Saenger Galería: “Henos aquí…”

Imagen destacada: Víctor Rodríguez, Santiago Merino y Fernanda Brunet


Saenger reunió a Víctor Rodríguez, Santiago Merino y Fernanda Brunet. Cada artista elabora su obra desde técnicas, formatos y conceptos distintos; sin embargo, se encuentran en la diferencia.


Saenger Galería es un lugar extraño. Multifacético. Ecléctico. Dentro de los límites de sus salas es posible despertar sensaciones diversas, partiendo no sólo de las obras presentadas, sino de la naturaleza -relativamente- cruda y poco intervenida del espacio. Resulta un tanto industrial… y lo saben. Para su nueva serie de exposiciones, la galería utilizó cada rincón para resaltar elementos en cada pieza presentada. 

En está ocasión, la galería reunió a tres artistas que se encuentran en la diferencia. Cada uno elabora su obra desde técnicas, formatos y conceptos distintos: ya sea desde la pintura y su relación con sí misma, pasando por lo visceral, y hasta la pregunta sobre la mentira y la veracidad en el arte. 

Sin embargo, es su comunión lo que resulta fascinante. La línea que une el trabajo de Santiago Merino, Fernanda Brunet y Víctor Rodríguez, no yace en su producción artística, sino en su formación y pensamiento generacional. No es una coincidencia que se encuentren exponiendo en el mismo espacio al mismo tiempo. Los tres artistas se desarrollaron antes de la explosión de la producción digital, antes de las tendencias encontradas en el videoarte y la ilustración digital. Esto les ha llevado a crear producciones e investigaciones únicas; realizadas por ellos mismos, sin asistentes y sin ningún tipo de intervención externa.

Santiago Merino lo ejemplifica con una anécdota:

Hace diez años llegó una curadora a mi taller y me dijo: -Oye, pero tú no pintabas-. Entonces le dije: -No, ustedes no revisaban pintura… hace diez años. Me estás echando un cuete encima. Ni madre. El cuete era tuyo. Tú estabas revisando arte objeto, video… y otras madres-. Yo seguí pintando, pero no llegaba nadie… y henos aquí.

Ecos de la pintura

El trabajo de Santiago Merino (1973) toma marcos prácticos y teóricos de la producción artística para enfrentarlos en series de estudios que constituyen su obra. Este constante conflicto dialéctico permite que la interpretación de sus piezas se encuentre en momentos contemplativos (abstracción), académicos (teoría del arte) y estéticos (filosóficos).

Propagación en repetición, Santiago Merino (2022)

Su primera exhibición en la Sala de Proyectos de Saenger Galería se titula Réplicas y se presenta como una inquietud sobre la reproductibilidad de la abstracción desde elementos de la pintura, como hace evidente con Matriz 1 / Matriz 2 y Réplica de Matriz 1 / Réplica de Matriz 2. Las primeras dos matrices aluden, por una parte, a los dibujos automatizados y sus limitantes geométricas y secuenciales; por otra,  elementos clave encontrados en las artes visuales desde sus inicios, como son la perspectiva y los puntos de fuga, apelando al paisaje, al horizonte binario -en cuanto a dualidades de espacio- y a la yuxtaposición de color.

Las réplicas, de mayor formato, son reproducciones de las matrices originales; refieren al mercado del arte y sus complejidades. ¿Por qué una pieza más pequeña resulta más cara? ¿Qué le da valor? ¿Bajo qué criterios? 

Las exploraciones plásticas y conceptuales continúan con el políptico Propagación en repetición, en el que se realiza un registro de grafito y acuarela que comienza como un estampado, hasta convertirse en una composición -casi- musical. Vibra. Se mueve. (Des)compone y crece.

Punto de flexión 2 y Punto de flexión 3 indican acentos de trazos realizados en el lienzo mientras manifiesta la -posible- continuidad, incluso infinidad de la imagen, de la pintura, su técnica y manifestación. Por otra parte, Notas para secuencias arrítmicas 3 existe como una única pieza, dividida, pero unida por una línea de color que indica su singularidad.

La obra de Santiago Merino genera espacios para que la pintura pueda explorarse a sí misma como medio y como formato.

Réplica de Matriz 1 – Réplica de Matriz 2 / Matriz 1 – Matriz 2, Santiago Merino (2022)

Sentimientos viscerales

La obra de Fernanda Brunet (1963) puede resultar caótica a primera vista. Explosiones de color y de movimiento en gran formato que fluyen y parecen crecer con cada nueva mirada, cada nueva interpretación. En esta segunda muestra en Saenger, su exposición titulada 🔥 se presenta en la Sala Principal de la galería, permitiendo que cada una de las piezas dialogue entre sí y que toda la carga emocional pueda recorrer el espacio. Brunet abre la exposición dediacada a su hermano, Guillermo Brunet Rocha, quien lamentablemente falleció, con un poema, :

AAAAAA!, Fernanda Brunet (2022)
Del espacio impalpable, una certeza:
tú voz;

tu voz que funde
y permanece.

