Los distintos rostros de Marcelo Vargas

¿Cómo enfrentamos las realidades que estamos viviendo en la actualidad? Nuestro respuesta principal siempre será el protegernos, alejarnos de la información que nos lastima para salvaguardar nuestra integridad. Pero otra manera de afrontarlo es de frente, desde nuestras trincheras.

Desde aquí trabaja Marcelo Vargas, artista digital de Colombia. Quién utiliza su trabajo como una manera de procesar y afrontar las desgracias postmodernas, la tristeza centenial y en general, la manera en la que el mundo se esta destrozando. Con toques de realismo estético, comedia y siempre un enfoque a los rostros humanos. Plasmando la realidad mexicana en rostros de gente común.

Seguimos presentando a los artistas de Artcryped Marketplace, y en esta edición hablamos con Marcelo. Aquí nos comparte más sobre su proceso artístico, su carrera y enfoque en las artes digitales.

¿De dónde surge este gusto de hacer arte digital? ¿Qué es lo que te inspira para crear?

Mi gusto por el arte digital nace gracias a una amiga que admiro desde que era un niño. Me cautivó la infinidad de posibilidades y opciones que te ofrece.
Poder usar cualquier color, corregir, experimentar todas esas opciones están de forma inmediata. Esto genera una herramienta expresiva como ninguna otra, pues me permite encontrarle forma a cosas tan abstractas como lo son los sentimientos sin tener muchas limitaciones en el proceso.
A mi me impacta mucho el contexto colombiano, aunque este país es mucho más que narcotráfico y delincuencia, no logro ignorar que eso es una parte muy grande de nuestra realidad, hasta de nuestra cultura. Afortunadamente el arte sirve para tratar esos temas, representarlos y resignificarlos. Asi uno les quita importancia y puede ayudar a sanar las heridas.
Yo uso el arte digital para intentar entender las cosas que me rodean. Como para reflexionar, burlarme y ausentarme de la realidad que nos tocó.


¿Cómo entraste al mundo de los NFTs? ¿Quién te guío por este metaverso?

Me enteré gracias a un amigo que es financiero, me dijo las ventajas que tenía la tecnología blockchain para los artistas, me llamó mucho la atención eso de saltarse intermediarios, bancos y demás.
Al principio dibujé una colección de 121 PFPs, pero nunca los mintié, con el tiempo fui indagando más y conseguí un trabajo, por un par de meses, recomendando proyectos NFT para un inversor.
Gracias a ese trabajo me pude dedicar a conocer comunidades a fondo, también las dinámicas de la WEB3 e ir creando un camino como artista digital.Todo este proceso ha sido autodidacta, pero lo que más enseña es la gente que conoces, escuchar sus perspectivas. En especial la comunidad de House of Bandits me ha impulsado mucho en este proceso.

Tu obra contiene una expresión enaltecida del sentimiento, nos gustaría que nos compartieras que significa hacer arte para ti. ¿Cómo has aprovechado este medio de expresión?

Hacer arte para mi es aprovechar ese cuento de estar vivo, de sentir un montón de cosas que pronto ya no estarán y dejar un registro de eso. Porque yo no tengo buena memoria, se me olvida hasta qué desayuné, y pintando termino sintetizando cosas que he pensado y no quisiera perder.

El arte me da esa libertad de expresar las cosas sin la pretencion de decir que son verdad, porque al final no se muy bien qué siento. Solo al final, cuando las cosas están casi hechas entiendo algo de lo que está pasando en mi vida.
A mi el arte me sirve como un instrumento para encontrar identidad, partiendo de que yo no soy algo aparte, si no que estoy sujeto a lo que me rodea. Entonces me pregunto por mi alrededor para encontrar mi voz al respecto.


¿Tu creación artística se basa solamente en lo digital, o también tienes obras físicas?, ¿cuál ha sido tu experiencia exponiendo el arte digital en espacios físicos?

La gran mayoría de mi trabajo es digital, solo las personas más cercanas tienen alguna obra física mía. Nunca he pisado una galería de arte, pero de algún modo siempre he intentado llevar al mundo físico lo que pinto en un computador.
Cuando comencé a pintar en digital lo hacía para crear stickers que luego pegaba semáforos, luces y demás. Me gusta la idea de que el arte sea público, que cualquiera lo pueda ver y lo pueda apreciar o dañar.


¿Por qué encontramos esta fijación a los rostros en tus piezas? ¿Qué te pueden decir las caras comunes?

Creo que al final todos somos parte del paisaje y que a todos nos van a olvidar. Me inquieta saber que no recuerdo a prácticamente ninguno de los rostros que vi mientras caminaba a casa, y que esas personas tampoco me recuerdan.
Sin embargo es en esos rostros que olvido donde me puedo ver más identificado, en parte porque la identidad es una cosa muy eterea; en parte porque en las caras podemos resumir historias de vida y de lugares.
Yo soy comunicador social y periodista, mientras estudiaba solía salir a la calle a tomarle fotos a esos rostros que no quería olvidar pero que sabía que lo iba a hacer. Esa fijación se me quedó en la cabeza.

¿A quiénes otros criptoartistas admiras?

Admiro un montón a los grafiteros que están incursionando en la WEB3 y en los NFTs. Bandit (Doodle 2961) ha sido un gran referente desde que comencé a averiguar sobre este mundo, ya que House of Bandits fue la primera comunidad que me acogió y apreció mi trabajo.
De ahí conocí el trabajo de mi compatriota Loro Masnah el cual rompió esa barrera entre lo digital y lo físico pintando NFTs en las paredes de Brooklyn. Pronto me di cuenta de que muchos grafiteros de mi país como Cerezo Monkey, Chirrete Golden y La Plaga Invade ya estaban haciendo presencia en estas nuevas tecnologías.

Por otro lado, Cherika de Argentina y @Hoshipeach (Sarah) son artistas increíbles, que me inspiran cada vez que veo lo que crean. Por lo general cada día descubro artistas admirables,y estoy seguro que se me quedan muchos por fuera.

Puedes coleccionar algunos de sus rostros, solo en Artcrypted Marketplace. Corre a checar su nuevo drop y elige tu pieza favorita e inicia tu colección de NFTs.


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