin embargo desde la publicación de su primera novela Kamisama” (1994) destacó en este ámbito por su manera sutil, precisa e incluso tierna de narrar las experiencias de sus personajes. En Abandonarse a la pasión recurre a voces femeninas, los ocho relatos son narrados en primera persona por mujeres en distintas circunstancias, atravesadas por la misma emoción en sus diferentes estados: el amor. Si bien todos sus cuentos son muy buenos, siempre hay algunos que destacan, así que te dejo mi selección personal.
El primer relato se llama “Lluvia fina” y para comenzar una antología me parece de lo más adecuado, cuenta una salida entre dos personas que se atraen, en todo momento Hiromi Kawakami es capaz de llevarnos a través de sus palabras por parajes que parecen salidos de una postal japonesa, incluso si la mayoría de nosotros no conocemos el lugar, fácilmente podemos imaginar los lugares y la ternura con la que los personajes se cortejan sin ser agresivos ni intensos, en lluvia fina vemos a una pareja caminar y conversar como cualquiera de nosotros lo ha hecho, sin mayor implicación que la de conocerse, es un cuento sencillo pero que deja la sensación de haberlo vivido como propio, en mi opinión, esa es una de las cualidades de esta antología.
“Abandonarse a la pasión” es el segundo cuento en órden y también es el segundo que más me gusta, es el que le da nombre al libro; “Llevo un tiempo huyendo”, comienza, y de ello se irá entretejiendo la historia de dos amantes que huyen, que escapan sin saber precisamente de qué, que prefieren buscar refugio en el camino y sobre la marcha que quedarse a ser devorados por lo irracional, en este cuento no hay que dejarse engañar por la idea de un aleteo romántico entre dos jóvenes que se aman y dejan todo por amor, sino mirar la realidad de dos personas cuyas decisiones los llevan por caminos de dudas constantes y en donde el abandono, el dejarse ir por el momento más pasional no es más que una suerte de resignación elegida.
Por otra parte, en “El canto de la tortuga” Kawakami explora otro de los aspectos del amor: la separación. En este cuento la protagonista nos cuenta su historia y cómo fue que terminó en un departamento casi vacío con la única compañía de una tortuga. A través de su historia vemos a una mujer que parece hundida en una depresión profunda de la que ni siquiera parece consciente y la forma en que su pareja se enfrenta a ello, somos testigos de una violencia tan sútil que podría pasar desapercibida y que nos obliga a cuestionarnos nuestros propios vínculos. A mi parecer un texto crudo que no pretende ser aleccionador ni hacer denuncia, sino que simplemente muestra las realidad que nadie ve.
Sin lugar a duda, mi cuento favorito de esta antología es “Cien años” y es que tan sólo con el comienzo se ve el tono del que irá: “Hace mucho tiempo que estoy muerta. Sakaki y yo intentamos suicidarnos juntos pero él sobrevivió. Sólo morí yo”.
A partir de aquí Kawakami usa un recurso propio del terror para narrar una historia que podría considerarse de amor, una mujer que ha estado muerta por cien años nos cuenta una historia común, una mujer se enamora de un hombre casado en el vértigo de saberse perseguidos deciden morir, pero no mueren ambos y a partir de entonces el coraje de quien se sacrificó en vano invade espacio, el coraje y la añoranza de un amor acontecido hace décadas, del cual en algún punto deja de haber certeza.
Esta antología es perfecta para pasar por todos los momentos que se viven en el enamoramiento, si lo tuyo no es el romance empalagoso pero, como yo, te identificas fácilmente con historias de personas cotidianas, cada uno de estos relatos será ideal para ti. Hiromi Kawakami encuentra la forma perfecta para mostrarnos los matices sin recurrir a fórmulas trágicas o dramáticas, sino con las historias que cualquiera pudo haber vivido y en las que la humanidad se filtra sin reparos, incluso con el empleo de recursos que parecieran rozar el terror, Kawakami nos muestra emociones reales y nos lleva por un camino emocional que nos es familiar.
Last modified: abril 22, 2022
[mc4wp_form id="5485"]