Se revelan las identidades detrás de Bored Ape Yacht Club

El pasado 4 de febrero, Katie Notopoulos de BuzzFeed News reveló las identidades detrás de los seudónimos “Gordon Goner” y “Gargamel”, fundadores de Yuga Labs, empresa responsable de la enorme colección NFT, Bored Ape Yacht Club (BAYC).


A pesar de haber realizado diversas entrevistas en medios de gran cobertura (Rolling Stone; CoinDesk; The New York Times) en los que detallan algunos elementos destacables de su vida privada, no fue suficiente para el gigante de medios digitales, ya que Notopoulos se dio a la tarea de buscar todo rastro de nombres legales y formación académica en registros públicos.

Eventualmente, la reportera encontró lo que buscaba. Wylie Aronow (35 años) y Greg Solano (32 años) son los nombres de “Gordon Goner” y “Gargamel”, respectivamente; ambos de Florida. La búsqueda comenzó a dar frutos en cuanto encontró una dirección en Delaware afiliada a Solano, desde donde se incorporó el registro Yuga Labs. Finalmente, la información obtenida fue confirmada por Nicole Muniz, CEO de la compañía.

El suceso llegó en un momento clave para la empresa y BAYC, ya que en esa misma semana se reportó que la firma de capital de riesgo Andreessen Horowitz se encuentra en conversaciones para otorgar un financiamiento que catapultaría a Yuga Labs hasta un valor estimado entre los 4 y los 5 mil millones de dólares. Además de los seudónimos de Aronow y Goner, hay dos miembros más que se consideran cofundadores de la empresa (Emperor Tomato Ketchup; No Sass); sin embargo, no ha surgido información sobre su posible identidad.

Horas después de la publicación del artículo en BuzzFeed, tanto “Gordon Goner” como “Gargamel” llevaron su indignación a Twitter –utilizando mismos seudónimos como nombres de usuario–, en donde condenaron la investigación como un acto de doxeo (divulgación de información privada sin consentimiento) y publicaron una fotografía suya a un lado de un Bored Ape con la leyenda “Web2 me vs Web3 me”.

A raíz de la reacción de los afectados, la conversación se dividió –como suele suceder– en aquellos que catalogan el trabajo de Notopoulos como un ataque a la privacidad, llegando incluso a recibir amenazas por parte de la comunidad indignada; por otra parte, hay quienes defienden lo sucedido argumentando que la periodista no difundió más que sus nombres, dejando fuera cualquier tipo de información personal o familiar. El hecho ha sacudido tantos árboles que se comienza a comparar con Matt Hall y John Watkinson, creadores de los CryptoPunks, quienes no utilizaron seudónimos. También se pone en duda la relación que se cree tener dentro de la comunidad NFT en cuanto a creadores dueños de compañías valuadas en millones y usuarios que sólo realizan movimientos con sus propios tokens no fungibles.

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