Excavado en los últimos tres años, a tiro de piedra de la plaza de San Pedro, el edificio apreciado por el emperador romano estaba decorado con un lujo especialmente refinado. En los próximos meses, será cubierto por el jardín de un hotel de cuatro estrellas.


La vitrina estaba erizada de columnas chapadas en pan de oro y suntuosos ornamentos de mármol. Nada menos valdría para el orgullo de un artista. O de un emperador. El 26 de julio, las autoridades arqueológicas de Roma anunciaron que habían encontrado los lujosos restos del teatro de Nerón. Bien conocido por las fuentes históricas, este monumento público, codiciado durante mucho tiempo, había eludido la sagacidad y las herramientas de los investigadores durante varios siglos. Se encontraba a cinco metros bajo el patio del Palacio de la Rovere, un espléndido edificio del siglo XV con una fachada color caramelo, situado a lo largo de la Via della Conciliazione, la vía principal que une la Plaza de San Pedro con el Castillo de Sant’Angelo.

“Se trata de un descubrimiento de excepcional importancia que atestigua el lugar donde Nerón ensayaba sus representaciones de poesía y canto”, se congratulaba de anunciar en un comunicado Daniela Porro, jefa de la Superintendencia Especial para los Bienes Arqueológicos de Roma, organismo público responsable de las excavaciones en la capital italiana. Su equipo presentó a la prensa las diversas estructuras que han quedado parcialmente al descubierto en total secreto desde 2020, entre ellas la cavea –las gradas semicirculares del teatro romano–. Columnas derrumbadas, muros pintados y revestimientos de ladrillo en opus reticulatum, caracterizados aquí por escombros policromados en forma de redes de pesca, completan el cuadro.

“Las estructuras estaban provistas de revestimientos preciosos y refinados, tan suntuosos que es muy probable que se tratara de un edificio financiado con dinero imperial”, declaró Alessio De Cristofaro, científico encargado de la excavación preventiva, al diario romano Il Messagero . Los arqueólogos estiman que el edificio tenía más de 42 metros de diámetro, y han datado el yacimiento a mediados del siglo I d.C., en algún momento de los reinados de Calígula (37-41), Claudio (41-54) y Nerón (54-68). Según Alessio De Cristofaro, varios elementos decorativos exuberantes apuntan a la época neroniana, como una cabeza de dos caras esculpida no con Jano, el dios romano de dos caras, sino con las divinidades griegas Zeus y Dioniso.

Leyenda negra

Al igual que la Domus Aurea y el Coloso Neroniano –una estatua monumental erigida en el emplazamiento del actual Coliseo–, dos monumentos emblemáticos del reinado de Nerón, el suntuoso teatro atrajo las iras de historiadores romanos como Suetonio y Dión Casio. “Para exaltar el poder imperial, el lujo había alcanzado tales niveles que Plinio el Viejo exclamó, escandalizado: ‘En Roma se desmontan montañas para construir palacios'”, cuenta a nuestros colegas italianos Marzia Di Mento, directora de la excavación.

En la antigüedad, el gusto de Nerón por las artes líricas, y por la lira en particular, era bien conocido y a menudo malinterpretado por los historiadores romanos, muchos de los cuales crearon una leyenda negra sobre el último emperador de la dinastía Julio-Claudia. El día del gran incendio de Roma en el año 64, Nerón parecía estar en su teatro, según el rumor extendido por las calles de la ciudad. “Se extendió el rumor de que, en el mismo momento en que Roma estaba en llamas, el príncipe había subido a su teatro personal y había cantado la ruina de Troya, comparando los males del presente con los desastres de antaño”, relata Tácito.

Sin embargo, el teatro de Nerón no se construyó en el corazón de Roma, sino en la periferia occidental de la ciudad, en la llanura del Vaticano. Se levantaba cerca del circo construido por Calígula en la finca cedida a su madre, Agripina la Vieja. Los hipotéticos contornos de este edificio, dedicado a las carreras de cuadrigas y donde se cree que murió el apóstol Pedro, figuran entre las estructuras adicionales descubiertas por los arqueólogos durante sus tres años de excavaciones. Los investigadores también desenterraron un gran número de pequeños objetos de mobiliario, varios centenares en total, entre ellos finas jarras de cerámica, colgantes de bronce paleocristianos y vajillas medievales de cristal, que son extremadamente raras en Roma.

Una vez concluido el estudio, que durará varios años, los diversos objetos recuperados en el yacimiento se expondrán en museos romanos. En cuanto al yacimiento antiguo, se volverá a enterrar para preservarlo para las generaciones futuras y no estropear el proyecto de remodelación parcial del Palazzo della Rovere para convertirlo en un hotel de lujo Four Seasons. El establecimiento, cuya apertura está prevista para 2025 en un ala del palacio, contará con un jardín fuente en el patio del teatro de Nerón.

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