Solo hay un nombre para reconocer al artista, y ese es Dr. Atl. El pintor, activista y más grande fan del paisajismo mexicano: en especial los volcanes de nuestra región.

El artista nació en un 3 de octubre en el año de 1875, en Guadalajara, Jalisco. Creció su portafolio como artista, pintor, escritor, critico del arte, filosofo y geólogo, especializado en la vulcanología. Durante su carrera, el artista se presenta como un activista político, peleando a favor de los derechos culturales de la región mexicana. 

A sus 19 años de edad, inicio sus estudios en su natal Guadalajara, pero su talento encontró lugar en la Ciudad de México 3 años después. Se trasladó a la capital de la región mexicana donde rápidamente empezó a crear conexiones entre artistas y coleccionistas. Todos notando su talento y su visión artística, en especial el enfoque que tenía en la naturaleza mexicana. Durante el gobierno de Porfirio Díaz, el artista consiguió la posibilidad de estudiar las bellas artes en Europa, y su conocimiento trascendió continentes.

¿Por qué Dr. Atl?

Aunque conocemos su apodo aún más que su nombre, muy pocos conocen su origen. 

Hay un sin fin de historias relacionadas con el artista, que lo llevan a convertirse en una figura mítica. Una de ellas cuenta un viaje que realizo desde Veracruz, hacia Europa, en el viaje que le iba a permitir estudiar en otro país. Durante la cruzada, una fuerte tormenta azoto a la tripulación, la tormenta creció y creció hasta que el joven artista llego a pensar en su muerte. 

Por fortuna, la tormenta se calmó y pudo salir sin daño de la situación. Cuando relato esta historia de regreso a México, se le dio el nombre de Atl, que en náhuatl significa agua. 

El título de doctor se lo aporto, no solo sus estudios, pero también por el artista Leopoldo Lugones. Su doctorado en filosofía se convirtió en parte esencial para identificar al artista. Dr. Atl, sería el Doctor agua.

Para México 

Todo lo aprendido en Europa se llevó a los salones mexicanos, en la Academia de San Carlos. Como profesor era conocido como “El agitador”, ya que su rol como profesor de artes era sacudir las mentes de sus alumnos y cambiar su pensamiento sobre las artes y la cultura. Con un enfoque filosófico, las clases de Gerardo se convirtieron en una necesidad para cualquier artista mexicano. 

O así lo relata Diego Rivera en La increíble historia del Dr. Atl. 

“Enseñó a ser insolentes a todos los jóvenes, se demostró prosista y poeta, vulcanólogo, botánico, minero, yerbero, astrólogo, hechicero, materialista anarquista, totalitarista […], editó periódicos, organizó batallones rojos, saqueó iglesias, invitó a tés en las sacristías a bellas damas y reunió alrededor de él a un grupo de los jóvenes artistas de mayor valer en aquel tiempo”. 

Entre sus alumnos se encontraba artistas como, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco. Él es uno de los iniciadores del muralismo mexicano, ya que gracias a sus enseñanzas estos artistas mencionados se reunieron para originar el movimiento.

Su interés por los volcanes fue persistente durante su carrera, de tal maneta que se encargó de inmortalizar el gran cuerpo geográfico mexicano que es el volcán del Popocatépetl. Fascinado por estos monumentos naturales, se especializó en la vulcanología, realizando estudios, dibujos y pinturas ilustrando la belleza del poderoso volcán. Tan grande fue su fascinación que llego a ver el nacimiento del volcán Paricutín en 1950.

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