Estados Unidos vuelve a la UNESCO


Washington había abandonado la UNESCO en octubre de 2017, bajo la presidencia de Donald Trump, denunciando el “persistente sesgo antiisraelí” de la institución.


Estados Unidos se reincorporó oficialmente a la UNESCO, de la que había salido bajo la presidencia de Donald Trump, en una conferencia general extraordinaria de la organización de la ONU con sede en París.

Alrededor de 132 Estados votaron a favor del reingreso de Estados Unidos, quince se abstuvieron y diez se opusieron, en particular Irán, Siria, China y, sobre todo, Rusia, cuya delegación se pronunció el jueves repetidamente sobre puntos de procedimiento y el viernes presentó numerosas enmiendas para retrasar los debates.

Acogeríamos con satisfacción el deseo de Washington [de unirse a la UNESCO], lo que reforzaría nuestra organización, pero pensamos que intentan llevarnos a un mundo paralelo, que realmente va más allá de todas las absurdas descripciones de los libros de Lewis Carroll, afirmó el viernes un diplomático ruso.

“En este espacio distorsionado, quienes defienden la democracia y el Estado de derecho empiezan a conducirnos hacia una violación de estas reglas y a arrogarse derechos privilegiados”, prosiguió, argumentando que Estados Unidos debe pagar íntegramente sus atrasos a la UNESCO antes de poder reincorporarse, cuando Washington propone hacerlo de forma gradual.

“La forma en que Estados Unidos ha solicitado este retorno no es aceptable” y equivale a “una violación del espíritu de la Constitución” de esta institución, condenó un diplomático iraní.

El 22% del presupuesto de la UNESCO

Washington se retiró de la UNESCO en octubre de 2017, denunciando el “persistente sesgo antiisraelí” de la institución. Esta retirada, acompañada de la de Israel, era efectiva desde diciembre de 2018.

Desde 2011, cuando Palestina fue admitida en la UNESCO, Estados Unidos, dirigido entonces por Barack Obama, había interrumpido toda financiación a la organización de la ONU, un duro golpe para la organización, a pesar de que las contribuciones estadounidenses representaban el 22% de su presupuesto.

A principios de junio, Washington propuso “un plan” para su regreso a la organización de la ONU para la educación, la cultura y la ciencia. Esta decisión se produce en un contexto de creciente rivalidad con China, ya que Pekín pretende transformar el orden internacional multilateral establecido tras la Segunda Guerra Mundial, del que la UNESCO es una rama.

En marzo, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, consideró que la ausencia de Estados Unidos permitía a China ejercer más influencia que este país sobre las normas que rigen la inteligencia artificial (IA), cuando la UNESCO elabore una recomendación sobre la ética de la IA ya en 2021. “Realmente creo que deberíamos volver a la UNESCO, no para hacerle un regalo, sino porque las cosas que pasan en la UNESCO importan”, había dicho.

Rivalidad con China

Pekín, que había asegurado que no se oponía al regreso y cuyas relaciones con Washington están mejorando ligeramente, votó finalmente en contra de la UNESCO.

La deuda estadounidense con esta organización de la ONU dedicada a la cultura, la ciencia y la educación, contraída entre 2011 y 2018, asciende ahora a 619 millones de dólares, lo que supera el presupuesto anual de la UNESCO, estimado en 534 millones de dólares.

Estados Unidos ha indicado que ha pedido al Congreso estadounidense que desembolse 150 millones de dólares para el ejercicio fiscal 2024, y una cantidad equivalente en los años siguientes “hasta que se liquiden los atrasos a la UNESCO”.

Ya habían abandonado la UNESCO en 1984, bajo Ronald Reagan, alegando la supuesta inutilidad de la organización y sus excesos presupuestarios, pero posteriormente se reincorporaron a la UNESCO en octubre de 2003.

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