El festival estadounidense, celebrado en el desierto de Black Rock (Nevada), quedó paralizado por las lluvias torrenciales. Atrapados en el lugar el lunes, decenas de miles de asistentes al festival esperan desesperadamente que termine el calvario.


Decenas de miles de participantes en el Burning Man, donde murió una persona, seguían atrapados el domingo 3 de septiembre de 2023 en el lugar de este encuentro anual en pleno desierto de Nevada, transformado en un lodazal por las fuertes lluvias. La policía de este estado del oeste de Estados Unidos anunció el sábado que investigaba una muerte que “se produjo durante este episodio de fuertes lluvias”, sin dar más detalles sobre las circunstancias del fallecimiento.

Burning Man es un encuentro anual anodino, en parte celebración de la contracultura, en parte retiro espiritual, fundado en 1986 en San Francisco. Desde la década de 1990 se celebra en el desierto de Black Rock, una zona protegida del noroeste de Nevada que los organizadores se han comprometido a preservar.

“Como arenas movedizas”

En los videos publicados en las redes sociales, la “Playa”, un enorme descampado, se ha vuelto claramente intransitable. “Algo más de 70,000 personas” seguían varadas en el lugar el domingo por la mañana, según el sheriff del condado, Nathan Carmichael, entrevistado por la CNN. El acceso a Black Rock City, nombre del lugar de la concentración a unas decenas de kilómetros de los primeros asentamientos, estaba cerrado desde el viernes a causa del mal tiempo.

Algunas personas, asustadas por la situación, intentan abandonar el lugar a pie, a veces con bolsas de plástico a modo de botas, para llegar a la única carretera transitable a unos 8 km de distancia. Otros intentaron en vano llegar en automóvil, un todoterreno hundido en el barro hasta el fondo de la carrocería, según uno de los pocos videos publicados, ya que el acceso a Internet era limitado.

Parálisis prolongada

Según un funcionario de la Casa Blanca, el presidente Joe Biden ha sido informado de la situación. “Los participantes en el evento deben escuchar a las autoridades nacionales y locales, así como a los organizadores del evento”, aconsejó el funcionario. Las autoridades locales están pidiendo a la gente que “permanezca en el lugar hasta que el suelo sea lo suficientemente sólido y seguro” como para permitir los desplazamientos.

Está previsto que el festival finalice el lunes, pero los asistentes podrían quedarse varados hasta el martes o el miércoles si vuelve a llover. “Soy cirujano y tengo que trabajar el martes, pero empiezo a darme cuenta de que no va a ser posible y de que los pacientes me van a necesitar, pero no puedo hacer nada al respecto”, declaró el Dr. T, un ucraniano residente en California que pidió el anonimato.

Ayudarse mutuamente a sobrevivir

Desde el sábado por la mañana, los organizadores han estado instando a los participantes a “conservar agua, alimentos y combustible y encontrar un refugio cálido y seguro”. También estaban ocupados desplegando antenas para proporcionar acceso a Internet. “Venimos aquí [al desierto] sabiendo que es un lugar donde hay que traer todo lo necesario para sobrevivir. Por eso todos estamos bien preparados para este tipo de fenómenos meteorológicos”, afirmaron en un comunicado enviado el sábado.

Algunos de los participantes dieron testimonio del espíritu de ayuda mutua. La quema de la gigantesca hoguera de madera instalada en el centro de la “Playa”, que marca el final del festival y le da nombre, se ha aplazado hasta el lunes por la noche, según informaron el domingo los organizadores.

La lluvia ha provocado inundaciones en otros lugares de Nevada, sobre todo en la ciudad de Las Vegas. El año pasado, Burning Man tuvo que hacer frente a una intensa ola de calor y fuertes vientos que ya dificultaron la experiencia a los “quemados”, como se apoda a los asistentes al festival.

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