La instalación, encargada por tres museos vieneses con motivo del Día Internacional de los Derechos de la Mujer, finalizará el 31 de marzo.


¿Quién era Sissi? Una emperatriz austriaca asesinada; una princesa encantadora; una improbable tocaya del actual presidente egipcio. ¿Quizá la trágica alma gemela de Romy Schneider? La imagen que hoy queda de la soberana es la de una mujer de gran belleza, ataviada con vestidos de oro con lentejuelas de diamantes y gasas de perlas nacaradas.

Pero, de acuerdo con la Oficina de Turismo de Viena, ésta no era Sissi. Por eso ha surgido una iniciativa con motivo del Día Internacional de los Derechos de la Mujer, el 8 de marzo: corregir los prejuicios simplistas que rodean a esta figura histórica haciéndola desaparecer de algunos de los cuadros expuestos en Viena.

Para su demostración, la Oficina de Turismo de Viena y el Museo Sissi se han fijado en el retrato de la emperatriz pintado en 1865 por Franz Xaver Winterhalter. La emperatriz, cuyo verdadero nombre es Elisabeth, aparece de perfil, con los hombros desnudos y un suntuoso vestido de encaje, satén, tul, pedrería y miriñaque.

El 7 de marzo, el original de este cuadro, que se conserva en el Museo Sissi, en un ala del Palacio Imperial de Hofburg, en Viena, quedó oculto por un panel con un verso libre, un “retrato minimalista” en palabras, titulado The New Portrait of Sissi (El nuevo retrato de Sissi).

“Deconstruir a Sissi”

El retrato en cuestión “deconstruye la memoria de la emperatriz Isabel de Austria para centrarse en los hechos y no en su apariencia”, explica en sus redes sociales la agencia alemana Jung von Matt, que ha desarrollado la instalación. Contiene referencias a su amor por el aprendizaje, a la autonomía de los pueblos y a su contribución a los refugiados. Sissi quería que los derechos de autor de su periódico se destinaran a ayudarles.

“Para la joven Sissi, la noción de belleza ni siquiera existía”, declaró el martes Michael Wohlfart, conservador del Museo Sissi. Su aspecto estaba instrumentalizado. “Sissi se adelantó a su tiempo en muchos aspectos. Era una mujer muy inteligente desde el punto de vista estratégico, y aunque su voz no contara oficialmente, sabía exactamente el efecto que sus acciones tenían en el público”, añadió Elfriede Iby, jefa del departamento científico del Grupo Schönbrunn, que administra las antiguas propiedades imperiales en nombre del Estado austriaco.

Las dos copias del cuadro de Franz Xaver Winterhalter que se encuentran en el Museo del Mobiliario Imperial y en el Hotel Imperial también han sido enmascaradas por este “nuevo retrato”. Estas tres instalaciones se presentarán en lugar de las obras hasta el 31 de marzo.

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