Mo Yan: La narrativa china influenciada por el Boom Latinoamericano

Columna por: Celeste Espinosa

“Mo Yan es uno de los autores chinos más importantes de su país, bien podría considerarse uno de los más conocidos de este lado del mundo”.


En mi adolescencia, el acercamiento a la literatura requería de un interés personal, tal vez alguna admiración por alguien que cultivara la lectura y debo confesar que los noventas no fueron el mejor ejemplo de ello. Crecí con la idea de que la lectura era una obligación más de la educación y nada más, no podía concebir la lectura como una actividad lúdica hasta que comencé a leer autores como José Agustín, Juan José Arreola e inevitablemente a Julio Cortázar.

Mi acercamiento con el Boom Latinoamericano y con el Realismo Mágico fue lento, pero una vez que comencé, me encantó, seguramente esa fascinación se debía a mi edad o a la forma en que fui descubriendo a los autores, si bien en aquel entonces García Márquez era algo muy similar a un miembro de la cultura pop, leerlo directamente fue toda una experiencia, consiguió envolverme en esas narraciones de un mundo que me parecía familiar, pero que me invitaba a creer en una magia muy propia de los latinos. Me atrevería a afirmar que gran parte de mi generación tuvo sus primeros coqueteos con la literatura gracias a los autores del Boom, no puedo negar que resulta hipnótica la manera en la que sus personajes se desarrollan, conviven y principalmente conversan. 

Mo Yan muestra su medalla después de haberla recibido de manos del rey Carlos Gustavo XVI.

Y es que esa influencia parece haber cruzado los mares y llegado también a Asia, donde la popularidad de estos autores también es latente y puede verse como influencia para autores que desde ese continente muestran su forma de ver el mundo. Este es el caso de Mo Yan, es uno de los autores chinos más importantes de su país, bien podría considerarse uno de los más conocidos de este lado del mundo, fue ganador del Premio Novel de Literatura en 2012.

Mediante sus textos ha logrado transmitir gran parte de la cultura china mediante recursos muy interesantes, es un autor que tiene un don muy especial: maneja con maestría la sátira. Esta característica me resulta muy interesante porque, aunque muchos autores lo intentan, pocos logran dar en el clavo a la hora de hacer sátira sobre situaciones sociales. Mo Yan proviene de una familia campesina establecida en la provincia de Shandong y desde muy pequeño se vio en la necesidad de dejar de estudiar y comenzar a trabajar, durante sus primeros años de adultez se enlistó en el ejercito y, curiosamente, fue en ese entorno en el que comenzó a escribir. Pronto su talento lo sacó de las filas de los soldados y lo llevo a ser miembro del Departamento Cultural del Ejército Popular de Liberación. 

El mapa del tesoro perdido, Mo Yan. Kailas, 2017.

La novela corta más reciente que ha publicado Mo Yan es “El Mapa del Tesoro Escondido”, un título que podría invitar a imaginarse un texto fantástico con marcadas influencias en la basta cultura china, esta idea puede reforzarse al ver la portada que la editorial Kailas Ficción eligió para su edición, sin embargo, basta con una hojeada para darnos cuenta que más que un fantástico viaje por parajes inhóspitos y conociendo lugares increíbles, esta novela nos lleva por escenarios poco conocidos, a través de los recuerdos de alguien que nos narra las historias de su vida. 

A través de menos de 50 páginas, Mo Yan nos hará evocar a García Márquez con su forma tan electrizante de narrar, incluso en la forma de sus textos, escritos de golpe, con muy pocas pausas puesto que todo parece una hilera de hechos que se arrebatan por presentarse ante el lector como si escucháramos de la voz viva de quien lo cuenta la ansiedad por contar más. Estas formas quedan manifestadas desde el comienzo:

“En esta historia todo lo que se cuenta —de principio a fin— es verdad; y en esta historia —de principio a fin— no hay nada que se cuente que sea verdad”

De esta forma, Mo Yan pone un tono a todo lo que leeremos a continuación, “El Mapa del Tesoro Escondido” versa sobre un hombre llamado Make en medio de Beijing quien de pronto se encuentra a un amigo del pasado, en la vida de Make parece no estar pasando gran cosa, pero en la vida de quien irrumpe en su cotidianidad parece haber sucedido de todo y a partir de ese punto leeremos una retahíla de historias que nos llevarán por parajes del pasado compartido o no entre ambos personajes :

“Casi me muero del susto y oí junto a mi oreja algo parecido a una explosión: ¡Hola! Me giré y lo vi. Era mi antiguo compañero de la infancia y de la escuela de enseñanza primaria, Make, que me estaba llamando con su enorme boca y encima me sonreía como un sinvergüenza”.

En medio de estos recuerdos veremos temas de todo un poco, desde una forma muy divertida de abordar temas de todo tipo que van de lo más cotidiano como elegir un lugar para comer, hasta profundas reflexiones casi metafísicas que indagan en la naturaleza de la sociedad en la que se encuentran inmersos. Ambos personajes van a recorrer algunos lugares sin prestarles demasiada atención, pues el entusiasmo del intruso parece ser más poderoso y evita que se desvié la vista a cualquier otra cosa, sin embargo, en medio de ese monólogo, Make recordará momentos y opiniones, pondrá en tela de juicio su pasado y conseguirá llegar a reflexionar en torno de todo lo que le rodea. 

Todo este andar y reflexionar sobre el mundo continúa hasta que ambos se ven inmersos en una situación que raya fácilmente en la magia, de un tema completamente banal pasan a investigar e indagar en sus experiencias para intentar develar el secreto de un libro de fórmulas casi esotéricas, de una magia antigua que nos deja como lectores esperando, inmersos ya en una historia que nos llevó de la mano a lo fantástico.


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