Los poemínimos, la infancia y Efraín Huerta

Columna por: Celeste Espinosa

“Los poemínimos son una expresión poética mínima, una forma que requiere de precisión y exactitud, las palabras adecuadas que permitan generar el eco que un poemínimo genera […]”


La poesía suele ser un terreno extraño para quienes no se han acercado a ella desde un ángulo amable, muchos de nosotrxs considerábamos la poesía como algo profundamente ajeno a la realidad, al menos en mi caso, pensar en poesía durante mi infancia o adolescencia parecía muy lejano, muy fuera del contexto en el que yo me encontraba, por eso me parece relevante compartir la obra de un autor que, personalmente, me parece un representante de una poesía que está pensada también en común, amable para el lector, sin las pretensiones en el lenguaje que eran muy usuales para su época: Efraín Huerta

Efraín Huerta fue un autor y periodista mexicano, nacido en Guanajuato. A pesar de que su camino inicial parecía indicar que sería un abogado, pronto se dio cuenta que su vocación se encontraba en la literatura, pues desde su infancia comenzó a escribir poemas que fueron publicados en medios locales y ya en su adultez, se vio reconocido como un autor completo.

A lo largo de su obra explora temas sociales y políticos influenciados por su experiencia propia en conflictos y por haber sido testigo de problemas geopolíticos, además se acercó a temas como el amor, la naturaleza, la soledad, siempre desde esa voz tan característica que no teme usar la lírica a su favor sin tanta ceremonia. Muy cerca del final de su carrera, Huerta llevó su escritura a uno de lo puntos más altos de su recorrido por la poesía: los poemínimos.

Los poemínimos son una expresión poética mínima, una forma que requiere de precisión y exactitud, las palabras adecuadas que permitan generar el eco que un poemínimo genera y que, sin duda, Efraín Huerta consiguió. Con un estilo muy suyo que combina a la perfección la ironía con el desconcierto, una suerte de sorpresa que es arrojada al lector y para la que se emplean muy pocas palabras, Huerta tiene la capacidad de decir mucho en muy poco, para él “el poemínimo parece facilísimo (cualquiera lo hace), pero los imitadores descubrieron que era endemoniadamente difícil”. Aquí les comparto una selección de los poemínimos que a mí me parecen una gran forma de comenzar en la poesía:

AY POETA

Primero
Que nada:
Me complace
Enormísimamente
Ser
Un buen
Poeta
De segunda
Del
Tercer
Mundo

CINISMO

Ayer
También
Tengo
Ganas
De
Emborracharme

PROTAGÓRICA

El
Hambre
Es
La medida
De todas
Las
Cosas

SEIS A. M.

Y así
Murmuraba:
«Ya es lunes
Mañana martes
Y el miércoles
Está encima
Pronto
Será jueves
Y luego
Viernes
Y aún
No he
Hecho
Nada
    De trabajo.»

ECOLOGÍA

De la
Ilusión
A la
Erosión
No hay
Más que
Medio
Siglo

Además de todo, Efraín Huerta estaba profundamente interesado en generar literatura para las infancias, lo demostró realizando diversas actividades en las que incluía a los niños y niñas de su entorno, además de crear obras como Alma Mía de Cocodrilo, la cual no sólo estaba destinada a los niños, sino que también fue ilustrada por ellos con la finalidad de acercar la poesía a la infancia desde una perspectiva divertida y colorida. Es precisamente en esta obra que reúne las reflexiones y aventuras de un cocodrilo (que era como llamaban al poeta) y que están acompañadas por ilustraciones que hacen parte del texto, pues conforman un todo, como bien decía Huerta: un poema es un mundo.

…alma mía de cocodrilo
-claro está que soy hijo de
una paloma azul
…y los niños son más flores que niños,
y las palabras como estrellas tristes,
y los barcos invernaderos…
La niña negra sonríe
y su sonrisa
brilla como si fuera
la cuchara de plata
de los pobres…

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