El Senado contra la prohibición europea del plomo, un peligro para la industria del patrimonio


Un reglamento de la UE podría amenazar las profesiones ligadas al uso ancestral de este metal dúctil y resistente, como los vidrieros.


Una normativa europea amenaza con romper el arte de amasar la luz. Los maestros vidrieros y la cámara nacional de vidrieras se pusieron en contacto con el Senado y advirtieron el jueves de la amenaza que supone la prohibición del plomo prevista por la Unión Europea. Una decisión que llevaría al sector del patrimonio a “hundirse o deslocalizarse”.

La revisión de la normativa europea “Reach”, que clasifica las sustancias químicas en función de su peligrosidad para la salud y el medio ambiente, podría desembocar en la prohibición del uso del plomo en Francia. La Comisión de Asuntos Europeos del Senado aprobó por unanimidad “un proyecto de resolución europea dirigido al Gobierno” sobre este tema, y un “dictamen político, dirigido a la Comisión Europea”, según informó en un comunica.

Daño a interior de Notre Dame en incendio de 2019

Hasta la fecha, no existen “datos epidemiológicos fiables en Francia y en Europa que cuestionen la salud de los trabajadores expuestos al plomo en el ámbito del patrimonio cultural”, argumentan los senadores. Los maestros vidrieros están “legítimamente preocupados, porque la fabricación y la conservación de las vidrieras son inseparables del uso del plomo”, dijo Catherine Morin-Desailly, ponente, ante la Comisión de Asuntos Europeos.

Si se prohibiera el plomo, los oficios del patrimonio afectados podrían “declinar o deslocalizarse fuera de la Unión Europea”. En lugar de una revisión del reglamento “Reach”, los senadores proponen que se realicen primero estudios científicos y que se establezca un protocolo nacional y europeo para la prevención de los riesgos del plomo en las obras de los monumentos históricos. Esta prohibición también amenaza a los constructores de órganos, ya que los tubos de estos instrumentos se componen de entre un 10 y un 95% de plomo.

En Francia, la elección del plomo ya se debatió durante la restauración de Notre-Dame de París. La elección de una reconstrucción idéntica implica el uso de este metal para la cubierta y el chapitel de la catedral dañados durante el incendio de abril de 2019. Sin embargo, los críticos señalaron los riesgos para la salud de este metal dúctil y maleable. En la obra, los obreros que trabajaban en el corazón del edificio tenían que ducharse hasta seis veces al día para descontaminarse. Pero el arte de las vidrieras no podía prescindir de él.

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