Misterios de museo: Isabella Stewart Gardner Museum

Por primera y única vez desde su inauguración, el Isabella Stewart Gardner Museum se convierte, durante 81 minutos, en la sede del robo de arte más grande jamás realizado. 


De Europa para Boston
Mrs. Gardner in white, John Singer Sargent (1922)

La colección de Isabella Stewart Gardner resulta tan variada como la cantidad de países que visitó mientras continuaba con vida. Originaria de Nueva York y nacida en 1804, “Donna Isabella” disfrutó de grandes privilegios, siendo hija del rico comerciante de textiles, David Stewart. Durante su infancia y adolescencia fue expuesta al arte sacro encontrado en la Iglesia de Gracias y Dependencias de Manhattan, mientras, de manera paralela, era instruida en Bellas Artes, al igual que en lenguas extranjeras. Eventualmente llegó a París para continuar su educación, en donde conoció a la hermana de su futuro esposo, Julia Gardner. Al poco tiempo, visitó el Museo Poldi Pezzoli de Milán; fue en ese momento que reconoció lo que quería para su propio futuro. Un hogar para su propia –y eventual– colección.

No fue sino hasta 1860, poco tiempo después de haber regresado a Estados Unidos, que conoció y se casó con John Lowell Gardner, comerciante en Indias Orientales, lo que le permitió a la pareja viajar constantemente y serviría como pretexto perfecto para adentrarse al mercado del arte en Europa. Tras recibir una cantidad considerable de dinero –$1.75 millones de dólares– como herencia después de la muerte de su padre, “Isabella de Boston” comenzó a construir lo que se convertiría en una colección compuesta por más de “7,500 pinturas, esculturas, muebles, textiles, plata, cerámica, 1,500 libros raros y 7,000 objetos de archivo procedentes de la antigua Roma, la Europa medieval, la Italia renacentista, Asia, el mundo islámico, Francia y América del siglo XIX”, según la descripción presentada por el museo que lleva su nombre.

Hacia 1896, los recién iniciados en el mundo del arte notaron la falta de espacio en su hogar de Massachusetts para albergar su creciente colección, por lo que jugaron con la idea de edificar su propio museo. Un año después visitaron Italia para conseguir algunos materiales que deseaban incluir en la estructura; desde ventanas, hasta capiteles. En 1898, John Lowell Gardner falleció, víctima de un ataque cardiaco, dejando a Isabella a cargo de su sueño.

La construcción del edificio inició tras la contratación del arquitecto Willard Sears y la compra del terreno en The Fenway que ahora se conoce como el número 25 de Evans Way, en Boston, Massachusetts. El proceso resultó largo y un tanto pesado, según narra el propio Sears en sus diarios, ya que Stewart Gardner insistía en cambios o adiciones no planeadas. En una entrada del diario, relata:

La Sra. Gardner cambió de opinión con respecto a la disposición de las ventanas de arco de medio punto en el oeste y de la sala gótica hoy, después de haber sido construidas en parte, y las hizo reconstruir.

Para 1901, la construcción se encontraba cerca de terminarse, permitiendo a la coleccionista trasladarse al espacio privado del cuarto piso para iniciar la organización y la distribución de las obras en las distintas galerías del recinto. El museo abrió sus puertas –de forma privada– oficialmente en enero de 1903, permitiendo visitas públicas un mes después. A pesar de haber cumpllido su sueño y el de su difunto esposo, Stewart Gardner continuó adquiriendo obras y fungiendo como mecenas, además de directora, patrocinando eventos y enriqueciendo el acervo de la institución museística durante veinte años más, hasta que fue obligada a vivir una vida menos acelerada debido a complicaciones cardiacas, ocasionando su muerte en 1924. Sus instrucciones póstumas dictan que si el edificio es alterado de manera permanente, la colección completa debe ser puesta en subasta, y las ganancias donadas a la Universidad de Harvard.

¿El golpe perfecto?

Sábado 17 de marzo de 1990. 11:30 p.m. Boston se encuentra sumergido en risas, alcohol y vestimenta verde, celebrando al santo patrón de Irlanda. Mientras tanto, Rick Abath (23) y Randy Hestand (24) se encuentran listos para iniciar su turno nocturno como guardias de seguridad para un histórico museo en Boston. ¿El problema? Ninguno de ellos ha recibido capacitación formal como guardia de seguridad. Abath desertó del Berklee College of Music y era miembro de una banda de rock, por lo que frecuentemente se presenta ebrio o drogado al trabajo; Hestand es estudiante en el New England Conservatory y le gusta practicar el trombón durante sus ratos muertos en el museo. Esa noche, Abeth comenzó su ronda de vigilancia, dejando a Hestand en el escritorio para detectar cualquier movimiento fuera de lugar.

Domingo 18 de marzo de 1990. 12:44 – 12:53 a.m. La alarma de incendios ubicada en el cuarto piso se enciende, obligando al joven guardia de seguridad a cambiar su ruta. Una vez asegurado que no existe motivo alguno para que la alarma fuese activada, Abeth continúa su rondín, cruzando el Blue Room, galería en donde se encuentra el Chez Tortoni de Manet –una de las trece piezas robadas–. Los detectores de movimiento no fueron activados en esa área durante el resto de la madrugada.

1:04 – 1:24 a.m. Los guardias intercambian labores y es ahora Hestand quien deja el escritorio para recorrer las salas y los pasillos del recinto; Abeth se queda atrás y, en contra del protocolo establecido, abre y cierra la puerta que se dirige hacia Palace Road. Horas después de las celebraciones llevadas a cabo por el día de San Patricio, algunos bostonianos que continúan festejando y se encuentran en el Fenway, se percatan de un auto estacionado cerca de la entrada lateral del museo, sobre la misma Palace Road. A dos de ellos, quienes presentaron su declaración más tarde, les pareció que un policía de Boston estaba al volante. 

1:26 a.m. Dos supuestos policías de Boston se acercan a la entrada, alegando que fueron llamados por disturbios en la zona; de nueva cuenta, en contra del protocolo, Abeth les permite la entrada. Al pasar por ambas puertas de seguridad, los hombres uniformados le informan al guardia que se encuentra bajo arresto y debe llamar a su compañero. Él accede. En cuanto Hestand llega a la entrada junto, de igual manera es arrestado; pregunta los cargos y uno de los policías contesta: Esto es un robo. El mundo del arte se encuentra completamente vulnerado y burlado por dos sujetos vestidos con el uniforme del cuerpo policial local. Por primera y única vez desde su inauguración, el Isabella Stewart Gardner Museum se convierte, durante 81 minutos, en la sede del robo de arte más grande jamás realizado. 

Lo único que se sabe durante el atraco, parte de los testimonios de ambos guardias y de los detectores de movimiento –poco confiables–, ya que los ladrones se llevaron la cinta en la que se guardaba la filmación de las cámaras de seguridad. Ambos inexpertos encargados del museo fueron atados con cinta adhesiva en los túneles que recorren la parte inferior del edificio hasta que fueron encontrados siete horas más tarde por los guardias del siguiente turno. El ataque se concentró en el Dutch Room, llevándose seis de las trece piezas, las cuales alcanzan un total aproximado que oscila entre los $300 y los $500 millones de dólares. Cada una de las pinturas robadas fueron cortadas del marco, sin cuidado. Curiosamente, una de las piezas más importantes y valiosas, Self-portrait, 23 de Rembrandt, se quedó atrás, probablemente porque fue olvidada o –menos probable– porque fue ignorada.

“Anatomy of a heist”, publicado por Boston.com

Fueron trece piezas las que fueron tomadas esa noche. Sus marcos y espacios vacíos continúan en su lugar original, con la esperanza de que regresen a donde pertenecen, ya que hasta la fecha no hay detenidos y los únicos sospechosos han muerto.

  • The concert, Johannes Vermeer (1663-1666)
  • A lady and gentleman in black, Rembrandt van Rijn (1633)
  • Christ in the storm on the sea of Galilee, Rembrandt van Rijn (1633)
  • Portrait of the artist as a young man, Rembrandt van Rijn (1633)
  • Landscape with obelisk, Govaert Flinck (1638)
  • Chez Tortoni, Édouard Manet (alrededor 1875)
  • Procession on a road near Florence, Edgar Degas (1857-1860)
  • Study for the programme, Edgar Degas (1884) –Dos distintas versiones–
  • Three mounted jockeys, Edgar Degas (1885-1888, aproximadamente)
  • Leaving the paddock, Edgar Degas (siglo XIX)
  • Eagle finial, Pierre-Philippe Thomire (1813-1814)
  • Ancient Chinese Gu (1200–1100 a.C.)

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