Barbiecore, estilo que se supone, reivindica una idea feminista, idea que empata la feminidad con la fortaleza y el liderazgo, todo esto a la par del anuncio de la película que llegará a los cines el 20 de julio: Barbie.


Aún recuerdo la primera vez que vi Mean Girls, yo tenía alrededor de unos once años cuando descubrí las chick-flicks sin saber que ese era el nombre del género. Al pasar el tiempo adquirí diversos estilos con respecto a las modas, entre ellos nunca estuvo el rosa mexicano o colores muy pasteles por aquella idea de no “ser como las otras chicas”. Junto con las tendencias y el crecimiento tanto de edad como de nivel de deconstrucción, viene la revelación de que el rosa no es un color malo, sin embargo, conociendo nuevas mujeres, me di cuenta que no fui la única que veía las chick-flicks cuando tenía casa sola y veía películas de acción con otras personas, ni la única que tenía películas y muñecas de Barbie a escondidas en su cuarto o en un lugar que no se pudiera ver a simple vista.

El color rosa y la hiperfeminidad

A través de la historia, en este caso de las películas que frecuentábamos, podemos darnos cuenta de todas las características de las mujeres que han usado rosa en la existencia de las mismas; siempre tonos pastel y claros, rosas, tacones, bolsas y usualmente rubias. A este estereotipo de mujeres rubias siempre se les pone un gran atractivo pero aparentemente muy poco intelecto, además de que en muchas de estas protagonistas vemos que la única motivación que tienen es ser admiradas, amadas u obtener la aprobación de los hombres, excluyendo sus pasiones como seres humanos que son.

Cuando hablo de este tema, el primer personaje en el que pienso es Regina George, pero no podría estar más alejada del tiempo y el espacio que pasó desde que este estereotipo se formó; personajes como Lorelei Lee, personaje interpretado por Marilyn Monroe en “Gentlemen Prefer Blondes” (Los caballeros las prefieren rubias, 1953), cuyo himno es la conocida canción “Diamonds are a girl’s best friend” (Los diamantes son los mejores amigos de una chica), o incluso desde antes, en la película Desert Nights (Noches de Desierto, 1929), en donde la protagonista Diana es un mujer rubia y tonta que es engañada por unos ladrones que desean hurtar una mina de diamantes.

Este arquetipo se volvió parte de la cultura general, probablemente desde antes que nuestros padres nacieran, en una cultura dominada por el hombre y haciendo a una mujer bonita, interesada en el dinero. Sin embargo, en 1959, Barbie, diminutivo de la hija de la creadora Ruth Handler, Bárbara, fue lanzada como un proyecto de Mattel, usando en su primera aparición una cabellera rubia y un traje de baño rayado, con un patrón de cebra, un peinado y lentes muy dignos de los años 80.

Aunque su vestimenta no usa el rosa característico del personaje, la caja sí empleó el rosa chillón que conocemos y junto con la frase aspiracional: “Sé lo que tú quieras ser”, fue su forma de conquistar el mundo. Además de dividir opiniones entre hombres y mujeres de las distintas épocas que fue conquistando.

Posterior a que el rosa se asociara con la feminidad después de la Segunda Guerra Mundial, y se fuera concibiendo más allá de un constructo social como un paradigma, Barbie comenzó a usar esos trajes que ahora conocemos. Faldas, blazers, o vestimenta acorde tanto a la época como a la profesión que fuera tomando la muñeca, todos con un tono rosa, como con la Barbie Astronauta, con las botas largas de tacón del mismo tono en la muñeca de 1985.

Al ser Barbie una mujer rubia, alta y de proporciones “perfectas”, se ha asociado con lo femenino, y recordemos que lo femenino, ante ciertas personas (incluyendo mismas mujeres) resulta conflictivo. Se nos ha enseñado que lo “femenino” o lo delicado y suave está asociado a la debilidad, por lo tanto a la mujer, y bajo el mismo argumento, ser sensible y cuidarse a sí misma tanto física como mentalmente son incompatibles con el hecho de ser una persona independiente, fuerte y con aspiraciones propias, que no incluyan a los varones o a una figura de autoridad al necesitar depender de ella.

Cuando ser inteligente se excluye de ser atractiva

Dentro de los años 80’s y 90’s, se buscó impulsar más la idea de las mujeres femeninas, sin embargo, en estas épocas también se popularizaron las nepobabies y con ellas, las mujeres bimbo (atractivas pero tontas, normalmente rubias, al igual que en los años 50’ o 60’, no obstante, aquí ya tenían una denominación que se volvió popular desde aquellas épocas), teniendo como un claro ejemplo a Paris Hilton, quien cumplía todas las características de entrar en los cánones de belleza de la época, delgada, rubia y sobre todo, rica. Algo que aportó a esta idea de las mujeres superficiales fue que su huella característica era el rosa (incluyendo sus automóviles, accesorios como bolsas de diseñador, vestimenta de sus mascotas), la joyería excesivamente costosa que portaba, los eventos sociales a los que asistía además de los que organizaba y su personalidad alejada de la realidad de muchas personas.

