El #8M nos unió, que el sistema no nos separe: La agresividad como bandera ideológica


“Como mujeres, el sistema social y económico nos mantiene en una posición difícil de cuestionar, podrías preguntarle a cualquier mujer que se identifique con el movimiento feminista cómo fue su comienzo y difícilmente obtendrás una respuesta sencilla”.


Como bien sabemos, el 8 de Marzo se celebra el día Internacional de las Mujeres, fecha que desde su creación ha estado colmada de significados relevantes para la búsqueda de una equidad en los contextos sociales femeninos, en un principio la fecha conmemoraba eventos distintos a lo largo del mundo, como las manifestaciones de mujeres en Europa, así como la tragedia ocurrida en Nueva York en la que las mujeres de una fábrica de telas murieron a causa de un incendio, lo cual motivó que las mujeres protestaran exigiendo seguridad y salarios justos, además de los movimientos feministas en la Rusia de principio de siglo que consiguieron el acceso al voto femenino en su país.

La Teoría King Kong, Virginie Despentes (2006)

Así como esos hay muchos ejemplos de la lucha femenina por la justicia, pero si hay algo claro en todos los movimientos es que las mujeres han sido históricamente oprimidas por la estructura social, sin embargo, llegar a esta conclusión no es un proceso sencillo, a pesar de lo evidente que pudiera resultar. 

Como mujeres, el sistema social y económico nos mantiene en una posición difícil de cuestionar, podrías preguntarle a cualquier mujer que se identifique con el movimiento feminista cómo fue su comienzo y difícilmente obtendrás una respuesta sencilla. La mayoría de nosotras, incluso después de pasar por eventos en los que el privilegio masculino nos puso en riesgo, nos encontramos con problemas a la hora de cuestionar estas estructuras y muchas veces requerimos de otras mujeres que ya habían avanzado en el proceso para poder comprender la realidad que vivimos.

Y estás actitudes son comprensibles, resulta ensordecedor enfrentarse a un entorno que es tan cruel para nosotras, la negación, en mi opinión, no sólo es válida, sino en ocasiones hasta necesaria, pues sin un refugio seguro para enfrentarse a ello con la rabia digna es un salto al vacío, y ese refugio yo lo encontré en el feminismo. 

Pero vamos lento, aún en pleno 2023 vemos a muchas mujeres reaccionar con desdén ante esta palabra, sin saber muy bien porqué les resulta incómoda, si bien es cierto que el feminismo como movimiento alberga muchas ideologías, en principio es necesario simplificar y volver a lo básico, por ello, si por algún motivo ha surgido la duda, aquí les comparto un ensayo para acercarse al feminismo. 

La recomendación es La Teoría King Kong de Virginie Descartes, una autora que tuvo unos inicios poco comunes, nacida en Francia y considerada por los adultos de la época una mujer con problemas mentales que recurrió en la prostitución en algún punto de su juventud, esto dicho sin la menor intención de estigmatizar, sino como dato que la misma autora reconoce, pues desde un punto de estratégica experiencia afirma y defiende una ideología que cuestiona los roles y estereotipos en los que las mujeres a menudo nos vemos enmarcadas; en mi opinión, un libro imperdible para adentrarnos en un feminismo incluyente, la autora comienza con una declaración con la fuerza suficiente para engancharnos: 

Escribo desde la fealdad, y para las feas, las viejas, las camioneras, las frígidas, las malfolladas, las infollables, las histéricas, las taradas, todas las excluidas del gran mercado de la buena chica. Y empiezo por aquí para que las cosas queden claras: no me disculpo de nada, ni vengo a quejarme. No cambiaría mi lugar por ningún otro, porque ser Virginie Despentes me parece un asunto más interesante que ningún otro.

 Me parece formidable que haya también mujeres a las que les guste seducir, que sepan seducir, y otras que sepan casarse, que haya mujeres que huelan a sexo y otras a la merienda de los niños que salen del colegio. Formidable que las haya muy dulces, otras contentas en su feminidad, que las haya jóvenes, muy guapas, otras coquetas y radiantes. Francamente, me alegro por todas a las que les convienen las cosas tal y como son. Lo digo sin la menor ironía. Simplemente yo no formo parte de ellas.

Virginie Despentes

Un ensayo con una brutalidad innegable, pero que no se aprovecha de ello para sacudir, sino que de forma muy fluida aborda temas como la violación, la homosexualidad, la prostitución, la industria pornográfica y la posición política de todo ello.

Virginie no escatima en sacudir los prejuicios en torno al trabajo sexual y a la belleza prototípica, con su libro anterior Fóllame ya había explorado los aspectos sociales de la violación, sin embargo, en este ensayo desarrolla su pensamiento y sus posturas sin temor a ser juzgada, se maneja como ella misma menciona “una King Kong girl”, una mujer que no tiene miedo de afearse y de mostrar agresividad aunque sea vista como amenaza, pues reconoce en la sociedad una especie de show en la que la agresividad es agradable solo para quien la mira de lejos, con morbo, como si viera una obra teatral en la que el espectáculo es ver a una fiera gigante vociferar sin poder hacer nada amenazante, pero que deja de ser divertido cuando se rebela y libera.

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