Dickens gozó de una popularidad más amplia durante su vida que la de cualquier otro autor anterior. Gran parte de su obra podía atraer tanto a los pobres, como a los burgueses; los avances tecnológicos, así como las cualidades de su obra, permitieron que su fama se extendiera por todo el mundo con gran rapidez
El pasado mes de febrero se cumplieron 210 años del nacimiento de Charles Dickens, novelista, periodista, editor, ilustrador y comentarista social británico que destacó durante las etapas temprana y media de la época victoriana. Aquellos primeros años del siglo XIX vieron un crecimiento exponencial en la densidad de población de la isla patronada por San Jorge, ya que Inglaterra pasó de albergar a un millón de habitantes aproximadamente, a un total que se acercaba a los siete millones. De forma paralela, la Revolución Industrial continuaba la marcha que inició en Manchester, con un aumento considerable en la producción de bienes, al igual que en abusos laborales. La creación de más y más fábricas ayudaron al enriquecimiento de la corona británica, así como al gremio de mercaderes e incluso algunos oligarcas surgidos de inversiones comerciales; esto aumentó el diámetro del abismo entre la clase trabajadora y sus patrones burgueses.
Infancia y adolescencia
El autor nació bajo el nombre Charles John Huffam Dickens el 7 de febrero de 1812 en Portsmouth, costa sur de Inglaterra. Hijo de John Dickens y Elizabeth Barrow, Charles fue el segundo de ocho hermanos en una familia de bajos recursos cuyo hogar cambió en varias ocasiones. Su primera mudanza sucedió en 1816, cuando dejaron la costa para buscar nuevos aires en el campo de Chatham, en Kent; en 1822, la familia llegó a Camden Town, un barrio pobre de Londres, para escapar de las deudas que comenzaban a acumularse. Fue ahí donde la vida del joven Charles cambió para siempre. Tan sólo un par de años después, las deudas alcanzaron a su familia y su padre fue encarcelado junto al resto de la familia, como solía hacerse durante ese periodo.
Dicho encarcelamiento obligó a Dickens a dejar la escuela para comenzar un trabajo en una fábrica de cera para zapatos a la orilla del Támesis en la que ganaba seis chelines a la semana hasta que, eventualmente, su padre recibió dinero de una herencia, lo que le permitió pagar la totalidad de lo que debía y así salir de prisión. Parecía ser el reinicio de su infancia, ya que pudo regresar a la escuela y dejar las extensas –y abusivas– horas laborales que eran impuestas sin importar edad o capacidad para operar maquinaria, sin embargo, no fue el caso.
Cuando cumplió quince años en 1927, tuvo que regresar a trabajar para apoyar económicamente a su familia. Nuevamente tuvo que abandonar sus estudios y entró a trabajar como oficinista. Esto implicó el inicio de su carrera como escritor. Se convirtió en empleado de un despacho de abogados –adquiriendo así un conocimiento del mundo jurídico a menudo utilizado en las novelas–. En 1930, Dickens conoció a María Beadnell, quien se convertiría en su gran primer amor. Un primer amor destinado al fracaso, pues los padres de la joven consideraba que Charles era demasiado joven y carente de perspectivas para ser considerado un pretendiente serio.
Experiencia en letras
Durante estos años trabajó como taquígrafo judicial y estenógrafo. Su propia insatisfacción con su carrera y el deseo de causar una impresión más favorable a los Beadnells le llevaron a considerar la posibilidad de convertirse en actor. Incluso llegó a programar una audición hacia 1832. Sin embargo, ese día estaba enfermo y no acudió a la cita. Tras abandonar la idea de la actuación un año después, el escritor decidió enviar ensayos, críticas e incluso algunas ficciones a periódicos y revistas bajo el seudónimo “Boz”, los cuales llamaron la atención, llevando a su publicación en 1836 en una compilación titulada Sketches by “Boz”. En abril de ese mismo año y hasta septiembre del siguiente se publicó de manera periódica lo que sería su primera novela: The Pickwick Papers, siendo originalmente pies de foto para ilustraciones realizadas por Robert Seymour.
Siguiendo los hechos que marcaron su infancia, escribió un panfleto titulado Sunday Under Three Heads. As it is; As Sabbath Bills would make it; As it might be made (El domingo bajo tres encabezados. Cómo es; cómo Sabbath Bills lo haría; cómo podría hacerse) –firmado por Timothy Sparks, un nuevo seudónimo– sobre la recreación y eventos lúdicos en domingo después de que se propusiera una ley que pretendía eliminar todo trabajo y entretenimiento ese día, partiendo de fundamentos cristianos. A Dickens –Sparks– le parecía absurda tal propuesta, por lo que dedicó su escrito al entonces obispo de Londres.
Al renunciar a su trabajo en el periódico, se comprometió a editar una revista mensual, Bentley’s Miscellany, en la que publicó por entregas Oliver Twist (1837-39). Así, tenía que escribir dos entregas por publicación cada mes. Ya había nacido el primero de sus nueve hijos supervivientes; se había casado (en abril de 1836) con Catherine Hogarth, hija mayor de un respetado periodista y hombre de letras escocés, George Hogarth.
El 19 de diciembre de 1843, Dickens publicó Un cuento de Navidad. El libro cuenta con el eterno protagonista Ebenezer Scrooge, un viejo avaro cascarrabias que, con la ayuda de los fantasmas, encuentra el espíritu navideño.
Dickens escribió el libro en sólo seis semanas, comenzando en octubre y terminando justo a tiempo para las celebraciones navideñas. La novela pretendía ser una crítica social, para llamar la atención sobre las penurias a las que se enfrentaban las clases más pobres de Inglaterra.
El libro fue un éxito rotundo, vendiendo más de 6,000 ejemplares desde su publicación. Los lectores de Inglaterra y Estados Unidos se sintieron conmovidos por la profundidad emocional del libro; se dice que un empresario estadounidense dio a sus empleados un día extra de vacaciones después de leerlo. A pesar de las críticas literarias, el libro sigue siendo una de las obras más conocidas y queridas de Dickens.
Tras la publicación de Oliver Twist, Dickens se esforzó por igualar el nivel de su éxito. De 1838 a 1841, publicó La vida y las aventuras de Nicholas Nickleby, La vieja tienda de curiosidades y Barnaby Rudge. Durante la década de 1850, Dickens sufrió dos pérdidas devastadoras: la muerte de su hija y de su padre. También se separó de su esposa en 1858. Dickens calumnió públicamente a Catherine y entabló una relación íntima con una joven actriz llamada Ellen “Nelly” Ternan.
Otra novela del periodo más oscuro de Dickens es La pequeña Dorrit (1857), un estudio ficticio de cómo los valores humanos entran en conflicto con la brutalidad del mundo. La novela de Dickens Nuestro amigo común, publicada por entregas entre 1864 y 1865 antes de ser publicada como libro en 1865, analiza el impacto psicológico de la riqueza en la sociedad londinense.
Last modified: marzo 2, 2022
[mc4wp_form id="5485"]