Aunque se ha recuperado parte del botín, estimado en más de 113 millones de euros, aún faltan muchas joyas de las colecciones de los príncipes de Sajonia.
El extraordinario robo de las joyas de valor incalculable de la Bóveda Verde de Dresde por parte de la organización criminal más temida de Alemania, el clan Remmo, se ha saldado finalmente con la condena de cinco de los seis acusados.
Presentándose como meros comparsas en una historia que les sobrepasa, estos jóvenes delincuentes unidos por lazos de sangre, algunos de los cuales eran menores en el momento de los hechos, recibieron el martes en el tribunal de Dresde penas de prisión de hasta seis años y tres meses, inferiores a la petición de la fiscalía. El sexto, que había sido atendido en urgencias la noche del crimen, fue absuelto.
En la noche del lunes 25 de noviembre de 2019, la banda se apoderó de tesoros del siglo XVIII en el museo del castillo, antaño propiedad del rey sajón Federico Augusto. Rubíes, collares, diamantes y adornos de espada fueron robados con un hacha y una sierra hidráulica.
Los autores actuaron “con considerable energía criminal y descuido”, comentaron los jueces. Abdul Majed y Wissam Remmo habían robado algunas de estas herramientas. Rabieh había prendido fuego al Audi. Mohamed y Bashir habían vigilado. Pero aún no se sabe quién inició y planeó el robo.
El botín devuelto
Es el alto valor simbólico del botín lo que, paradójicamente, explica que el jurado tuviera mano ligera. A cambio de su clemencia, los acusados devolvieron parte del botín -en muy mal estado- a Noël y accedieron a algunas confesiones. Aunque a la colección le sigue faltando un blanco de Sajonia de 49.8 quilates, el gesto bastó para contentar a los responsables del museo. Durante la audiencia, éstos no tuvieron que justificar las flagrantes deficiencias de seguridad observadas en el establecimiento.
Se ha cerrado una parte de la herida de nuestro tesoro nacional y se ha condenado legalmente a los autores, declaró satisfecha la ministra de Cultura de Sajonia, Barbara Klepsch (CDU).
Clásico del derecho penal alemán, este procedimiento de declaración de culpabilidad, cuyos términos fueron cuidadosamente negociados por la defensa, evitó que los acusados tuvieran que denunciar a los instigadores del robo. Esta es una fuente de frustración para los investigadores, que ven al poderoso clan Remmo detrás de la operación.
Originaria de la provincia turca de Mardin, recientemente asolada por un terremoto, la familia, que forma parte de una minoría árabe, huyó de su patria en los años treinta antes de que sus descendientes desembarcaran en Berlín Occidental. Indigentes, se hundieron rápidamente en la delincuencia hasta formar una poderosa comunidad criminal de varios centenares de personas, regida por la ley del silencio.
Un clan que acumula delitos
La banda acumuló más de 250 delitos (asaltos a furgones blindados, atracos a bancos, etc.), cuyo producto blanqueaban en parte en propiedades inmobiliarias. En la capital, sobre todo en el barrio de inmigrantes de Neukölln, cerca de 80 propiedades del clan, entre chalés y tiendas, tienen un origen delictivo. “En el lote hay restaurantes famosos. Llevamos años intentando descubrir este blanqueo de dinero, pero es difícil”, declaró Ralph Knispel, fiscal berlinés encargado de casos penales.

Este alto magistrado ha sido personalmente objeto de intimidaciones públicas por parte del jefe del clan, Issa Remmo.
Tras un periodo de benevolencia política hacia el clan, la nueva mayoría municipal formada en torno a la CDU ha anunciado futuros “esfuerzos para combatir a los clanes”. A petición del distrito de Neukölln, la justicia ordenó a principios de abril al jefe del clan, Issa Remmo, abandonar su soberbio chalé de 400 metros cuadrados, cuyo alquiler pagaba en parte la administración pública. Esta propiedad de origen delictivo ya había sido embargada en 2018, sin impedir que la familia viviera allí y organizara costosas fiestas bajo vigilancia policial.
En este contexto, el concejal democristiano de Neukölln, Falko Liecke, teme que la sentencia de Dresde no tenga un efecto disuasorio. “Es de temer que los acusados no permanezcan mucho tiempo en prisión, el tiempo necesario para preparar su próximo movimiento, y salgan millonarios”, pronosticó el electo. En el momento del robo de Dresde, algunos de los acusados se encontraban en libertad condicional en el marco de una condena impuesta tras el robo, en 2017, de una enorme moneda de oro de 100 kilos en el Bode-Museum de Berlín.
Last modified: mayo 17, 2023
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