De diseñadora de modas a espía fascista: Coco Chanel

Columna por: Rossebanks

“Aún continúa la discusión sobre si las personas deberían estar separados de su arte, y en medio de tantos debates, siempre ha salido Coco Chanel a colación […]”


A veces, cuando las personas tienen conversaciones del pasado, admirando a los seres humanos que crearon o representan movimientos tan importantes, mi cabeza tiende a quedarse en shock por el enaltecimiento que tienen hacia ciertas personas, ya consideradas íconos, incluso. Esto no significa que las cosas que hicieron no fueran relevantes, pero también nos habla mucho de las personas y las cosas que representan por medio de su arte o sus ideales. 

Incluso hoy se encuentra sobre la mesa la discusión sobre si las personas como seres humanos deberían estar separados de su arte o creaciones y en medio de tantos debates, siempre ha salido Coco Chanel a colación, esta agente secreta que trabajó para los alemanes además de crear perfumes y ropa exquisitos.

Sobre Gabrielle Chanel

Gabrielle Bonheur Chanel, o mejor conocida como “Coco Chanel”, fue una mujer que vivió entre la época de los primeros 80’s (naciendo un 19 de agosto de 1883) hasta los años 70’ de los que se consideran los años contemporáneos (falleciendo un 10 de enero de 1971). Esta mujer nació en una familia residente de París, Francia, en una familia de seis hermanos y hermanas, ella siendo la segunda, su madre siendo una mujer de limpieza y su padre un vendedor de uniformes, ropa para el trabajo e interior vivían en una locación muy precaria, por lo que Coco fue dejada a su suerte en una casa hogar, donde creció l mayor parte del tiempo.

Su madre (Jeanne Devolle) murió a los 31 años por el cansancio en el parto de los cuatro hijos que tuvo en matrimonio con el padrastro de Coco, Albert, aunado a la tuberculosis y sus largas jornadas laborales.  Esto fue el antecedente para que el padre decidiera obligar a los hijos a las labores campesinas y a las dos mujeres, las internara en un orfanato en donde aprenderían a coser, bordar, planchar  y a hacer más labores que el oficio futuro de Coco requería.

Cuando Chanel cumplió 18 años, fue enviada a otro internado para mujeres desahuciadas o pobres, en donde se reencontró con su tía Adrienne. El internado, fue el encargado de lograr encontrarle un trabajo a ambas como ayudantes de sastre en una pañería. En dicho trabajo y de forma muy digna de la época (no significa que sea correcto), los hombres acudían a la sastrería en búsqueda de coquetear a las mujeres que laboraban en ella; esto dio pie a que Coco conociera un mundo más allá de lo que había pensado y tuviera el valor de acudir a cafeterías a cantar, volviéndose parte de las conocidas poseuses: mujeres dedicadas a entretener mientras sucedía el acto principal. Se dice que durante este tiempo con este trabajo esporádico, surgió el apodo de “Coco”.

Chanel se dio un tiempo y diversos viajes por ciudades turísticas para poder perseguir su sueño de ser artista, específicamente cantante. Muchos decían que tenía una bella voz, pero no lo suficiente para sobresalir entre las artistas que surgían, por ello, se vio obligada a regresar a la ciudad y a su antigüo trabajo.

Por estas épocas conoció al heredero textil: Étienne Balsan, con el que compartió tres años de su vida viviendo en el palacio y conociendo la vida de lujos. Posteriormente, Chanel comenzó a salir con uno de los mejores amigos de Étienne; Arthur Capel. Él se dedicó a financiar las primeras tiendas de Gabrielle, e incluso se dice que la icónica botella de Chanel N° 5, viene por parte de la inspiración que la diseñadora obtuvo estando con este sujeto.

Después de nueve años, numerosas infidelidades por parte de Capel, éste falleció en un trágico accidente automovilístico, llevando a Coco a usar negro la mayor parte del tiempo, en forma de luto y creando así el denominado “Little Black Dress” muy característico de la firma. No sólo se redujo a confeccionar vestidos y sombreros monumentales para sí, sino que se presentaba con ellos a eventos en donde yacían y convivían personas de las más altas alcurnias, todas quedando asombradas por sus diseños.

Ya para estas fechas, Chanel tenía una fama algo reconocible dentro de su círculo, sin embargo, las personas comenzaron a saber su nombre después de haber vestido a actrices y modelos importantes para ciertas obras de teatro o revistas populares. Tanto, que en 1916, sus creaciones formaron parte de la revista VOGUE. Desde ese momento, hacia adelante, la diseñadora fue sólo incrementando su fama.

¿El régimen nazi y una diseñadora francesa?

Como se mencionó anteriormente, Chanel comenzó a adquirir popularidad por sus trajes elegantemente característicos; cualquier persona que haya indagado un poco sobre esta mujer o marca podrá percatarse de sus conjuntos dignos de, inclusive, la primera dama: Jackie Kennedy, en 1963, el día del asesinato de su ex marido, el presidente John. F. Kennedy. Celebridades como Audrey Hepburn han usado estos grandes y sofisticados diseños y hasta la fecha se conoce como alguien imprescindible cuando se habla de moda de la élite.

Pues así como estas personas han confiado en los diseños de la francesa, también lo hicieron con su persona algunas celebridades de la época y muchas personas dentro de la política. Justo en 1923 fue cuando, entre una de las tantas fiestas de la élite, logró conocer al Príncipe de Gales de ese entonces, Edward y por supuesto: a Winston Churchill. Entre ambas parejas surgió una longeva amistad que trascendió, al menos, diez años. Durante esta amistad, inclusive convivió y residió muy cerca del príncipe de Gales en Inglaterra hasta que decidió regresar a París por finales de los años 30’ e inicios de los 40.

Se dice que todo inició por su sobrino André, un soldado que fue capturado y por el que Chanel intercedió mediante sus conexiones políticas. Posteriormente, Coco se vio relacionada con el barón Hans Günther von Dincklage, un miembro activo y con gran relevancia política en la Gestapo (policía secreta del estado nazi).

Durante este tiempo, Chanel y los nazis estuvieron negociando por conexión entre contactos que tenía la diseñadora con ambos bandos; después de una reunión en Madrid, se supo que André fue liberado.

No conforme, en 1941, todos los amigos de Chanel entendieron que era momento de huir del país, ya que los aliados estaban recuperando terreno y tenían que dejar a todos sus contactos. Esto hizo que Chanel y su amante trataran de interceder, es decir, intentar un acuerdo entre Alemania y Gran Bretaña,

Después de esta situación, todas las partes involucradas estuvieron al borde de colaborar, no fue hasta que una aliada de Chanel, Bate, decidió confesar ser una espía alemana y llevando a Chanel entre las palabras de sus testimonio al confesar que ambas lo eran, cosa que tiró todo el plan que previamente la pareja del eje había cimentado.

La parte que podríamos encontrar irónica, es que, si se declarara culpable, habría un gran rastro de culpabilidad en el gobierno Londinense, ya que Chanel sí fue detenida, sin embargo, fue liberada horas después y se dice que Churchill pudo estar detrás de su liberación, al igual que en unos tratos para sobornar al gobierno nazi orquestados entre ambos.

Se sabe que el testimonio de Coco Chanel nunca fue publicado, al igual que esta no tuvo consecuencias, por lo que, en la decada consiguiente, siguió diseñando hasta el final de sus días para la casa que ella misma creó.

Post a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *