Tejiendo el cuerpo: Entrevista con Adriana Monterrubio


Adriana Monterrubio Trabaja con la corporalidad, el tacto, los sentidos, las manos y con todo aquello que va más allá de lo figurativo.


En su reciente exposición en Servidor Local, la artista Adriana Monterrubio presentó Hilo Fértil. Una exploración de la delicadeza que se converge entre la naturaleza y nuestro cuerpo. Desde el manejo del textil y un componente clave; el cuero. 

Adriana nació en San Pedro Pochutla, Oaxaca, dónde se formó como talabartera, tejedora y artista textil. Principalmente guiada por los materiales naturales que le rodeaban, transformándolos en un medio de exploración propia. Trabaja con la corporalidad, el tacto, los sentidos, las manos y con todo aquello que va más allá de lo figurativo. 

Algo especial de sus piezas, es que logran conversar con el espacio en el que están expuestas. Crean una conexión especial con el espacio y los mismos espectadores, al ser una experiencia estética que satisface todos los sentidos. No puedes evitar el sentir los tejidos que presenta la artista. Su especial conexión con el cuero proviene de sus orígenes en Oaxaca, lo trabaja como una extensión de su propia piel, de su memoria. 

Radícula

Como escribe Fernanda Latani:

Cuando ella corta, raja, mide, calcula, ella también lo siente le atraviesa en todos los sentidos y le genera una gran emocionalidad porque la piel tiene energía.

Esta energía nos conecta con la artista desde las sensibilidades epidérmicas. The Net Curator tuvo la oportunidad de vincular con la artista para descubrir que la inspiro al crear las piezas de Hilo Fértil, su proceso creativo y su camino como artista de téxtil. 

Cuéntanos un poco más sobre tu desarrollo en el textil. ¿Cómo llegaste a tal punto?

El cuero siempre estaba presente en colecciones textiles, porque es una fibra textil, o tenía relación con técnicas textiles aplicadas, entonces fui descubriendo un mundo de posibilidades y de riqueza, y al lado de otras fibras interesantes, fue cómo me vi envuelta en ese momento maravilloso, por eso me interesé por el quehacer textil, yo tejo telar de cintura desde hace 6 años y es una conexión increíble con tu cuerpo.

La naturaleza se presenta como gran inspiración para tus piezas, ¿cuál es la conexión que encuentras entre la piel, el textil y la madre tierra? 

Creo que todo en nuestro entorno tiene un vínculo de simbiosis, así mismo estudiando la piel descubrí la conexión con las plantas, la cosmovisión de los pueblos originarios que plasman su identidad en sus lienzos, y que vuelven a hablar y contar historias de la madre tierra, y un huipil como parte de la indumentaria tradicional, arropa como una segunda piel, y al final la piel es una fibra textil también y en ella plasmo esa misma conexión con la naturaleza.

Al hablar de cuero, hablamos de tacto. ¿Qué tan importante es este sentido para la experiencia estética en tu obra?

Pues es uno de los principales junto con la vista, trabajan juntos, lo imagino que lo veo y que lo toco, todo lo que yo genero es de la conexión de imaginármelo e irlo delimitando con las manos, la ceguera también ha sido un momento de la vida que me ha interesado desmenuzar porque de ahí me permite conceptualizar texturas nuevas, basadas de recuerdos, emociones, sensaciones, todo con la inspiración de mi pueblo que está plagado de texturas que no te quisieras perder de tocar y poder recordar.

Meditación del viento

Algunas de tus piezas recuerdan a elementos fisiológicos microscópicos, como neuronas o algunas unidades celulares. ¿Cómo consideras lo micro y lo macro al realizar tu obra?

Como posibilidades de exploración, si bien no siempre son idénticas, parten  de algo genuino que viene acompañado de mi memoria, y que son una oportunidad para maximizar su grandeza tomando un fragmento o toda la unidad para construir la idea y claro mi propio lenguaje.

Existen elementos oaxaqueños presentes en tu trabajo. ¿De qué manera se hace presente el territorio y la identidad más allá de la utilización de ciertos materiales?

En todas las acciones existe el territorio, ir a las comunidades de curtidores y talabarteros, entrar en sus territorios de sus talleres, en el territorio de sus trabajos, de un oficio marcado por pueblos dedicados a esta labor, de los territorios de los maestros que trabajan las fibras textiles, las siembran, las cosechan, es algo que les pertenece y les da sentido a su vida. Eso ya es tener un lugar en el territorio propio y en el de otros que están conectados.

Hilo Fértil, la exposición de Monterrubio estará disponible a visitar hasta el 22 de abril en Servidor Local, ubicado en la colonia Escandón, en la calle de Progreso 24. 

Servidor Local es un espacio para conectar a la comunidad de artistas, con muestras, talleres y distintas convivencias. Es una plataforma para la difusión e impulso de nuevos artistas, para que encuentren un espacio dentro de esta comunidad. 

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