Las protestas climáticas y sus repercusiones: El Estado presentó una denuncia a los grupos activistas

Después de que unos manifestantes dañaran la Madonna Sixtina de Rafael, las Colecciones Estatales de Arte de Dresde abrieron un procedimiento civil y presentaron una denuncia ante la fiscalía de la ciudad.

En la última oleada de protestas por el clima en los museos de toda Europa se han utilizado cosas tan comunes como el pegamento, la sopa de tomate y el puré de patatas, para intervenir las obras de arte. Sin embargo, esto no significa que no tengan consecuencias; actualmente, varios activistas alemanes están siendo multados. 

Hace sólo unos días, se arrojó puré de patatas a un cuadro de Claude Monet en el Museo Barberini de Potsdam. Se espera que el suceso cueste al museo hasta cinco cifras en reparaciones del marco histórico del cuadro y de la pared en la exposición.

Actos de prohibición

Según Monopol Magazin, su directora Ortrud Westheider ha declarado que está pensando en presentar una demanda por daños y perjuicios contra los manifestantes. Además, el fundador del museo alemán, Hasso Plattner, ha tomado la decisión de cerrarlo hasta el 30 de octubre para evaluar la eficacia de las protecciones actuales.

Tras una serie de ataques, las Colecciones Estatales de Arte de Dresde (Staatliche Kunstsammlungen Dresden o SKD) han presentado una denuncia ante la fiscalía de la ciudad, alegando “daños a la propiedad que perjudican a la comunidad”, y han iniciado un procedimiento civil por daños y perjuicios en un aparente intento de recuperar estos gastos. 

Los 15 museos de la SKD también han prohibido la entrada a los dos manifestantes identificados.

Nuevas protestas

La semana pasada, el 19 de octubre, 14 miembros del colectivo ecologista Scientist Rebellion se pegaron al suelo de una exposición de Porsche y realizaron una sentada de protesta en el museo Autostadt de Volkswagen en Wolfsburgo. Los manifestantes exigían que se invitara a Oliver Blume, director general de Volkswagen, a una reunión y que se aplicaran límites de velocidad de 100 km/h en toda Alemania. 

Las autoridades no se llevaron a los científicos, ya que el museo entendía su derecho a manifestarse; en cambio, los dejaron en la propiedad durante la noche hasta que fueron evacuados de la zona a primera hora de la mañana del viernes (21 de octubre). En un comunicado, el museo reconoció que la acción había causado daños materiales.

Se afirmó por parte del museo que tuvieron que actuar al ver que los manifestantes planeaban una huelga de hambre, para no poner en riesgo la salud de los mismos.

Aunque en Twitter el grupo activista, Scientist Rebellion, presentó la siguiente declaración: 

“a Volkswagen no le gusta que se preste demasiada atención a su fracaso climático. En silencio, antes de que la gente llegara a Autostadt, llamaron a la policía para que desalojara a los científicos que protestaban pacíficamente.”

A pesar del riesgo de recibir una multa, este tipo de ataques no dan señales de disminuir.

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