Frank Ocean: ¿Seis años de espera para esto?


Frank Ocean se quiere creer Kanye West.


Seis años desde la última presentación de Frank Ocean. Seis años de espera para que la semana pasada al fin volviera dar un concierto en nada más y nada menos que Coachella, el festival más grande del mundo. Pero al parecer esos seis años no valieron la pena para muchos, pues Frank dio un show que dejó a todos los asistentes con un extraño sabor de boca.

Desde que ese mismo día en la tarde se anunció que no habría streaming de su presentación por órdenes directas de él, se presagiaba que el espectáculo sería algo peculiar. Y sí, se tardó más de una hora en salir, la gente juraba que iba a cancelar, pero al final presentó un show donde la mitad de sus canciones fueron playback, muy a lo Kanye en sus listening parties del Donda.

La gente que no pudo asistir al evento se resignó a ver la presentación a través de transmisiones en Instagram o TikTok que estaban realizando personas que se encontraban ahí, y dejando a un lado la mala calidad de estas, era obvio que no mucha gente estaba contenta con lo que estaba pasando. A pesar de todo siempre salen defensores y fans que dicen que fue el mejor show de su vida, supongo que se conforman con muy poco. 

Todo el caos culminó en que días después de la presentación se anunciara que Frank Ocean ya no sería el headliner del segundo fin de Coachella, y sería reemplazado por Blink-182 y una presentación en conjunto de los productores y DJs Fred Again…, Skrillex y Four Tet. Realmente creo aquí la gente si salió ganando, era obvio que Frank tuvo muchos problemas con su extraña presentación. Es mejor ver personas que si tienen ganas de tocar, y el set del trío de Fred, Sonny y Kieran es algo que pocas veces en la vida se tiene la oportunidad de ver.

Coachella representa lo peor de la cultura de los festivales, lleno de influencers y celebridades que se preocupan más por subir una foto con el outfit más incómodo que vas a ver en tu vida, más si estás en medio del desierto. Donde la comida está ridículamente cara y la mayoría de las personas tiene que dormir en su coche y rezar para tener la oportunidad de darse un baño. No es solo lo que vemos en las redes, la realidad es que muchas personas solo pagan una ridícula cantidad de dinero para estar incómodos y que su artista favorito cancele de último momento.

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