Perfil de artista: Claude Monet

Las caminatas a lo largo de la costa de Normandía llenaron a un muy joven Claude Monet, de cinco años de edad, de diversos paisajes que se impregnaron en su retina. Paisajes que continuó representando con trazos de pintura hasta el día de su muerte: Color, textura, luz y sombras. Diez años después, poco tiempo antes de enfocarse por completo en las artes, se dedicó a la realización y venta de caricaturas y dibujos de embarcaciones que observaba en los puertos de El Havre.

Su padre, Adolphe Monet, comerciante de abarrotes, quería que su hijo mayor siguiese sus pasos; sin embargo, Marie-Jeanne Lecadre, tía de Claude y pintora, fue quien le aconsejó integrarse al mundo del arte. No fue sino hasta 1858, con 18 años cumplidos, que conoció a Eugène Boudin, cuando su vida cambiaría para siempre. Influenciado por Jean-François Millet y Jean-Baptiste-Camille Corot, la obra de Boudin se llenó de lienzos con vastos paisajes y anotaciones sobre el clima, así como la hora del día en la parte trasera. Elementos de vital importancia sobre el trabajo de Monet, quien decidió adoptar el plenairismo (au plein air) como método principal.

A pesar de la insistencia de su familia, Monet no ingresó a la École des Beaux-Arts en París, sino que en su lugar pasó gran parte de su tiempo en la Académie Suisse, en donde conoció a Camille Pissarro un par de años antes de ser llamado a realizar su servicio militar en Argelia de 1861 a 1862, obligado a regresar debido a una posible enfermedad. Mientras servía bajo los Chasseurs d’Afrique –durante un fragmento de la longeva ocupación del Ejército de África en los Estados ocupados por Francia–, se encontró fascinado por los colores de África, su enorme luminosidad y calidez, completamente distinta al frío encontrado en su natal país galo.

Impresión

Entre 1865 y 1870, unos cuantos años antes de desarrollar el estilo por el que es tan reconocido como padre del impresionismo, Monet conoció a Édouard Manet y quedó sorprendido; por lo que llevó a cabo su versión de Le Déjeuner sur l’herbe, obra originalmente pintada en 1863; sin embargo, su reinterpretación quedó inconclusa debido –aparentemente– a los comentarios negativos de Gustave Courbet, quien también se encontraba representado en la pintura.

Ya en 1870, sale de Francia al estallar la guerra franco-prusiana para evitar ser reclutado, instalándose en Londres, en donde conoce el trabajo de Mallord y Constable, además de maravillarse con las obras de Turner, quien lo influenciaría ampliamente. A partir de este momento, y en adelante, entendió que su enfoque no sería el realismo representativo, sino un estudio; una oda al color, a la naturaleza y a la luz. 
En 1874, al realizarse la Primera exposición impresionista bajo la organización de la Société anonyme des artistes peintres, sculpteurs et graveurs (Sociedad anónima de pintores, escultores y grabadores), la cual se realizó del 15 de abril al 15 de mayo, se manifestó por primera vez la posibilidad –aunque haya sido de manera peyorativa– de un arte impresionista con el estandarte de Impression, soleil levant por delante. Las páginas de Le Charivari fueron las encargadas de difundir las palabras de Louis Leroy. Las encargadas de dejar una huella en la historia del arte. A pesar del peso negativo que Leroy inyectó en su crítica, el grupo de artistas adoptó el título impresionismo para sus obras. Para 1876 Monet logró exponer 18 pinturas en lo que sería la segunda muestra impresionista.

De la percepción al pigmento

Las técnicas pictóricas de Monet siguieron evolucionando con el paso del tiempo. En sus primeras obras estrictamente impresionistas, utilizó una gama diversa de colores, preocupándose por la cantidad de capas en el lienzo, lo cual es apreciable en Impression, soleil levant. La pintura inmortaliza el puerto de El Havre contrastando colores fríos y cálidos. La mañana se presenta gris, reflejando el cielo en las brumosas aguas del norte de Francia. Algunas embarcaciones irrumpen la imagen, añadiendo aspectos inanimados, carentes de vida después de un periodo bélico. El amanecer de una Francia golpeada con un sol que mantiene esperanza en el futuro.  

Hacia el final de su vida, su técnica giró hacia capas de pintura al punto de conseguir más de 10 en un sólo trabajo. Su extensa serie de lirios de agua son consecuencia de un Monet maduro, completamente seguro de su obra y su estilo. La serie de aproximadamente 250 piezas fue realizada mientras lidiaba con problemas oculares en su jardín de Giverny. Llegó a crear ondulaciones para conseguir una textura mucho más rica a partir de pinceladas gruesas, lo que serviría como base para capas más delgadas sobre éstas. Si se conseguía un exceso de pintura, recurría al raspado para eliminar secciones enteras. Sus experimentos plásticos lo llevaron a la utilización de la ​​lixiviación para drenar el aceite del óleo, generando texturas más suaves, al igual que acabados mate. 

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El legado de Giverny

Monet marcó un antes y un después en la historia del arte con su mirada única y su capacidad para congelar momentos cotidianos no de manera representativa/naturalista, sino completamente sensorial. Le dio la espalda a la producción artística de la academia y generó alternativas que eventualmente evolucionaron en las vanguardias. Además de producir un estilo único, realizó una cantidad enorme de piezas. A pesar del paso del tiempo y de enfermedades que le fueron drenando años de vida, seguía sorprendiéndose con las posibilidades de la luz y del color. Los tonos cálidos del verano y la fría paleta del invierno.

Después de algunos problemas oculares y al librar una batalla contra el cáncer pulmonar, decidió destruir gran parte de sus dibujos; bocetos; e incluso pinturas terminadas ya que no quería que se vendieran. Sin embargo, en 1980, su residencia fue abierta al público después de haber sido donada a la Academia Francesa de Bellas Artes.

¿Cuál es tu obra favorita? ¿Cómo se habría desarrollado la historia si Monet no hubiese adoptado la pintura al aire libre?