Tarjetas intercambiables NFT: La nueva manera de coleccionar

El coleccionismo no es solo para los ricachones, aunque sea un concepto muy relacionado con el dinero, es una práctica muy común que puede ser realizada por cualquier persona, pero solo tiene un valor cuando lo hacen las grandes instituciones. El ser coleccionista está tristemente ligado con la búsqueda de piezas cada vez más extravagantes y caras que puedan ser útiles para el adorno de interiores, pero el coleccionismo y los coleccionista dieron el inicio a las exposiciones de arte como las conocemos hoy en día.

El significado de la palabra- como la práctica- se ha deformado y repensado de distintas maneras para que se acomode a las formas de vida, y en estos momentos se ha transformado en algo irreconocible.

Pequeños coleccionistas

Se empieza coleccionando objetos, artísticos y no artísticos, de manera lúdica sin la necesidad de crear una gran colección. Guardamos objetos que llaman nuestra atención como lo harían nuestros antepasados en los Gabinetes de Curiosidades, solo esta colección es privada fuera de lucro. La necesidad de crecer la colección es eminente, cualquiera que sea el objeto cada vez pesa más el deseo por completar la colección. Todos empezamos como coleccionistas pero vamos soltando nuestras pertenencias a lo largo de los años. 

El tipo de coleccionismo presentado a temprana edad es impulsado por medios de producción para crear una forma de vida basada en el consumismo. Desde la infancia se construye la idea de gastar los domingos para crecer la colección de algo; tazos, álbumes de estampas y sus paquetes, figuras decorativas, muñecos dentro de dulces o juguetes que acompañan comidas.

Todos estos objetos luego eran custodiados por los padres e intercambiados por los compañeros de clase a la hora del recreo, donde tenías otra oportunidad para encontrar el objeto que faltaba en tu colección.  El coleccionismo es algo que practicamos desde temprana edad.

Gabinete de Curiosidades

Luego, ya sea por la influencia familiar, social o escolar, siempre terminamos regalando o tirando nuestras preciadas colecciones. Ocupar espacio siempre ha sido el problema principal de las colecciones, parecería que es increíblemente necesario contar con una galería o una gran casa para seguir con ese tipo de vida.

Pero se han encontrado/realizado, desde la digitalidad, maneras más accesibles de coleccionismo. El mundo digital crea un nuevo mundo para nosotros habitar, una nueva realidad donde el espacio puede ser infinito dependiendo de lo que se habite. Las nuevas propuestas de coleccionismo digital resuelven las problemáticas del espacio y aseguran la autenticidad de las piezas. Todo de manera sencilla. 

La tokenización del arte

Gracias a la tecnología de la blockchain se ha facilitado esta práctica, y ahora hasta puedes encontrar piezas aún más exclusivas. Existe una barrera entre el coleccionismo tradicional, que encuentra su público en las galerías y museos, y el coleccionismo digital. Coleccionar archivos digitales como NFTs facilita varias cosas, desde la facilidad de obtención, almacenamiento y de verificación de autenticidad del producto, que es el aspecto más importante del coleccionismo, solo así puede valorarse el activo.

Los NFT dan seguridad dentro de la digitalidad, cualquier archivo coleccionable está protegido dentro de la blockchain y se concentra en un espacio digital que existe solo para almacenar los archivos, la seguridad de estas plataformas recae en que todos los archivos están encriptados y existen en un solo espacio, solo pueden ser vistos, almacenados y transaccionados con los códigos. 

Lo esencial para los colectores es la autenticidad de la pieza. En la era de la réplica infinita las piezas NFT tienen valor en que su origen está verificado por su código, aun con réplicas, descargas y reproducciones del mismo archivo, la pieza original cuenta con el código del creador, algo que no se puede repetir. Los coleccionables pueden ser cualquier cosa que se pueda encriptar desde tarjetas coleccionables, piezas de arte o piezas creadas sólo para ser tokenizadas. Cada pieza coleccionable es un archivo creado por un artista digital, es arte digital.  Esta práctica de tokenizar el arte ha revolucionado la manera en la que pensamos sobre el arte digital, el mercado del arte y la tokenización de activos. 

Esta tokenización también es bastante complicada pues borra la línea entre la mercantilización y la difusión del arte. De alguna manera se está empujando la comercialización del arte, se olvida la creación del arte por “amor al arte”. Se podría decir que las razones por las que se crea arte es solo para mercantilizar con la producción creativa. 

¿A dónde nos va a llevar esta tokenización del arte? ¿Se puede conservar el amor al arte aún tokenizado las piezas?

Los coleccionables de los famosos

Para responder estas preguntas podemos dar un vistazo a las piezas coleccionables que se han creado. Se podría decir que el gusto por coleccionar nació desde la creación de los NFT, con proyectos como CryptoKitties en 2017 o CryptoPunks de LarvaLab, pero fueron las tendencias y la popularidad la que llevó esta práctica a la fama

NBA: Tarjetas coleccionables

Para sumarse a la escena de los coleccionables NFT la liga de baloncesto estadounidense NBA, creó en colaboración con Topps,  tarjetas digitales que muestran una selección de momentos icónicos de los partidos. Más de 230,000 fans del deporte formaron parte de la compra, venta e intercambio de dichas tarjetas, popularizando el género de NFTs. 

Top Shot NBA.

Pokemon NFT-

Las tarjetas intercambiables de Pokemon fueron un elemento icónico para muchas infancias desde la ya mencionada dinámica del recreo, que ahora buscan actualizar sus formas de intercambio para que las nuevas infancias puedan participar. Pokemon crea sus propias tarjetas intercambiables NFT y apuesta por crear su propio NFT marketplace.

NFT de Youtubers- 

Tanta es la popularidad del medio que Youtubers se están sumando a los esfuerzos para incrustarse en el internet. Logan Paul, celebridad del internet con bastantes controversias en su carrera, ha creado sus propias tarjetas intercambiables inspiradas en las tarjetas de Pokemon. El lanzamiento de la colección contó con 3,000 piezas NFT de Logan y 1,700 fueron vendidas en su primer día de subasta, recaudando $3.5 millones de dólares.

Logan Paul NFT.

Todo puede ser un NFT, cualquier cosa puede ser tokenizada y el valor de la pieza lo dicta la demanda y la novedad del medio. Entre más populares sean los NFT más celebridades van a unirse solo para crear dinero, la libertad de creación que antes pesaba la escena se va perdiendo poco a poco. Las creaciones de los artistas se pierden alrededor de todos los productos comerciales. 

Los artistas empujan cada vez más contra el arte comercializado que abarca los marketplaces. Esta escena fue creada para descentralizar el arte y crear accesibilidad tanto de creación, exposición y colección. Los proyectos de artistas optan por separarse de todo medio tradicional y crear un mundo desde sus computadoras. 

El futuro del coleccionismo se está escribiendo con códigos, los NFTs se convierten en la opción más importante para coleccionar el arte. Pronto se hará una separación entre los artistas NFT y las corporaciones que ven la oportunidad de mercado, para liberar espacio en el mundo digital. 

Nick Rose, el fundador de Ethernity Chain el marketplace de NFTs, habla sobre esto: 

Está claro que los NFT autentificados de figuras reales del deporte y el entretenimiento son el único futuro real de los coleccionables NFT. Cuando lanzamos una gota con Tony Hawk, Muhammad Ali o el legendario futbolista Pelé, todos ellos están autentificados, avalados y respaldados por estas personas, creando así un valor subyacente real para ellos.

forbes

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