La intención es que se lleve a cabo una vez que reciba autorización gubernamental, esperando empezar a construir en 2024; tomando tres años para concluir la edificación, terminando en 2027, cincuenta años después de la idea original.


En 1977, Christo y Jeanne-Claude tuvieron una idea monumental para una escultura: Una mastaba (tipo de tumba egipcia) en el desierto de Abu Dabi. En 1979, la pareja visitó los Emiratos Árabes Unidos, asombrándose por la majestuosidad del espacio, maquinando las posibilidades que permite tal lugar. A lo largo de los años lograron entablar una sólida amistad con los habitantes de la zona, permitiendo que su capacidad creativa cobrara vida con el proyecto The Mastaba. A pesar de la muerte de Jeanne-Claude en 2009, Christo continuó con la visión de la enorme escultura, sin embargo, tampoco logró verla realizada, ya que falleció en el año 2020. 

Desde aquella primera visita al Emirato de Abu Dabi, Christo y Jeanne-Claude decidieron los colores que la conformarán, así como las dimensiones finales y el lugar en el que será erigida. Años después, durante los años 2007 y 2008, decidieron contratar a cuatro profesores de ingeniería en distintas universidades (Escuela Politécnica Federal de Zúrich; Universidad de Illinois en Urbana-Champaign; Universidad de Cambridge; Universidad de Hosei) para repasar y asegurar que las bases estructurales teóricas del proyecto fuesen sólidas, de manera que pudiesen seguir adelante sin riesgos de derrumbe.

De esa manera, las dimensiones finales serán de 150 m de alto, 300 m de ancho (en las paredes verticales) y 225 m de ancho (en las paredes con un ángulo de 60 grados); será formado por 410 mil barriles multicolores de 55 galones que formarán un mosaico en el oasis de Liwa, a 160 km al sur de Abu Dabi, aproximadamente, y, a diferencia de otros proyectos de la pareja, The Mastaba será permanente.

Así como ocurrió con L’Arc de Triomphe, Wrapped, la monumental escultura será autofinanciada; además, Vladimir Yavachev, sobrino de los artistas, será el encargado de traer a la realidad el último adiós de la dupla, más grande aún que la Gran Pirámide de Giza.


El cariño y respeto que Christo y Jeanne-Claude se tenían uno al otro permitió que desarrollaran satisfactoriamente la cantidad de proyectos que realizaron. Parece que incluso desde su origen, The Mastaba se pensó como un último adiós al mundo, una última obra monumental que representa el amor que se tenían, una promesa de permanencia póstuma. Su más grande y ambicioso proyecto también es el único que será visto por generaciones.

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