Artistas digitales

Para que exista el arte, primero debe haber un artista. Este individuo tiene una tarea interesante que va más allá de sólo crear algo que se pueda admirar, pues el arte en sí, es mucho más complejo. 

Sabemos de sobra que el arte se ha convertido en una herramienta de las ideas, y las ideas por sí mismas, generan otras. Sin embargo, así como cada pensamiento a través de los siglos cambia por las necesidades de la sociedad, el arte toma diferentes formas, en esta modernidad donde todo es acelerado y altamente visual, los artistas experimentan una metamorfosis radical.   

Un artista en tiempos de la digitalización tiene como ventaja las posibilidades de crear y hacerse conocer gracias a la tecnología y sus múltiples funciones. No obstante, aprender a utilizar alguno de estos instrumentos suele ser un trabajo extra, cuya dificultad tiene una historia por detrás que empieza justo con la ilustración. 

El nuevo mundo de la ilustración: el arte emergente digital  

El mundo de la ilustración digital ha evolucionado en estos últimos años. Los artistas plasman su imaginación en un lienzo completamente digital mientras se crea una imagen a partir de un programa que podría simular a la perfección el ambiente de un ilustrador tradicionalista. Muchos creadores de contenido han alcanzado su éxito a través de las redes sociales por su singular toque, sin embargo, la ilustración no solo se trata de un buen dibujo, pues es gracias a este nuevo arte emergente que podemos disfrutar de historias, vender un producto, crear un mundo, enseñar; entre otros. 

Esta tendencia tuvo sus inicios después de la Segunda Guerra Mundial y recobró fuerza durante los años 60. De hecho, los primeros ilustradores fueron ingenieros y científicos como A. Michel Noll, quien, a través de una serie de algoritmos matemáticos y patrones, creó la primera ilustración digital en 1962.

 A partir de 1965, la ilustración digital empezó a ganar terreno en exposiciones, y los años 80, se estableció con ímpetu gracias a la creación de programas como Corel Draw, Paint, y el inicio de Illustrator y Photoshop. 

Ahora, en pleno 2021, se han desarrollado más de un solo programa y herramientas (tablets, pencils, etc.) para aquellos que logran la habilidad de crear en lo digital. 

Es muy común que, hoy en día se siga confundiendo el trabajo de un dibujante y un ilustrador. Si, de cierta forma, ambos hacen uso del conocimiento artístico para plasmar algo dentro de un espacio, mas la gran diferencia entre ambas vertientes no radica simplemente en el estilo. Un dibujo como tal, no tiene el compromiso de transmitir un mensaje en concreto puesto que es una creación del libre albedrío; cualquiera puede plasmar una imagen dentro de un espacio si así lo desea

En cambio, una ilustración tiene una función concreta, lo cual, la convierte en un arte más preciso y complicado. Una ilustración tiene que transmitir un mensaje hacia un público en específico, compuesto de colores y formas, por lo que un ilustrador es el filtro entre esta necesidad y el arte. Se tiene que reflejar un concepto, una narrativa combinados de estética, emociones y ambientación.  

En pocas palabras, el ilustrador es un artista que debe englobar todo en una sola pieza con su propio y único toque. 

Si aplicamos esto directamente con un artista digital, tenemos que, como creadores de una experiencia nueva, se les suele confundir o encasillar sólo en ilustradores digitales cuando el espectro es amplio. 

Arte digital: nuevos artistas, nuevas experiencias 

El arte digital tiene muchas definiciones que no sólo se basan en la ilustración. De hecho, el propio internet define esta nueva disciplina artística como un conjunto entre la mente creativa y la tecnología informática. Es decir, que el artista crea una obra usando meramente un programa que le permite tener un lienzo, paleta, pinceles y técnicas gráficas en un solo lugar.  

Esta nueva tendencia rompe con aquello que conocemos como “tradicional” al momento de representar un objeto. Juega con la percepción del espectador al punto de tener algo realista sin  la necesidad de tenerlo necesariamente exhibido en un museo o galería. Actualmente, existe un sin fin de tipos de arte digital de los cuales muchos artistas han encontrado un refugio 

Una de las pioneras dentro del arte digital, Vera Molnar, empezó desarrollando su técnica con figuras geométricas, justificándolo por su gusto en la rigidez formal y la parsimonia de la geometría. Su objetivo estaba marcado por lograr producir un cambio entre obra y obra. En pocas palabras, que su técnica sea reconocida pero que sus obras sean diferentes entre sí. 

Molnar antes de imaginarse que tenía una computadora, diseñó un programa que le permitía crear una serie de figuras, cuidando que no quedaran excluidas de la composición. Y a partir del año 1968, el ordenador se convirtió en su único y oficial instrumento.

Otro artista influyente dentro del arte digital es Daito Manabe. Manabe es un artista programador japonés desde 2006, pero su trabajo tiene un enfoque dirigido a los fenómenos cotidianos. Su objetivo va más allá de ofrecer un realismo en alta definición, pues su práctica tiende a tener una cuidadosa mirada al cuerpo humano, la programación y los límites entre lo real y lo digital, tecnología y arte. 

Daito Manabe

La esencia de la ciencia es resolver los problemas. Mi actividad, en cambio, consiste en plantear problemas a través de mis creaciones. ¿Si hago arte? Pienso que estoy en un lugar intermedio entre lo científico y lo artístico, pero estoy más cerca del terreno artístico, sí. Porque el arte plantea problemas, como la filosofía. Y yo no quiero resolver puzles… yo quiero crear puzles

Daito Manabe

El naturalismo como movimiento del arte se le atribuye al S. XIX, sin embargo alguien como Jennifer Steinkamp ha demostrado que puede ser más actual y real por sus composiciones digitales.

Esta artista estadounidense se ha perfilado como una de las pioneras  en el uso de la animación digital en su trabajo. Desde hace más de treinta años, su obra explora temas ligados a cómo percibimos el movimiento y el espacio.  A través de una serie de videoinstalaciones, busca transformar la arquitectura en donde está exhibida y presentar una alteración en la percepción del espectador, mientras que a su vez, crea espacios llenos de diversos significados.  

Y así como estas tres personalidades han demostrado que el arte digital puede crear otro punto de vista como parte de una de las exigencias del arte mismo, también abren las posibilidades de experimentar una obra sin enmarcar como espectadores y el cómo nos cuestionamos a nosotros mismos como artistas. 

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