Christie’s organiza la dispersión de la colección de joyas de la multimillonaria austriaca Heidi Horten. Las asociaciones piden su suspensión por los vínculos de su marido con el partido nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

Christie’s ofrecerá en mayo cientos de joyas pertenecientes a la multimillonaria austriaca Heidi Horten, sin embargo, algunas organizaciones piden que se suspenda la subasta debido a los vínculos de su marido con el partido nazi.

El Centro Simon Wiesenthal, especializado en localizar a antiguos nazis, se opone a la venta a pesar de que debería beneficiar a organizaciones benéficas, ya que Helmut Horten construyó su fortuna en Alemania al amparo del partido nazi, del que fue miembro durante un tiempo.

Una de las piezas centrales de esta colección de 700 joyas que estuvo en posesión de Heidi Horten (1941-2022) es un anillo de Cartier engastado con un rubí sangre de paloma de 25.59 quilates, estimado entre 15 y 20 millones de dólares, afirmó el lunes en la presentación Rahul Kadakia, director internacional de joyería de Christie’s. “También tenemos el Briolette d’Inde de 90.36 quilates, “el diamante de color D más blanco, estimado entre 10 y 15 millones de dólares”, unido a un collar de miríadas de pequeños diamantes blancos, añadió.

Este diamante briolette había sido adquirido por Cartier en 1909, antes de ser vendido al banquero George Blumenthal en 1911 y después al joyero Harry Winston en 1946, para ser vendido supuestamente a un maharajá un año más tarde. Posteriormente fue comprado varias veces y en 1971 fue adquirido por Heidi Horten. Otros lotes destacados son un collar de tres hileras de perlas naturales, sujetas por un diamante rosa de 11.15 quilates (estimado en 7-10 millones de dólares).

Otro collar de oro y diamantes, menos caro (estimado entre 500,000 y 700,000 dólares) pero de gran tamaño, lleva como colgante una esmeralda tallada del siglo XIX de gran tamaño que representa una escena de la epopeya mitológica hindú Ramayana.

Esta colección se encuentra valorada entre 150 y 200 millones de dólares, según Rahul Kadakia. La última vez que Christie’s celebró una subasta de este nivel fue en 2011, cuando vendimos la colección de Elizabeth Taylor, que alcanzó unos 145 millones de dólares en dos días, y eran 400 joyas, explica. [Esta vez], para no tener tantas joyas en el mercado al mismo tiempo, [las ventas se han espaciado.]

“Hacer el bien”

Por ejemplo, 300 lotes se ofrecen en línea del 3 al 15 de mayo, menos de 100 se repartirán en salas el 10 de mayo, 150 el 12 de mayo y unos 300 más en línea en noviembre. Según Forbes, Heidi Horten, fallecida en junio de 2022, tenía una fortuna de 2,900 millones de dólares.

Pero el origen de la fortuna de su marido, que incluía una de las mayores cadenas de grandes almacenes de Alemania, ha suscitado críticas. En 1936, tres años después de la llegada de Adolf Hitler a la cancillería alemana, se hizo con el control de la empresa textil Alsberg tras la huida de sus propietarios judíos, antes de hacerse con varias otras tiendas de propiedad judía antes de la guerra.

Posteriormente fue acusado de beneficiarse de la “arianización” de propiedades judías –medidas de expolio destinadas a transferir la propiedad de empresas pertenecientes a personas de origen judío–. En los últimos días, el Centro Simon Wiesenthal y el Comité Judío Estadounidense han pedido a Christie’s que suspenda la venta.

No recompensen a aquellos cuyas familias pudieron enriquecerse a costa de judíos desesperados, perseguidos y amenazados por los nazis, suplicó en un comunicado el rabino Abraham Cooper, funcionario del Centro Simon Wiesenthal.

A pesar de las críticas y las diversas solicitudes, la casa de subastas accedió a celebrarla porque “todos los beneficios de la venta se destinarán a obras benéficas, (…) y Christie’s está haciendo por separado una importante donación a la investigación y educación sobre el Holocausto”, explicó Rahul Kadakia. “Así que confiamos en que, en última instancia, los beneficios de la venta sirvan para algo”.

Para el Comité Judío Americano, esto no es suficiente: la venta debe suspenderse “hasta que se haga un esfuerzo serio por determinar qué parte de esta riqueza procedía de víctimas nazis”, con vistas a devolverla a los supervivientes y a programas educativos.