Imagen destacada: Sebastián Dufour

Columna por: Celeste Espinosa

“Hay muchas actividades que se sienten como un apapacho […], una de mis favoritas es leer mientras tengo un buen soundtrack de fondo y […] encuentro canciones que se emparejan a lo que voy leyendo y me permiten envolverme aún más en el pacto ficcional que el acto de leer me implica”.


Entre todo el caos de la cotidianidad que muy rápido está dejando atrás los propósitos de bondad del año nuevo, parece necesario hacer espacios para convivir con unx mismx. Hay muchas actividades que se sienten como un apapacho, el ejercicio, las salidas con amigos, un café a media tarde, hacer algo creativo; sin embargo, una de mis favoritas es leer mientras tengo un buen soundtrack de fondo y mucho más cuando por sincronías ajenas a mí, me encuentro con canciones que se emparejan a lo que voy leyendo y me permiten envolverme aún más en el pacto ficcional que el acto de leer me implica, aquí te comparto algunas:

Uno de mis géneros favoritos es la narrativa de terror y sin lugar a dudas mi narradora favorita, recientemente, ha sido Mariana Enríquez, entre sus muchos cuentos con atmósferas lúgubres encarnadas en una Argentina en decadencia, “El Chico Sucio” es uno de los más impactantes, tiene como protagonista a una mujer que decide vivir en una zona marginada debido a que se niega a dejar la casa de su familia.

En ese entorno, conoce a un niño pequeño que le despierta cierta compasión, el niño se encuentra en una situación muy precaria en la que se ven involucradas drogas, violencia y santería, sin embargo, el niño parece estar siempre enfermo y se dedica a vender estampitas en el subterráneo, por lo que poco a poco, la protagonista se verá más cercana a él. Y es que hablando de sincronías, cuando leía este cuento, me encontré con la canción de “Negro Chico” de Los Espíritus que con una voz profunda narra:

Negro chico tiene hambre

Y la madre lo mandó a pedir

Negro chico tiene hambre

Y la madre lo mandó a pedir

“Si la calle no me mata

A la noche me voy a curtir”

Juntando las monedas

Negro chico así aprendió a contar

Sí, juntando moneditas

Negro chico así aprendió a contar

Si querés contar billetes

De afuera la vas a mirar

En este mismo tomo de cuentos se encuentra “La casa de Adela” que muestra una versión latinoamericana del típico cuento de la casa embrujada, con un giro que parece sacado de los rituales más extraños de la santería sudamericana. La atmósfera que Mariana Enríquez propone en este cuento contagia de una desesperación que invita a la acción, pues la desaparición de una niña en circunstancias tan extrañas resulta sumamente inquietante, y mucho más si quienes narran la historia son los niños, ya adultos, que estuvieron dentro de la casa y que cuentan lo terrible de la experiencia. Para este cuento, la canción que, en mi opinión, maneja un ambiente similar con una letra que a gritos pide explicaciones con una voz poco común es “Haunted House” de Belako:

I've been trying to hold you

I told you

So tell me where've you been

I can't help missing you, I miss you

So tell me where've you been

Tell me where've you been

I’ve been trying to hold you

I hate you

Tell me where've you been

I can't help missing you

I hate you

Tell me where've you been

I still love you

I hate you

So tell me where've you been

Won't you tell me where've you been?

En este mood, no puedo evitar recomendar la obra en la que se basa una de las canciones más escuchadas de los bares mexicanos desde mediados de los 90’s “Lobo-hombre en París” de La Unión, y es que es una de esas canciones que unx escucha y conoce sin siquiera darse cuenta:

Cae la noche y amanece en París

En el día en que todo ocurrió

Como un sueño de loco sin fin

La fortuna se ha reído de ti

Jaja, sorprendido espiando

El lobo escapa aullando

Y es mordido

Por el mago del siam

La luna llena sobre París

Ha transformado en hombre a Dennis

Rueda por los bares del bulevar

Se ha alojado en un sucio hostal

Sin embargo, “Lobo-Hombre” de Boris Vian es una obra no tan conocida de un autor que tiene entre sus haberes un envidiable cúmulo de talentos, desde escritor hasta ingeniero, pasado por músico de Jazz. En “Lobo-Hombre”, Boris narra la historia de Denis, un lobo maduro que se ve condenado a una vida dividida a la mitad debido a la mordida de un hombre. La historia versa en torno a la forma en que se adapta a su nueva forma y en cómo aprende a moverse en un mundo humano que le resulta ajeno:

Apenas recobrada la apariencia de lobo y sin dejar de trotar hacia su guarida, Denis consideró el extraño frenesí que lo había asaltado bajo las humanas vestiduras de segunda mano. Él, tan apacible y tranquilo de ordinario, había visto evaporarse en el aire tanto sus buenos principios como su mansedumbre.

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