Como si fuera partido de futbol, todo el mundo se reunió para ver en vivo la subasta del Salvator Mundi. Se convirtió en el evento más grande en el mundo del arte.


Dentro de todas las pinturas e invenciones del hombre renacentista, Leonardo Da Vinci, una de más representativas en esta época, sin duda sería la críptica pieza Salvator Mundi, también conocida como Cristo como salvador del mundo. 

Producida en el año 1500, la pintura fue creada con una estética representativa del alto renacentismo. Pintada para cumplir la comisión de Luis XII de Francia, la pieza es una de las más representativas en su total de 20 obras que le sobreviven. Pero gran parte de su historia y su legado no tiene que ver con la imagen misma, sino que con los misterios que la rodean. De la misma manera que La Gioconda (mejor conocida como La Monna Lisa) es de las obras más visitadas en el Louvre de Francia por el drama que circuló a partir de su desaparición. 

¿Cómo fue que el Salvador Mundi de Leonardo se convirtió en la pieza de arte más cara en la historia? Empezando como una pieza desaparecida por años, hasta llegar a recolectar un total de 450 312 500 de dólares americanos. 

Estamos perdidas, perdidas…

Un siglo después de su creación, la pieza desapareció por completo del archivo. Cuando fue reencontrada, la pieza se le atribuyo a otro artista miembro del taller de Da Vinci, Bernandino Luini. Esta fue considerada la verdad por varios años, pues existen diferentes réplicas creadas por los mismos alumnos del prolífico artista. Tiempo después, esta pieza empieza a atraer atención gracias a una subasta en el estado de Alabama. 

Fue el caso de Robert Simon y Alexander Parrish, quienes en 2005 compraron el Salvator Mundi por un impresionante monto de 10 millones de dólares, ni una fracción de lo que cuesta ahora. Su razón fue muy simple; se veía como una pieza vieja e interesante, no tenían la menor idea del legado de esta pieza ni quién había sido su artista. Basil Clovis Hendry Sr. fue el coleccionista que puso en subastas esta pieza, que anteriormente había heredado de su familiar, Minnie Stanfill Kuntz. La familia Kuntz son conocidos coleccionistas con un gran acervo de obra, ellos le compraron a Sotheby’s en 1958 el Salvator Mundi sin la autoría de Da Vinci, pagaron un monto de 45 libras en el momento. 

Mi recuerdo de la subasta es que me quedé sentado esperando a que subiera el precio. Pero se hizo evidente que nadie más estaba interesado.

Alezander Parrish.

La pieza recorrió diferentes, casas de subastas y colecciones privadas porque no era considerada una pieza esencial de Leonarda Da Vinci, seguía con la autoría de Luini. Hasta que la restauradora Dianne Dwyer cambio la percepción del mundo artístico. Nuevos grupos de curadores, restauradores, historiadores y expertos de Da Vinci, se reunieron para decretar que, en efecto, esta era una pieza original de Leonardo Da Vinci. La noticia se propagó como virus, un nuevo Da Vinci confirmado listo para formar parte de alguna colección, aquella que puedan comprarlo al menos. 

Para el 2011, la National Gallery de Londres ya tenía lista la pieza para ser debutada como parte de su catálogo. Con un precio de salida de 100 millones de dólares. 

Expensiva, Enigma, Enterada…

Como si fuera partido de futbol, todo el mundo se reunió para ver en vivo la subasta del Salvator Mundi. Se convirtió en el evento más grande en el mundo del arte. Pues en realidad es la primera vez que un público joven iban a presenciar una subasta de Leonardo Da Vinci, un evento histórico como ninguno. La subasta fue organizada por la legendaria casa de subasta Christie’s y desde ese momento la venta de Da Vinci se convirtió en un espectáculo mediático. 

Al final del evento, todos se quedaron boquiabiertos con el monto que anunció el subastador, esta pieza alcanzo un monto de $450 312 500 de dólares. Fue después de la venta final que la atención se tornó a la persona que había comprado el cuadro. ¿Quién tenía el dinero para obtener esta pieza? ¿Será una celebridad? ¿Miembro de la realeza? ¿Alguna institución? Con el tiempo se develó al propietario de esta pieza y fue una sorpresa para todos. 

El nuevo dueño del Salvator fue identificado como el príncipe sudi, Bader din Abdullah bin Farhan al Aud, quién adquirió este cuadro para el príncipe heredero de los Emirates Árabes Unidos, Mohammed bin Salman. Lo sorpresivo no fue la identidad de comprador, todos inferían que debería de ser una persona con una gran cantidad de dinero. La sorpresa llegó cuando los propietarios anunciaron sus planes para el cuadro.

Después de la venta, Francois de Poortere, ejecutivo de Christie’s declaro lo siguiente:

Podrías comprarla (Salvator Mundi) y construir un museo alrededor de ella

Y ese era el plan de Salman en colaboración con el gobierno de los Emiratos Árabes y el museo de Louvre. El próximo destino de exposición del cuadro era la nueva sede del museo Louvre en Abu Dabi, sería la pieza estelar. De la misma manera que La Gioconda es la pieza estelar del Louvre en Francia. Al crear una nueva sede del museo de arte más representativo del mundo, Abu Dabi se pronunciaría la capital de las culturas y el arte en los Emiratos Árabes. 

Todo marchaba a la perfección con la planeación del museo y la exposición del cuadro, pero el 2018 iniciaron los dramas, de nuevo. Por razones que nunca han sido aclaradas, la exposición fue cancelada y la pieza no ha sido presentada al público. El departamento de cultura y turismo de los Emiratos Árabes Unidos se ha negado a comentar sobre su localización. Esta nueva sede del Louvre sigue funcionando con piezas donadas por otras instituciones museísticas, pero no hay rastro del Salvator. 

Aún no hay registro del Salvator Mundi. Regresa a estar desaparecido.

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