La saga es, básicamente, coches padrísimos, grandes secuencias de acción y muchas personas en esteroides haciendo las actividades más sobrehumanas posibles. 


Rápidos y Furiosos ha recorrido un largo camino para llegar a su décima película. Un camino lleno de coches padrísimos, grandes secuencias de acción y muchas personas en esteroides haciendo las actividades más sobrehumanas posibles. 

Hubo un momento en el que está franquicia solo se trataba de criminales teniendo problemas con la policía por hacer carreras clandestinas y algunos otros crímenes menores (asesinato). Pero Vin Diesel es todo un visionario, y con cada entrega nos da historias más cercanas a la ciencia ficción que a una película de acción. Por el amor de Dios, en la película pasada Ludacris va al espacio en el auto más destartalado posible con unos cohetes amarrados.

La magia de esta franquicia es ver hasta donde la llevan, en qué situación ridículamente imposible se mete Vin Diesel y su tan preciada FAMILIA. Aunque haya gente que se enoje por esto, como el hermano que se indigna porque Toretto “tuvo fe” cuando se lanza del puente para salvar a Letty.

Ahora con su décima entrega se espera que al fin llegue un cierre la historia principal, porque se esperan más remakes como el que estará protagonizado por un elenco femenino que ya lleva varios años en desarrollo. Fast X representa el inicio del fin de la historia de Dominic Toretto, que justo acaba de anunciar que será dividido en tres partes. Entonces todavía nos cuelgan otras dos películas donde nadie se va a sorprender si reviven a Paul Walker con magia negra o Toretto logra pactar la paz mundial con el poder de la familia y su Dodge Charger.

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