“Sí, el arte puede escandalizar”, defiende la ministra de Cultura tras una polémica en el Palais de Tokyo


Un cuadro de Miriam Cahn que representa a una persona con las manos atadas obligada a realizar una felación es acusado por el partido político, RN (Rassemblement national), de enaltecer la pornografía infantil.


¿Es fuck abstraction!, de Miriam Cahn pornografía infantil? “No corresponde a un ministro o a un parlamentario calificar un delito penal”, defendió el martes la ministra de Cultura.

Expuesta desde el 17 de febrero en el Palais de Tokyo, esta obra de la artista suiza representa a una persona con las manos atadas, obligada a realizar una felación. Para algunos, como la asociación Juristes pour l’enfance (Abogados para la infancia), se trata de un niño. El cuadro es objeto de una petición en línea para exigir su retirada, que hasta ahora ha recogido unas 8,500 firmas.

“No son niños. Este cuadro trata de cómo se utiliza la sexualidad como arma de guerra, como crimen contra la humanidad”, se cita al artista en un comunicado del museo parisino.

Interrogada por la diputada de RN Caroline Parmentier, la ministra de Cultura Rima Abdul Malak pidió que no se “mezcle todo”. “La lucha por la protección de los niños y contra todas las formas de violencia es una lucha que todos los días libramos colectivamente en el gobierno junto a mi colega Charlotte Caubel”, declaró.

“Fuiste a hacer tu truco de relaciones públicas y filmaste este cuadro, pero ¿viste toda la exposición? ¿Hablaste con los mediadores? ¿Leíste las explicaciones? Porque no se puede sacar una obra de su contexto”, continuó, citando a la propia artista.

“Sí, el arte puede escandalizar, puede cuestionar, a veces puede provocar malestar, incluso asco. El arte no es consensual. Y la libertad de expresión y de creación está garantizada por la ley”. Añadió que “no corresponde a un ministro o a un parlamentario calificar una infracción penal. Ese es el papel de los tribunales”.

El Observatorio para la Libertad de Creación emitió un comunicado de apoyo al artista. “Los artistas deben ser libres para denunciar estos delitos. Como dijo George Sand sobre la literatura: “El escritor no es más que un espejo que refleja, una máquina que transfiere, y que no tiene nada que perdonar si sus huellas son exactas, si su reflejo es fiel. Lo mismo ocurre con la pintura, y este debate, que dura ya dos siglos, ha llevado siempre al descrédito de los censores.

El 7 de marzo, el Palais de Tokyo dijo ser “consciente” de que el planteamiento artístico del artista podía “generar malentendidos” y anunció que reforzaba su sistema de mediación. Advertencias acompañan la exposición para prevenir al público.


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