Para esto, entraron posteriormente la época de los 2010, que comparada a las chick-flicks de los 90’ (Clueless, She’s All That) y de los 00’ en donde tenemos The Notebook (Diario de una Pasión) o Mean Girls (Chicas Pesadas), las dos protagonizadas por Rachel McAdams y Miss Congeniality (Miss Simpatía), protagonizada por Sandra Bullock (interpreta a un oficial de policía que se infiltra en un concurso de belleza, ella siendo poco atractiva y termina siendo atractiva y además inteligente porque “no es como otras chicas vacías”). En el 2010 ya existen películas del mismo género con la diferencia y el auge de las Girl Boss (Comer, Rezar, Amar; La Propuesta o Se Dice de Mí, conocida también como Easy A), este arquetipo de mujer fue rechazada incluso por las mismas mujeres, y durante esta década como en la siguiente, se ausentó este color en las tendencias más fuertes, además de las prendas y tendencias explícitamente femeninas.

La reivindicación de lo femenino

Después de que esta época donde se sepultara de forma simbólica a lo femenino, regresamos a la década de los 20’, en donde pudimos observar el regreso de las prendas criticadas por años, como la minifalda, los low rise jeans o pantalones a la cadera, además de los crop tops con brillos y accesorios que destacaran dentro de la vestimenta. Esto debido al ciclo de las tendencias (en donde se estipulan que vuelven dentro de 20 años de una forma evolucionada y adaptada a la época), además de las tendencias dentro de la moda que corresponden a la Gen-Z, como el maximalismo, posiblemente a la necesidad de sobre estimulación al que la generación ha estado expuesta, comparada con la generación que tuvo su apogeo en la década de los años 10’, la generación millennial, quienes buscaban el minimalismo, la sobriedad y la estética por sobre otro aspecto.

Con esta misma idea, sabiendo que la moda busca entrar a nuevos mercados, y por obvias razones buscó un mercado tan grande como lo es la generación Z, era predecible que a inicios del año pasado (abril de 2022), Valentino reavivara la tendencia del rosa o hot pink, por la tonalidad tan fuerte y notable ante los ojos, además de otras marcas como Versace, que aunado al rosa, crearon estas prendas y sobre todo, las plataformas que muchas deseaban comprar, inclusive con sus imitaciones, haciendo de los zapatos un must en el carrito de compras.

Este color, por obvias razones,  se convirtió en tendencia y con ello viene la producción no sólo de Valentino y Versace, sino de todas las prendas posibles en diversas marcas, llegando al mercado del fast fashion, en donde ya es accesible para más personas: faldas, blazers, blusas, zapatos, bolsos; todos teñidos de diferentes tipos de rosa, y todos acercándose a la estética de Barbie. Al reivindicar esta expresión de femenino al notar que las mujeres están aceptando ese rosa, se comienzan a producir algunos de los atuendos de los dosmiles, vestidos con patrones florales, puntos, rayas y looks divertidos, todos apelando a lo delicado y relacionándose con lo femenino.

De aquí entra la idea del Barbiecore, estilo que se supone, reivindica una idea feminista, idea que empata la feminidad con la fortaleza y el liderazgo, todo esto a la par del anuncio de la película que llegará a los cines el 20 de julio: Barbie. La promoción de la película, tanto como musical y actoralmente llegó a las personas más influyentes de la industria; un ejemplo claro: Dua Lipa (parte del soundtrack oficial de la película), quien este año colaboró con Versace, creando looks que podría usar cualquier Barbie, llenos de brillos, transparencias, mariposas y por supuesto, en su mayoría rosas. Contando también con la participación en el soundtrack de artistas como Charli XCX, Karol G y Billie Eilish, quienes han sido gran influencia en la generación Z y que aunque la última no empata demasiado con la estética basándonos en su identidad de marca/personal, es justo lo que se logró, hacer, que todas las mujeres pudieran empatar con la idea de ser Barbie.

Finalmente, no podemos no hablar de la protagonista, Margot Robbie, quien se ha encargado de darle vida a la muñeca y sacarla de la pantalla con sus outfits que llegan a las alfombras rojas, no sólo con relación a la película, sino también en editoriales, fotos subidas por su stylist, o en los Golden Globes de este año. Es así como este estilo llega a su cúspide y se ve culminado como una estética, que seguro pasará de moda y se volverá algo obsoleto, como todo en la industria, sin embargo, este estilo nos deja ver la capacidad de las vestimentas ante la sociedad y la importancia de la expresión a través de prendas, enalteciendo la feminidad y aceptando que el rosa no sólo es un color, sino una imposición. 

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