Después de Carrie (Bradshaw)

Columna por Rossebanks

“Sex and the City influyó en la forma en que las mujeres se relacionaban con la moda y su propio sentido de estilo. La serie fomentó la idea de que la moda era una forma de expresión y el descubrimiento personal a través del estilo”.


Como una columnista de modas y fashionista, Carrie Bradshaw ha sido un referente en la historia de mi existencia, sin embargo, analizando la serie y la historia de la misma dentro del contexto social, se puede relacionar la vestimenta que se usaba en ese entonces con las tendencias que suelen usar las celebridades e incluso una parte de las personas que saben o no de las tendencias. 

Personajes comprendidos y estilo… no tanto

Antes de Bridget Jones y de que muchas mujeres se sintieran identificadas con ese personaje en los 2000’, existió Sex in the City, una serie que, al menos yo, conozco por el amor de mi mamá a esa serie, ya que tuvo un impacto significativo en la moda y la cultura popular en general. La serie de televisión se emitió originalmente desde 1998 hasta 2004, la cual se centraba en la vida y las relaciones de cuatro mujeres neoyorquinas, cada una con su estilo y personalidad distintivos.

A través de sus personajes principales —las cuales podrían ser comparados a las casas de Hogwarts en donde quien fueras era una decisión importante—, la serie se convirtió en una fuente de inspiración para las mujeres en términos de moda y estilo de vida.

Sobre los aspectos más destacados de la influencia de Sex and the City en la moda fue la forma en que presentó y promovió la moda de diseñador. La serie mostraba constantemente a los personajes usando ropa de marcas de lujo y diseñadores reconocidos. Marcas como Manolo Blahnik, Jimmy Choo y Christian Louboutin se hicieron especialmente populares gracias a los constantes menciones y exhibiciones en la serie, logrando que las mujeres comenzaran a buscar y comprar estos productos para emular el estilo de las protagonistas.

No obstante, remontándonos a la historia y contexto de ese entonces, las personas solían vestir de una sola marca, el famoso full look, además de únicamente llevar prendas chic sin mezclar cosas que fueran second hand (de segunda mano/bazares) ya que se consideraba algo “tacky” o corriente.

Sin embargo, el personaje de Carrie Bradshaw, interpretado por Sarah Jessica Parker, fue particularmente influyente en este sentido. Carrie era conocida por su estilo vanguardista y arriesgado, combinando prendas de manera audaz y poco convencional. Su amor por los zapatos de diseñador, las faldas tutú, los estampados llamativos y los accesorios extravagantes dejó una marca duradera en la moda de la época.

Carrie Bradshaw, interpretada por Sarah Jessica Parker, es la segunda favorita del público por su estilo arriesgado y su amor por la moda. Ella combinaba prendas de diseñador con piezas vintage y de marcas más accesibles, creando conjuntos únicos y llamativos. Por ejemplo, podía llevar una falda tutú con una camiseta gráfica y zapatos de tacón alto, o mezclar estampados atrevidos en un solo conjunto, cosa que en la moda de esa época no era bien visto y mucho menos en un personaje aspiracional.

Otro personaje que destacaba por su estilo único era Samantha Jones, interpretada por Kim Cattrall, esta siendo la primera favorita (la mía en especial). Este personaje solía optar por prendas más ajustadas y sensuales, combinando vestidos de noche con chaquetas de cuero, o incorporando elementos “masculinos” como trajes a medida con tacones altos.

Por su parte, Miranda Hobbes, interpretada por Cynthia Nixon, tenía un estilo más sofisticado y profesional. Ella solía combinar piezas clásicas de sastrería con elementos más informales, como una blusa de seda con jeans o una chaqueta estructurada con una falda plisada.

Y finalmente, también tenemos a Charlotte York, interpretada por Kristin Davis, era el personaje más “femenino” y romántico. Ella solía usar vestidos y faldas elegantes, combinados con detalles dulces como encaje y colores suaves. También era aficionada a los estampados florales y a los accesorios asociados a la feminidad, como collares de perlas.

Es por ello que esta serie también contribuyó a popularizar ciertas prendas y estilos, como el “bralette”, las faldas de tul, los zapatos de tacón alto y las carteras de diseñador. Muchas mujeres comenzaron a imitar el estilo de los personajes de la serie, y los diseñadores y las marcas respondieron a esta demanda creando colecciones inspiradas en Sex and the City.

Además, Sex and the City influyó en la forma en que las mujeres se relacionaban con la moda y su propio sentido de estilo. La serie fomentó la idea de que la moda era una forma de expresión y el descubrimiento personal a través del estilo. Se sabe que ha incentivado a las mujeres sobre todo, a experimentar con la moda, a abrazar su individualidad y a no tener miedo de ser audaces y creativas en su forma de vestir.

¿Quién estuvo detrás de todo?

Se puede atribuir esta gran idea de looks a la estilista principal de la serie, que fue Patricia Field. Su trabajo fue fundamental para establecer la estética de moda icónica y distintiva de los personajes de la serie. Field es conocida por su enfoque vanguardista y su capacidad para combinar prendas de manera audaz y creativa.

Patricia Field trabajó en estrecha colaboración con el creador de la serie, Darren Star, y con el elenco para desarrollar los looks de los personajes principales. Field creó conjuntos únicos y memorables para cada personaje, que se convirtieron en una parte integral de su identidad en la serie.

Field era conocida por su habilidad para mezclar prendas de diseñador con piezas vintage, de marcas más accesibles e incluso de diseñadores emergentes. También fue pionera en la tendencia de combinar prendas de alta costura con accesorios de moda más asequibles, lo que permitió a las espectadoras emular los estilos de los personajes.

También ha participado en proyectos como  “The Devil Wears Prada” (El diablo viste a la moda, 2006), “Ugly Betty” (una adaptación de la serie colombiana del 2006- al 2010), “Confessions of a Shopaholic” (Loca por las compras, 2009), “Younger” (2015-2021).

Fuera de que la serie haya envejecido mal con respecto a su opinión sobre las relaciones y el adoctrinamiento, inclusive por los dramas fuera de la pantalla que tenían en el elenco, es un must-watch (al menos para mí) en momentos de depresión o bajones emocionales, ya con una mirada crítica y analítica y un conocimiento diverso en las marcas y concepciones que se tienen.

Además de ser un must-watch, es importante reconocer su valor en la actualidad, ya que trascendió en ambos aspectos de las marcas por el presupuesto que se tenía pero también por la basta referencialidad, comprensión y cercanía con los atuendos, personajes y situaciones del día a día, incluso sin residir en Nueva York, dejándonos sentir que todas podemos ser una Carrie, Miranda, Samantha y Charlotte en nuestras propias vidas.

Post a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *