Un retrato del poder: el arte utilizado en Succession

Después de 4 temporadas y 5 años de producción, la aclamada serie de HBO Succession llega a su esperado final este domingo 28 de mayo. Para muchos, incluyéndome, esta serie se convirtió en una de las mejores cosas para ver cada domingo por la cadena. 

Su término resulta una sorpresa, tanto para los fanáticos como para los actores, ya que el director comunico que la 4.ª temporada sería el término de la historia hasta después de producción. Sabiendo que esto es lo último que veremos de la familia Roy pone en juego varias líneas narrativas, en especial, la premisa de la serie:

¿Quién será el sucesor de Waystar Roy Co.?

En lo que llega el domingo y nos despedimos de nuestros billonarios moralmente corruptos, me gustaría mencionar un aspecto de Succession que en ocasiones pasa desapercibido. Justificadamente, se le ha celebrado el guion, actuación, composición musical y dirección al show, pero pocas veces se habla del departamento de arte, quienes se encargan de crear un mundo entero. 

Gracias al trabajo del departamento de arte, podemos formar parte de escenarios deslumbrantes que solo los billonarios tienen acceso. Hacen una muestra de la riqueza silenciosa y el poder de la familia desde el vestuario, las locaciones y, como en la realidad, la colección de arte que se exhibe en las casas de los Roy. 

Arte, poder y riqueza

Desde un inicio, en el póster de la primera temporada, las referencias al mundo de arte están infiltradas en la serie. 

Como figura central tenemos al patriarca de la familia en marcado por sus hijos, frente a una pintura. El contraste que realiza el anuncio es claro; una masacre escondida detrás de los negocios. 

La pintura está acreditada al exponente del barroco Peter Paul Rubens, titulada “La caza del tigre” (1615-17). Donde vemos de manera gráfica a hombres enfrentando a la bestia de manera directa, en un enfrentamiento violento y mortal a cualquiera de los retadores. Desde antes de iniciar la serie, entendemos la relación, temática y tragedia. 

Una imagen que es perfectamente utilizada para ilustrar el desarrollo de la primera temporada, que sigue a la familia Roy en los inicios de esta inalcanzable pelea de satisfacer a su padre y convertirse en el o la sucesora perfecta. Terminado, por parte de Kendall Roy, en desgracia al dar el primer paso a convertirse en la bestia que su padre busca. 

Su utilizo la misma estrategia para anunciar la segunda temporada del show, ahora con una aproximación casi literal de la violencia que íbamos a experimentar. 

Primero haciendo referencia con el mismo plano utilizado en la simbólica pieza de la cultura americana, “Freedom from Want” de Normal Rockwell. 

Y de nuevo, agregando una pintura al fondo de Logan Roy. 

“Dante y Virgilio” de William Adolphe Bouguereau (1850), adorna la fracturada mesa de comedor. Representando la entrada del poeta y Virgilio al octavo círculo del infierno en el poema “La Divina Comedia”.

A la par con las temáticas de esta temporada, el octavo círculo que describe Dante, estaba reservado para las distintas maneras de ser fraudulentos. Un castigo hacia las mentiras, corrupciones y estafas. Justo en el momento que la corrupción más grande de Waystar Roy Co. es revelada. 

Un claro indicio que, por las acciones de “unas malas manzanas” todo el imperio puede caer. La traición realizada por el primer hijo (sin contar a Connor) está expresada en esta pintura.

Too Much Arte Contemporáneo

Durante el resto de la producción se pueden encontrar piezas plasmadas en las grises paredes de Waystar, como la fotografía “Spegazzini #1” de Frank Thiel (2012-2013) en la oficina de Kendall. O en la nueva casa de Logan en Nueva York, “El retrato de Louise de Keroualle, duquesa de Portsmouth” del pintor Peter Lely. Que establecen el estilo y tono de estas dos locaciones, además de ayudar a distinguir entre una vida corporativa y una familiar.  

Pero, en el caso de la tercera temporada, hay una pieza de arte que explora más que las relaciones de poder, las relaciones familiares y salud mental.

En Too Much Birthday, un alienado Kendall Roy celebra su cumpleaños 40 en The Shed, un estudio multidisciplinario donde artistas crean y exponen piezas. Considerado un taller de lujo para creativos y artistas que se encuentra a lado de The Vessel, un edificio específicamente creado para los turistas, pero considerado un riesgo para los visitantes. Desde su apertura en 2019, se han realizado 4 suicidios en el recinto, el día de hoy está clausurado para su visita.  

El espacio es escenario perfecto para Kendall Roy en esta temporada, una farsa de poder, frágil por dentro. Aparentando el poder, popularidad y relevancia social que tiene su papá, pero en realidad, es un hombre quebrado en búsqueda de una salida. 

De tal manera que en el siguiente episodio Chiantishire, Kendall encuentra (y pierde) esa salida.


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