El “pretty privilege” como un arma de doble filo

Columna por Rossebanks

“Este fenómeno empieza y es aprendido desde que somos infancias, en el momento en el que a una personita en el jardín de niños se le presta más atención que a otra por ser más atractiva que las demás en el curso”.


No es una sorpresa que en un mundo donde el físico, la mayoría de veces, es más importante que el talento y en donde se persigue la filosofía de que un artista puede ser hecho -pero su belleza no siempre o no del todo-, podemos ser víctimas o testigos de cómo el hecho de encajar en un cánon europeo y hegemónico es capaz de abrirnos o cerrarnos puertas hacia donde queremos estar, dependiendo de qué tan cerca estemos de esta norma impuesta por la misma élite que poseé los genes o puede pagar por adquirir esas modificaciones. 

El “pretty privilege” como un tipo de neología

El término “pretty privilege” se traduciría como “privilegio por ser atractivo/a/e” y es básicamente eso, tener ciertas oportunidades a las que otras personas les costaría el doble solamente porque la persona que lo tiene es hegemónicamente atractiva.

Definamos atractiva a la persona que es alta, delgada, de tez caucásica (o denominada tez blanca), con ojos grandes, facciones refinadas y delicadas, además de una buena proporción. Usualmente a esto se le añade la característica de ser una persona lampiña, hablando de mujeres, o al menos pretender serlo.

Hay ciertas especificaciones que aplican a cada género, una es que, refiriéndonos a la altura, con respecto a las mujeres, es importante que su altura no sea “exagerada” o que haga sentir incómodo o “humillante” para los hombres, únicamente que tus piernas sean largas y luzcan bien en prendas aceptables para la sociedad, con respecto a la delgadez, suele ser algo más enfocado (nuevamente) hacia las mujeres, con una imposición de delgadez lo suficiente para seguir luciendo bien con faldas o bikinis, pero no demasiado como para perderlos o ser “incómodo” a la vista. En los hombres, se les suele exigir masa muscular y “virilidad” en su apariencia.

Todo esto se vuelve algo imposible para las personas y con tal de alcanzar dicho estándar, se someten a procedimientos estéticos demasiado violentos, además de dietas estrictas y a productos dañinos para la salud.

Consecuencias del pretty privilege

Este fenómeno empieza y es aprendido desde que somos infancias, en el momento en el que a una personita en el jardín de niños se le presta más atención que a otra por ser más atractiva que las demás en el curso; se dirá, ¿esto qué tiene que ver con tener un privilegio? El que se le dé más atención, le da más oportunidades de aprender y salir con mejores calificaciones. De ahí se desarrolla una mayor confianza en sí y posteriormente, mejor forma de lidiar con la interacción social, cosa que es fundamental a la hora de ser una persona exitosa.

Avanzando más en los grados, es muy normal que las personas atractivas estén conscientes de que lo son, pueden estar o no enteradas de que es un privilegio o una forma de avanzar más rápido en ciertas cuestiones de la vida, sin embargo, haciendo memoria es fácil identificar a la persona que era popular en nuestro colegio y encontraremos que una de las características comunes, fuera de poseer una anatomía hegemónica, es la seguridad de estas personas.

Inclusive, el trato hacia las personas estereotípicamente atractivas cambia, no importando que sea la misma interacción que pudo haber tenido una persona que no se consideraría como dentro del cánon. Las oportunidades laborales “importantes” se les da a dichos grupos, además de que, aunque en su empleo no se desempeñen por el físico, suelen ser las personas que más ganan dentro de su campo en comparación con las personas no atractivas. 

Entonces quedamos en la parte en la que no únicamente esa norma le brinda mayores herramientas sociales a las personas, sino que también ya se va a un ámbito laboral o de oportunidades por sobre las demás personas, podríamos asumir (correctamente) que influye en la calidad de vida de las personas, ya sea de forma positiva o negativa, según sea el caso o el ser humano.

No se ha llegado a poner sobre la mesa la discusión si es una forma de discrimincación o no, no porque no sean obvios los argumentos a favor, sino porque es un tema del cual no se habla o denuncia abiertamente. Asumiendo que lo hable una persona que esté excluida dentro del espectro de lo convencionalmente bello, sería cuestionada por el hecho de considerarse envidiosa, mientras que sería cuestionable que alguien que sí entre en esta regla hablara de ello por los beneficios que recibe o porque no es consciente de las desventajas que conlleva no ser sí misma.

Beauty penalty” o la expectativa exagerada

Aunque pudiéramos pensar que las personas “bonitas solamente reciben elogios y todo es fácil, no es así en su totalidad. En un mundo donde la apariencia lo es todo, estas personas son pre-juzgadas positivamente y se espera más de sus acciones o trabajos, ya que la asociación que se tiene de “bello=exitoso” es algo casi universal.

Dichas personas podrían sufrir en cuanto a su rendimiento y normalmente se les exige demasiado por dicha asociación, en la cual, si no se cumple, se tiende a creer que han fracasado. 

Obviamente, esto no es una razón para excusar o justificar dichos cánones creados por la sociedad, que si bien, sí vienen desde la parte científica en la que visualmente buscamos a una persona atractiva para aparearnos por los “mejores genes” que poseé, no debemos enteramente dejarnos llevar por esa parte un tanto primitiva (que si bien nos ha sacado de una u otra cuestión biológica, no siempre es algo correcto), sino, empezar a cuestionarnos el valor de las personas por su valor íntegro como ser humano, más allá de lo que podríamos esperar.

Este “privilegio” no es más que violencia estética disfrazada de oportunidades en las que, las personas que cumplen las normas físicas se ven afectadas por la creencia de que una persona bella no sufre o no puede tener problemas porque lo tiene todo, y en la que se discrimina a las personas que han decidido o no “pueden” encajar. 

Post a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *