Imagen destacada: Saturno con el signo de Capricornio, Pietro Facchetti (Siglo XVI)
Columna por: Celeste Espinosa
“Capricornio tiene mucha fuerza a la hora de imprimir sus convicciones en la realidad, aprovechar la energía de Saturno puede ser muy útil para iniciar cosas, para poner en orden los proyectos y presentar un plan de acción que nos permita llegar a donde nuestros sueños quieran llegar […]”
El 2023 comenzó con una ola intensa de información, parece que cada año nos ponemos como meta crear un ambiente más caótico, sin embargo, al principio de año siempre está una sensación de control, una especie de necesidad de poner todo en orden, por supuesto que darle una vuelta al sol parece motivarnos, pero pienso que también tiene mucho que ver la energía capricorniana que impulsa esta temporada.
Capricornio es un signo de tierra, tiene como una de sus características principales ser práctico, en cuestiones de resolución, capricornio nos da lecciones de cómo arreglar problemas sin complicarnos mucho, se sabe que las personas nacidas bajo el signo de capricornio tienen una fuerza que nada tiene que ver con la explosividad, no es una fuerza arrolladora como la que presentan otros signos, su fuerza se manifiesta en la solidez, de todos los signos, capricornio es uno de los más estables, es sumamente disciplinado y tiene una enorme capacidad de planear, lo que casi siempre da como resultado personas que alcanzan el éxito en todo lo que se proponen.
Sin embargo, Capricornio también es un signo exigente, debido a que es previsor, no tolera fácilmente la frustración cuando las cosas no salen cómo ellxs quieren, les gusta tener el control de las situaciones y son excesivamente perfeccionistas, por supuesto que todas estas cualidades pueden ser positivas si se enfocan de forma saludable, pero en muchas ocasiones provocan que lxs nacidos bajo este signo sean ansiosos y aprehensivos.
Los Capricornianos tienden a ser personas leales y confiables con las que se puede contar, tienen relaciones muy duraderas, de todo tipo, ya sea de amistad, de pareja o de trabajo, son perseverantes y responsables, no dejarán un problema sin solución, harán todo en sus manos para resolverlo.
Capricornio puede llegar a sentirse como el deber ser, como el sentido de responsabilidad que nos levanta cada mañana y nos impide renunciar a las cosas seguras y arriesgarnos más, tal vez por ello es que en esta temporada nos sentimos con la capacidad de planear, de prevenir cualquier situación, nos vemos optimistas ante nuestra capacidad ahorrativa y nos genera tanto placer una lista de propósitos que con suerte se cumplirán. Esa energía que impulsa a querer hacer todo es capricornio manifestándose, sin embargo, muchas veces esta fuerza no es fácil de sostener, por lo que con el tiempo llegan esos bajones que provocan profunda frustración que pueden culminar en bajones emocionales (cof cof blue Monday), muestra de ello es este poema de Rosario Castellanos:
Valium 10
A veces (y no trates de restarle importancia diciendo que no ocurre con frecuencia) se te quiebra la vara con que mides, se te extravía la brújula y ya no entiendes nada. El día se convierte en una sucesión de hechos incoherentes, de funciones que vas desempeñando por inercia y por hábito. Y lo vives. Y dictas el oficio a quienes corresponde. Y das la clase lo mismo a los alumnos inscritos que al oyente. Y en la noche redactas el texto que la imprenta devorará mañana. Y vigilas (oh, sólo por encima) la marcha de la casa, la perfecta coordinación de múltiples programas —porque el hijo mayor ya viste de etiqueta para ir de chambelán a un baile de quince años y el menor quiere ser futbolista y el de en medio tiene un póster del Che junto a su tocadiscos—. Y repasas las cuentas del gasto y reflexionas, junto a la cocinera, sobre el costo de la vida y el ars magna combinatoria del que surge el menú posible y cotidiano. Y aún tienes voluntad para desmaquillarte y ponerte la crema nutritiva y aún leer algunas líneas antes de consumir la lámpara. Y ya en la oscuridad, en el umbral del sueño, echas de menos lo que se ha perdido: el diamante de más precio, la carta de marear, el libro con cien preguntas básicas (y sus correspondientes respuestas) para un diálogo elemental siquiera con la Esfinge. Y tienes la penosa sensación de que en el crucigrama se deslizó una errata que lo hace irresoluble. Y deletreas el nombre del Caos. Y no puedes dormir si no destapas el frasco de pastillas y si no tragas una en la que se condensa, químicamente pura, la ordenación del mundo.
Hay quienes dicen que Capricornio tiene la energía de padre, debido a que su planeta regente es Saturno, que en la cultura griega era conocido como Cronos, el padre de los dioses, es por ello que a veces Capricornio nos lleva a preguntarnos si lo que hacemos es correcto, nos invita a ser críticos con nosotros mismos, a veces incluso a recapitular y reformular lo que hacemos y decimos, otro ejemplo de ello es este poema de Roque Dalton:
Decires
«El marxismo-lenninismo es una piedra para romperle la cabeza al imperialismo y a la burguesía.» «No. El marxismo-leninismo es la goma elástica con que se arroja esa piedra.» «No, no. El marxismo-leninismo es la idea que mueve el brazo que a su vez acciona la goma elástica de la honda que arroja esa piedra.» «El marxismo-leninismo es la espada para cortar las manos del imperialismo.» «Qué va! El marxismo-leninismo es la teoría de hacerle la manicure al imperialismo mientras se busca la oportunidad de amarrarle las manos.» ¿Qué voy a hacer si me he pasado la vida leyendo el marxismo-leninismo y al crecer olvidé que tengo los bolsillos llenos de piedras y una honda en el bolsillo de atrás y que muy bien me podría conseguir una espada y que no soportaría estar cinco minutos en un Salón de Belleza?
Capricornio tiene mucha fuerza a la hora de imprimir sus convicciones en la realidad, aprovechar la energía de Saturno puede ser muy útil para iniciar cosas, para poner en orden los proyectos y presentar un plan de acción que nos permita llegar a donde nuestros sueños quieran llegar, Capricornio nos da la estabilidad para crear una rutina que nos de la estabilidad para crear el camino que queramos transitar. Como en este poema sin nombre de Nares Montero:
Estas son mis rutinas: A las diez me despabilo. Miro ensimismada las marcas de mi cuerpo. Hago inventario. No hago nada. Pronuncio cada poro por su nombre, acumulo las escamas, acaricio cada esquirla. Después de la faena robo discreta café de la cocina y vuelvo a mis quehaceres. Rezo mis oraciones, las murmuro. A mi alrededor un punto negro, un agujero, la espinilla aumentada de la congoja. Aprieto. Estoy a salvo. Hay chiquillas sosteniendo mis creencias. Me hacen volver a un lugar inesperado, diciendo: Esto no está bien, debiéramos ser pupilas y somos las columnas ciegas a las que el sol apunta terco sus rayos astillados. Cuando es mucha la luz también hay ablepsia. Nada se ve, ni las ruinas que nos rodean, ni las manos sosteniendo la antigua carga de la culpa. Lo que duele la costumbre lo vuelve confortable.
Last modified: enero 17, 2023
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