El mercado del arte de Hong Kong encuentra su “El Dorado” a pesar de la censura


El segundo mayor mercado de arte de Asia registró transacciones millonarias en la feria Art Basel, del 23 al 25 de marzo, en una ciudad donde la expresión política en el arte está reprimida por ley.


Hong Kong, el segundo mayor mercado de arte de Asia, recuperó su impulso en la pasada edición de Art Basel, registrando millones de dólares en transacciones en una ciudad donde la expresión artística política está reprimida por ley.

Más de 86,000 visitantes recorrieron los pasillos de la feria internacional de arte contemporáneo, que volvió a su escala prepandémica con unas ventas de más de 98 millones de dólares reportadas por Art Basel, el doble que en 2019.

Entre las obras vendidas figuran Fillette au béret, de Picasso, que se vendió por 5.5 millones de dólares, y una de las famosas calabazas de la artista japonesa Yayoi Kusama, que se vendió por 3.5 millones de dólares, según datos divulgados por la feria. Sin embargo, no todos los acuerdos se revelaron a discreción de las galerías, como el precio de la escultura cinética de Beeple, que se vendió por 9 millones de dólares.

Asia es el mercado del arte que crece más rápidamente en el mundo, declaró Angelle Siyang-Le, directora de Art Basel Hong Kong (ABHK). Fíjese en la calidad de los visitantes, se entusiasmó Sébastien Carvalho, director de la galería parisina Mitterrand, sentado junto a una Nana blanca de Niki de Saint Phalle. Viene gente de toda Asia, coleccionistas de muy alto nivel que “no tienen miedo de gastar dinero, afirmó.

Obra de Yayoi Kusama expuesta mientras miles de visitantes se agolpaban en una sala de exposiciones de Hong Kong y se cerraban acuerdos por obras de Picasso y la misma Kusama, los coleccionistas de arte celebraban la vuelta del centro financiero asiático a su bullicioso apogeo. (Foto de Peter PARKS / AFP)

¿Impacto de la censura?

Hong Kong sumó más de 1.160 millones de dólares en subastas en 2022, por detrás de Pekín (2.010 millones), según la firma de análisis Artprice. Pero las libertades personales se han visto gravemente recortadas en el centro financiero desde que Pekín impuso su dura ley de seguridad nacional tras las protestas prodemocráticas de 2019. La ley de 2020 “ha creado autocensura en la industria creativa”, lamenta Kacey Wong, una artista que abandonó la ciudad en 2021 por la represión. “Que las cifras de ventas en Art Basel sean buenas no significa que Hong Kong haya vuelto”, asegura, ya que “los artistas se decantan en cambio por temas ornamentales y coloristas para evitar las líneas rojas [de la ley]”.

La semana pasada, una obra de arte en la que figuraban los nombres de manifestantes hongkoneses encarcelados fue retirada de una enorme valla publicitaria en pleno centro de la ciudad. La feria, sin embargo, aseguró que la censura no tuvo “ningún impacto” en su trabajo: “Confiamos en operar de la misma manera que antes”, declaró Siyang-Le.

“Enorme potencial”

Mientras Hong Kong se ha visto lastrada por sus drásticas restricciones sanitarias, algunas megaciudades vecinas se han hecho un hueco en el mercado del arte, como Seúl, que tomó el relevo de Frieze en septiembre, y Singapur, que lanzó una nueva feria en enero.

Hong Kong sigue teniendo la ventaja de un mercado bien estructurado, con la presencia de grandes actores internacionales […] lo que se traduce en una ventaja considerable en términos de ingresos por ventas, afirma Thierry Ehrmann, director de Artprice. Una de las ventajas de la metrópoli china es la ausencia de derechos de aduana, impuestos sobre el valor añadido o impuestos de sucesiones sobre las obras de arte. El potencial de esta región es inmenso, declara Alex Branczik, responsable de arte moderno y contemporáneo en Asia de Sotheby’s.

Para las tres principales casas de subastas del mundo, Hong Kong es “el nuevo El Dorado”, señala Artprice en su último estudio: Christie’s logró allí el 8% de su facturación global en obras de arte en 2022, Sotheby’s el 12% y Phillips el 13%. “El precio medio de una obra de arte sigue siendo más alto allí que en cualquier otro lugar del planeta: 280,000 dólares”, dice Ehrmann. China representa el 24% del mercado mundial del arte, solo superado por Estados Unidos, y supondrá el 35% en 2021, tras ver caer sus ventas un 34% en 2022 por la pandemia, según Artprice.

Pero las casas de subastas apuestan por que la desaceleración no dure, e incluso planean ambiciosas ampliaciones de sus operaciones en Hong Kong ya en 2024. Sotheby’s, con sede en Nueva York, tiene ahora tantos postores en Asia como en Norteamérica. “Es un pilar clave de nuestro negocio. Y no solo en Hong Kong”, añade, señalando que los pujadores asiáticos también son “esenciales” en las salas de subastas de Londres, Nueva York y París. En 2022, dos tercios de sus nuevos clientes eran asiáticos y “en gran medida más jóvenes”, asegura.

El año pasado, Sotheby’s firmó un contrato de alquiler de 2.230 metros cuadrados en el corazón de Central, el distrito de negocios de Hong Kong, donde los alquileres son de los más caros del mundo. Pero fuera de la élite artística de la ciudad, a algunos artistas les resulta más difícil vivir de su trabajo. “Creo que las casas de subastas y los coleccionistas serán lo bastante inteligentes como para mantenerse alejados de los artistas polémicos y de las obras” que puedan considerarse sediciosas, afirma Wong, exiliado en Taiwán, que dice no “atreverse” a exponer en Hong Kong.

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