Poemas para la Escorpio Season

Imagen destacada: Marte con los signos de Aries y Escorpión, Pietro Facchetti (Siglo XVI)

Columna por: Celeste Espinosa

“Esta temporada también nos vendrá bien para la reflexión, nos invita a tirar las estructuras anteriores, incluso en cuanto a ideologías y formas de vivir y nos lleva a la búsqueda de renacer de nuestros escombros […]”


La temporada de escorpio llegó con toda la fuerza comenzando con un eclipse parcial el pasado 28 de octubre que inauguró los días para aprender a soltar y desapegarnos de estructuras pasadas. Escorpio tiene como característica ser uno de los signos con más fuerza del zodiaco, tal vez también se nota esta fuerza debido a que comienza después de la temporada de Libra, que nos invitó a la reflexión y la búsqueda de paz mental; por su parte Escorpio emplea esas reflexiones para catapultarnos al cambio, en el mes anterior pensamos qué cosas quisiéramos cambiar y en este mes tenemos toda la fuerza y las señales claras para hacerlo. Este es un mes que se presta para llevar a cabo los cambios necesarios para crecer, si lo hacemos a pesar de lo doloroso que pueda parecer, nos encontraremos con sorpresas agradables al final de la temporada. 

Esta energía renovadora funciona muy bien para terminar con ciclos que ya no nos aportan y se debe a que Escorpio es un signo fijo, lo que le otorga una fuerza muy evidente para los demás signos de zodiaco, además que es un signo de agua, lo que lo impulsa a ser un signo profundamente emocional, todo esto no sólo afecta a los nacidos bajo la influencia de escorpio, sino que afecta también a todos los demás en grados diferentes, y sí a esto sumamos el intenso eclipse, bueno, pues ya no nos debería sorprender porqué en hemos tenido todos una semana muy intensa. Sylvia Plath tiene un poema ideal que representa, a mi parecer, la forma en que a veces es necesario despedirnos:

LA PARTIDA

Los higos de la higuera del patio son verdes;
verdes, también, las uvas de la verde parra
que da sombra a las baldosas de ladrillo del porche.
Ya no hay dinero.

Y cómo la naturaleza, al percibirlo, alimenta su amargura.
Sin talento, sin pena, nuestro adiós.
El sol brilla sobre el maíz verde.
Los gatos juegan entre los tallos.

Mirar hacia atrás no aliviará una penuria así—
el latón del sol, la pátina de acero de la luna,
la escoria de plomo del mundo—
pero expondrá siempre

la escuálida lengua de roca que protege la azul bahía de la ciudad
contra la embestida del mar abierto
que es brutal y no cesa.
Manchada por las gaviotas, una cabaña de piedra

desnuda su bajo dintel a la corrosiva intemperie:
a lo largo del saliente de ocre roca
las cabras se arrastran, lentas, el pelo espeso,
para lamer la sal del mar.

Por supuesto que, en el aspecto sentimental, Escorpio no se limita para mostrarnos en dónde ya no debemos estar, sin embargo, casi siempre es en este aspecto en donde más nos cuesta soltar, tal vez tenga que ver con lo poco habituadxs que estamos al desapego o simplemente que tenemos miedo a soltar. En este sentido, Abigael Bohórquez tiene este poema que, a mi parecer, resuena para quienes nos hemos tenido que despedir de algo o alguien: 

SILENCIOSAMENTE

Nomás con dar la espalda
cuántas promesas fueron a violar al engaño.
Cuánta amargura fuese a abanicar el alma.

La boca era pequeña
Y silenciosamente se la comió el olvido.
Los ojos eran grandes
y con cuánto alarido la poseyó el quebranto.
La voz era armoniosa
y con cuánto abandono se la robó la ausencia.
Ay, cuánto nos quisimos.

Oh, pozo momentáneo de los sexos.
Oh, muerte de tu estrella y de tus nubes.
Oh, derramarse en labios a un sendero
de besos ya extirpados del recuerdo.

Te fuiste sin un lloro, sin un beso.
Tu rostro de anaconda fugitiva,
tu rostro con mirar de trigo joven
se amordazó la tarde en el sombrero
y te marchaste silenciosamente.
Se reventó la soledad en llanto.
Se acrisoló mi corazón en grises.
Ay, cuánto nos quisimos.
Amor, dame resignación en tu palabra.

Esta temporada también nos vendrá bien para la reflexión, nos invita a tirar las estructuras anteriores, incluso en cuanto a ideologías y formas de vivir y nos lleva a la búsqueda de renacer de nuestros escombros, la misma energía de Escorpio nos puede impulsar a despojarnos de viejas cadenas y comenzar nuevos aprendizajes, siempre y cuando estemos dispuestos a ello. La poeta colombiana Ana María Bustamante tiene este poema que me parece muy preciso para esta temporada: 

ÁRBOL DE FUEGO

No voy a rendirme ante mi rostro
voy a encender la hoguera

a construir los pequeños troncos
que han de arder
mientras mis palabras
pequeños y volanderos trozos de espuma
enfrentarán el incierto destino
del exilio

pero la sangre
casa infinita de mi sombra
se teñirá de azul como la angustia

se vestirá de lluvia
de paraíso vivo

se encenderá en el fuego
que no podrá extinguir
el dulce torbellino de mi historia.

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