Dentro del marco de la segunda semana del arte en lo que va del 2022, Saenger Galería abre sus puertas con tres exposiciones en su espacio ubicado en el barrio de Tacubaya, dedicado al arte contemporáneo. Tuvimos la oportunidad de visitar un par de ellas: ¿Cómo se construye un río? y – mira a los hombres caer –.
El cuerpo virtual y el cuerpo oprimido
Continuando con la presentación de Re/flujo(s) en Salón Acme, el trabajo conjunto de Nicole Chaput y Madeline Jiménez Santil; curado por Yina Jiménez Suriel y Haydée Rovirosa, vuelve a transformarse, ahora dentro de las salas de Saenger.
Momentos antes de ingresar a la exposición, Bernardo Saenger, director fundador de la galería, mencionó:
“Cuando pensamos en una galería; en el mundo del arte, se piensa en una serie reglas que -aunque nadie sabe quién las puso- siempre han sido así. No tienen que haber reglas. De ahí viene el tema del río.”
El diálogo y el movimiento generado a partir de la pregunta que titula el proyecto, da pie a una serie de cuestionamientos en torno a los espacios de exhibición tan usuales dentro de los circuitos artísticos, así como del mercado mismo. De acuerdo con Yina Jiménez, tanto ella como su cocuradora, Haydée Rovirosa, se vincularon con las prácticas artísticas de Chaput y Jiménez Santil, permitiendo revisiones y trabajos durante todo un año sobre sus ejes de investigación e inquietudes.
Al igual que en Salón Acme, el desafío surgió al hilvanar los conceptos expositivos con las obras; sus lenguajes, expresiones e intenciones distintas, tomando en cuenta que la exhibición no presenta piezas de una única artista. Por otra parte, la manera de aterrizar la curaduría en una feria de arte -en donde los límites se comparten- es completamente distinta a cómo se realiza en áreas dedicadas, como las salas de una galería.
Sin embargo, la esencia se mantiene. Las cuatro creadoras entienden la problemática que yace dentro del cubo blanco, dentro de las expectativas museísticas, galeristas y curatoriales en cuanto al Arte, con mayúscula. Cada nueva exposición montada se convierte en un suceso evanescente. No pasa nada. La obra muere de a poco.
Es a partir de este momento que ¿Cómo se construye un río? se constituye como un espacio diferente; dinámico, ya que tanto las piezas presentes, así como la curaduría, serán modificadas cada dos semanas, trazando diversas líneas de interpretación y diálogo, construyendo una herramienta sintáctica para generar movimiento.
La obra de Madeline Jiménez Santil expone cuerpos en distintos momentos de una misma obra, apareciendo desde el cambio constante. Se piensan los cuerpos en relación al movimiento, generando estructuras para habitar, concretando un lenguaje; creando códigos para alejarse de las ideas estereotipadas del cuerpo -de su cuerpo-, de la representación esperada y capitalizable dentro de las dinámicas contemporáneas. Cada pieza es considerada una extensión de su persona, un alter al que no quiere dejar morir. La pulsión de vida mantiene los cuerpos geométricos -y mecánicos- en una virtualidad que se manifiesta como la realidad, como su continuidad, no como su negación. La artista habla de “una especie de maquinaria en donde el deseo se encuentra fuera del cuerpo” al referirse a un robotito que recorre toda la sala, uniendo las obras, concluyendo la primera de diversas versiones de la exhibición.
Por otra parte, Nicole Chaput aborda su producción artística desde la deformación aterrizada en cuerpos femeninos, desde estrategias que modifican el interior y se reflejan en la vida pública estructuras para seguir habitando. Legislaciones. Aprehensión. Representaciones que existen en espacios con nuevas lógicas de habitarse y construirse.
¿Cómo se construye un río? presenta una postura fuera de lo pasivo del arte, transformándose en un espacio de exhibición y en un espacio de trabajo, de pensamiento. La obra no muere en permanencia perenne, sino que se modifica debido al movimiento, al diálogo, a la deformación, rompiendo el molde del cubo blanco.
El arte de la ciencia; la gravedad del mito
Las obras presentadas en – mira a los hombres caer – se originan desde la relación de dos bases humanas: La fe y la ciencia. Por una parte, la carga sígnica que acompaña a la mitología como fuente fundacional de todo fenómeno natural, la metáfora como recurso humano que produce y decodifica dichos signos; por otra parte, las estructuras y los procesos científicos que explican y dan orden al mundo que nos rodea.
La artista multidisciplinar Ana de la Puente y el curador Michel Blancsubé nos refieren al mito de Deucalión y Pirra, cuya historia se presenta en el libro I de la Metamorfosis de Ovidio de manera más extensa. Tras sobrevivir al diluvio de Zeus y haber consultado al Oráculo de Delfos, Deucalión y Pirra -descendientes de Prometeo y Pandora, respectivamente- siguieron la críptica orden Temis y arrojaron los huesos (piedras) de la Gran Madre (la tierra) a sus espaldas. Cada piedra arrojada por Deucalión se convertía en un hombre; por el contrario, cada piedra arrojada por Pirra se convertía en mujer. Fue así que repoblaron el mundo.
Los dibujos realizados por de la Puente presentan una sola línea que al interrumpirse da pie a grandes rocas siguiendo una misma dirección, no siempre hacia abajo, pero tampoco yendo en contra de las leyes de la física. Así como las piedras caen, los hombres también, ya que cada roca es una persona, un humano que se vale de la naturaleza a la vez que la afecta.
La segunda parte de su exhibición se trata de una instalación envolvente ubicada en la terraza de Saenger Galería. Se trata de un círculo elevado en el que se diversas piedras coronan la circunferencia, creando horizontes en los 360° de ciudad que permite visibilizar. La pieza se expresa de distintas maneras, dependiendo del espacio en el que se encuentre el espectador, ya sea dentro o fuera del círculo, acercando o alejando el horizonte; la sombra; el espacio; la intimidad; lo micro; lo macro.
Todas las exposiciones se encuentran abiertas a partir del 27 de abril a las 5 p.m.
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