                              -Cortada en vilo
por el tiempo,
cortada al calce como una flor,
como un oleaje refulgente, como una estrella,
renace.
Se abre, se ilumina, se adentra
-desde un silencio incandescente- en las cosas.
Todo lo animas, todo lo alumbras,
todo lo abismas en su fuego.

A cada forma le das su nombre;
a cada nombre

su forma: Ahí,
desde ese punto sin fin
y sin principio, abres las aguas en la palabra justa

[En memoria de Guillermo Brunet Rocha.]

La artista parte de dos momentos: El primero: sus propias experiencias, su vida; cada trazo es un fragmento que la ha marcado de una u otra manera y llena de significado su trabajo. El segundo: las contradicciones; antinomias plasmadas en colores, formas e incluso texturas muy particulares que sólo ella conoce y sólo ella puede producir. Tal es el caso de AAAAA!, AAAAAA! y AAAAAAA!, piezas que nacen desde el dolor que fue perder a su hermano. La violencia de los trazos en colores primarios, así como los espacios plateados aparentemente vacíos -representando espejos- logran transmitir erupciones de sentimientos y sensaciones fantasmas. Huecos en el mundo en forma de algo, de alguien.

Por otra parte, la obra objeto de Brunet aborda una serie de cuestionamientos sobre lo que es ser mujer desde el trabajo artesanal, desde la poca -o nula- visibilización y valorización de la producción artística hecha por mujeres; además, resulta evidente el rechazo hacia los objetos entendidos como artesanales a pesar de su función utilitaria. A partir de su investigación se produjo la serie Spongis, bordados mixtos sobre bastidores de distintos tamaños y texturas, con la intención de despertar la curiosidad del público; jugar con su sentido del tacto, con la necesidad de saber qué se siente tocar cada una de las piezas. 

De acuerdo con la artista, el hecho de cubrir el anverso y el reverso de los bastidores por completo, además de generar texturas, se presenta la idea de piel y de tripas. Aquello que recubre y protege; aquello que se encuentra dentro y -en caso de salir- desborda. Es de esta manera que Brunet consigue una producción que regresa al origen, a esa intención original que la lleva a pintar. Abrirse para tocar lugares que resultan muy complicados sin llegar a temerles. Tocarlos. Sacarlos. Presentarlos. El arte como reflejo de sí misma.

¡Me gustan mucho las tripas!

Fernanda Brunet
God complex, Víctor Rodríguez (2020)

Las mentiras del arte

En el marco de la exposición número 50 de Víctor Rodríguez (1970), el Nivel Dos de Saenger -el espacio más industrial-, el artista presentó The shape of lies, primera muestra en la galería. La retrospectiva de Rodríguez tiene la intención de presentarlo nuevamente en la Ciudad de México, de la cual ha estado fuera por casi 20 años, para concentrar su trabajo en Brooklyn, Nueva York.

La técnica del artista es diversa, aunque se concentra en el realismo y la figuración, lo cual abordó momentos antes de su presentación al insistir que su técnica de producción -realista y figurativa- no resulta ser la finalidad de la obra, sino un lenguaje, un medio.

Alguien que toca escalas en el piano y eso es todo. Es un desplante técnico que no tiene ningún contenido. Yo utilizo la técnica para algo. Una intención.

Algunas de las piezas presentadas parten de series distintas, datan de hace más de 10 años y se dividen en tres núcleos temáticos: Naturaleza muerta (que van desde vanitas hasta metáforas de rupturas humanas); retratos/figura humana (en los que se presenta su ex esposa, quien fuese su modelo durante más de 30 años); obra espontánea/producciones no planeadas (en las que interviene piezas pasadas o produce sin -intentar- preocuparse por la figuración). 

Nivel Dos, Saenger Galería. The shape of lies, Víctor Rodríguez.

El aspecto más interesante de la obra de Rodríguez yace en lo que no se dice; de ahí el nombre de la exhibición. A lo largo de la historia del arte, el espacio para la interpretación y para la experiencia estética sin filtros ha desaparecido paulatinamente.

The shape of lies se presenta frente al público con toda su figuración y -nos- habla de candados, de un rostro repetido, cráneos, Pinocchio, el color amarillo… pero, ¿qué es todo eso? Bajo la voz del autor, es posible argumentar cualquier especie de justificación, cualquier sentido a todo aspecto encontrado en el lienzo, incluyendo el título. La idea de representación pretende descubrir el secreto de un objeto artístico en lo que trata de expresar. Una idea. Un sentimiento. Una imagen concreta. 

Podemos decir que la representación hace hincapié en los problemas de contenido de la obra de arte, el qué nos dice, el adónde nos transporta Víctor Rodríguez rompe con ello al decir lo mínimo, al titular sus obras desde la descripción, al establecer un diálogo antes de encontrarse con preguntas sobre contenido.

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